Ferrándiz, el matamujeres, Cruz Morcillo
Vuelve una vez mi colección favorita de true crimen español, donde los crímenes mas atroces y mediáticos son narrados por los mejores periodistas de sucesos, supervisado por Marta Robles.
Esta vez Sinficción nos trae uno de los casos más terribles, aterradores y tristes de nuestra crónica negra. Una serie de crímenes que atemorizaron a la población de Castellón y toda España, perpetrados por un asesino en serie despiadado y taimado que se ocultaba entre las sombras de la noche para cazar mujeres. Esto es: Ferrándiz, el matamujeres de Cruz Morcillo .
Pero antes, un poco de historia. El fenómeno del "asesino en serie" se ha dado pocas veces en España. Ha diferencia de otros países donde proliferan como caracoles tras la lluvia, como en Estados Unidos, el país de los asesinos en serie, en España han sido pocos los casos de asesinatos en serie, lo cual no quiere decir que los que ha habido no sean terribles. Casos como el de Manuel Delgado Villegas, conocido como "el Arropiero", quien se cree que es el mayor asesino en serie de España al atribuirle más de cuarenta asesinatos; José Antonio Rodríguez Vega "el Mataviejas", un despiadado asesino de 16 ancianas; Francisco García Escalero "el Matamendigos", un enfermo mental que asesino a 11 mendigos; Manuel Blanco Romasanta, el primer caso documentado de licantropía clínica y Juan Díaz Garayo, quién estableció la oscura leyenda del Sacamantecas, entre otros.
También en la colección se han narrado las historias de dos temibles asesinos en serie, como el caso de Alfredo Galán el asesino de la baraja y el de Joan Vila el Celador de Olot. Inclusive el caso de Juan Carlos Aguilar el Falso Shaolín pudo ser considerado un asesino en serie si no lo llegan a detener tras dos asesinatos.
Ahora le toca el turno a un asesino que está de actualidad porque después de mucho tiempo a la sombra, ha salido a la calle. Pero no nos adelantemos. Antes hay que empezar esta macabra historia con la desaparición de Sonia Rubio.
El 2 de Julio de 1995 se perdió todo rastro de Sonia Rubio Arrufat, una chica de 25 años que había regresado a Valencia para disfrutar de una vacaciones tras estudiar en Inglaterra. La última vez que se le vio fue al salir de una discoteca en Benicassim. Para desgracia de los amigos y la familia de Sonia, encontraron su cuerpo sin vida en una zona apartada, escondido entre arbustos, en noviembre de ese mismo año. La Guardia Civil la encontró semi desnuda, con las manos atadas a la espalda, la ropa interior introducida en la boca y tapada con cinta americana. El forense dictaminó que la muerte se produjo por asfixia y que había sido violada pero no había rastro de semen, ni tampoco huellas.
El 14 de septiembre de 1996 Amelia Sandra García Costa, una chica de 22 años fue vista por última vez al salir de una discoteca en Castellón. Su cuerpo apareció en un estanque y presentaba las mismas ataduras que Sonia. La Guardia Civil relacionó los dos casos dada las similitudes que presentaban y que las dos habían muerto de la misma forma. En vista de la gravedad se decidió que el caso fuera asignado a la recientemente creada Unidad Central Operativa, conocida por sus siglas UCO, la cual estaba empezando a tener el prestigio de eficiencia y efectividad que hoy día tienen.
La UCO se estaba planteando si estaban ante un posible asesino en serie y para no levantar el miedo social, mandaron a varios agentes a vigilar los lugares de ocio nocturno para controlar cualquier movimiento sospechoso, mientras investigaban a los agresores sexuales condenados para ver si alguno podria encajar en los asesinatos.
También, inspirados en el FBI estadounidense, decidieron hablar con varios criminólogos y expertos para establecer un perfil psicológico del posible sospechoso. Vicente Garrido y María José Beneyto fueron los encargados de hacer el perfil.
La UCO encontró que en ese perfil coincidía con una escandalosa aproximación con un hombre que había estado en prisión por una agresión sexual y que hacía poco había intentado agredir a otras dos mujeres, una que escapó al ser socorrida por un hombre que la oyó gritar y otra a la que este hombre había provocado un accidente y que había sido frustrado por la Guardia Civil al seguirle. El sospecho se llamaba Joaquín Ferrándiz Ventura.
Ferrándiz, o Ximo cómo lo conocía todo el mundo, era un hombre en apariencia anodino. Su entorno decía de él que era introvertido, pero con un buen grupo de amigos, discreto, educado y trabajador. Pero había algo que manchaba todo esa apariencia intachable. En el año 89 había provocado un accidente de una chica que iba en moto llamada María Jesús Rovira Fortanet. Fingiendo que la llevaba al hospital, la violó en su coche. Por esto fue condenado a 14 años de los cuales cumplió 5, gracias a la campaña social que hicieron sus familiares y amigos al creerlo inocente y por su buen comportamiento.
