De qué hablamos cuando hablamos de amor, Raymond Carver
Nos quedamos allí sentados largo rato, mirando aquella bandada de percas que nadaban a su aire tan inocentemente, mientras Dummy no paraba de estirarse los dedos y de mirar alrededor como si esperara que apareciera alguien. Aquí y allá, por toda la charca, las percas subían vy asomaban el morro o brincaban limpiamente y volvían a zambullirse o ascendían hasta la superficie y nadaban con la aleta dorsal cortando el agua. " La tercera de las cosas que acabaron con mi padre" Bien, pues el marido estaba deprimido la mayor parte del tiempo. Incluso después de enterarse de que su mujer saldría de aquélla. Seguía muy deprimido. Pero no por el accidente. Me refiero a que el accidente era una cosa, sí, pero no lo era todo. Yo me acercaba al agujero de su boca, y él me decía que no, que no era por el accidente exactamente, sino porque no podía verla por los agujeros de los ojos. Decía que era eso lo que le hacía sentirse así de mal. ¿Os lo imagináis? Podéis creerme, al hombre se le r...