Momentos estelares de la humanidad, Stefan Zweig
En ese momento, Balboa ordena a la tropa que se detenga. Que nadie le siga porque no quiere compartir con nadie esa primera mirada al océano desconocido. Quiere, única y exclusivamente, ser para siempre el primer español, el primer europeo, el primer cristiano que, después de haber atravesado ese gigantesco océano de nuestro universo, el Atlántico, contemple también el otro, el aún ignoto, el Pacífico [...]. Y Vasco Núñez de Balboa, orgulloso y feliz, mira y mira y mira, con plena conciencia de que sus ojos son los primeros de un europeo en los que se refleja el azul infinito de ese mar. "Huida hacia a la inmortalidad. Allí estaba: "¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!". Sí, reunir en ella todas las voces de la tierra, las claras y las opacas, la obstinada del hombre, la indulgente de la mujer, llenarlas y reforzarlas y transformarlas, ligarlas y desligarlas en el coro rítmico, hacerlas subir y bajar por la escala de Jacob de los tonos, apaciguar las con el dulce roce de los vi...