La UCO detuvo a Ferrándiz él cual no admitió su culpabilidad en los crímenes. Pero al encontrar en su casa la misma cinta que cubría la boca de las dos víctimas, Ferrándiz confesó, pero no solo los asesinatos de Sonia y Amelia, si no que confesó haber matado a otras tres mujeres, unas prostitutas, que habían parecido en un intervalo muy corto de tiempo. No los habían vinculado a los dos asesinatos por la condición distinta de las dos chicas y por esto estaba encerrado un hombre inocente, un camionero llamado Claudio Alba por no poder dar una coartada coherente. Tras la detención de Ferrándiz y su confesión fue puesto en libertad.
Joaquín Ferrándiz Ventura fue evaluado como un peligroso psicópata, que mataba inducido por un odio explosivo hacía las mujeres. Aunque el alegaba que no recordaba los asesinatos y que todo lo hacía en un estado de embriaguez, las pruebas y los perfiles psicológicos demostraban que era plenamente consciente de los que hacía y que no tenía ninguna enfermedad mental. Al final Joaquín Ferrándiz Ventura fue sentencia a 69 años de cárcel. El 22 de julio de 2023 salió de la prisión de Herrera de la Mancha tras cumplir los 25 años que estipula la ley española. Tras esto se le ha perdido el rastro.
Ferrándiz, el matamujeres es un relato pormenorizado de la caza de un peligroso asesino en serie. Cruz Morcillo nos narra como fue aquella operación donde la UCO y el juez instructor José Luis Albiñana y el fiscal Juan Salom hicieron lo indecible, donde cada minuto contaba para salvar a cualquier mujer que entrará en el radar del peligroso acechador de la noche nocturna valenciana.
El libro enseña con toda su crudeza la maldad que albergaba en el interior Ferrándiz, un verdadero monstruo que se ocultaba tras la fachada de un hombre normal y anodino, un verdadero doctor Jekyll, que por el día saludaba en el portal e iba a trabajar con normalidad, pero por la noche se volvía en un salvaje Mr. Hyde que se ocultaba entre la gente de las discotecas en busca de saciar su sed de matar. Durante los interrogatorios mostró muy bien su faceta de mentiroso y buen actor, mostrándose olvidadizo y confuso, incluso asustado de si mismo.
Pero la verdadera clave del libro radica en como la sociedad ha cambiado en cuanto a las violaciones y los asesinatos de mujeres. Y sobretodo en lo diferentes que son las víctimas según la vida que llevarán. Pues mientras se dió cobertura mediática a Sonia y Amelia por ser chicas con familia y tener una vida estable, las muertes de las otras tres mujeres apenas eran reconocidas por ser excluidas del mundo, rechazas y olvidadas por haber caído en lo más bajo y no tener a nadie que les llorará o las reclamará. Todas ellas era iguales al haber sido ultrajadas, humilladas, violadas y asesinadas por un monstruo, que les arrebato la vida sin importarle si estudiaban una carrera universitaria o se prostituían.
Cruz Morcillo ha escrito un libro muy bien documentado, narrado con frases que duelen al describir la auténtica maldad de un psicópata que se llevó la vida de cinco mujeres inocentes, cuyo pecados fueron, unas volver a sus casas solas y las otras aguantar sus dolorosas vidas vendiendo sus cuerpos por aliviar un mono desesperante. Con este libro se les ha dado por fin esa dignidad que con la muerte Ferrándiz les arrebato. Sin duda uno de los mejores de la colección.
Joaquín Ferrándiz Ventura, o Ximo , o el "asesino de Castellón" lleva desde el año pasado fuera de los muros de prisión. Ha cumplido su condena (poca, muy poca por desgracia), y su paradero es desconocido. Tiene prohibido pisar Castellón en mucho tiempo. Jamás pidió perdón por lo que había hecho. Ahora tiene unos 60 y se cree que está en el extranjero. Durante las entrevistas que tuvo con los expertos en prisión dijo una frase escalofriante, la cual esperemos que no la cumpla: "Mi mayor ilusión sería volver a ser una persona normal. Ahora tienes otra vez veinticinco años, a ver si está vez lo haces mejor".
—Maté a Sonia, a las tres mujeres de Vora Ruiz y a Amelia Sandra. Esta fue la última, las otras no sé las fechas aunque tengo la consciencia de que fue en el verano de lo Sonia, que fue la primera. Me acuerdo muy borrosamente de los hechos y me siento horrorizado. Sé que fui yo, pero no puedo dar detalles porque todo es como una especie de sueño o, mejor, pesadilla. Confesión de Joaquín Ferrándiz de los asesinatos.
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