Repaso a mis lecturas
Desde que empecé mi pasión por la lectura, adquirí una manía, la cual me hace sentirme orgulloso del camino emprendido, cimentado por todos y cada uno de los libros que he ido leyendo durante todos estos años.
Mi madre me dio una pequeña libreta de color verde que era la pareja de otra que se quedo ella. En un momento no le hice mucho caso, pero cuando comenzó mi afán devorador de libros, no sé que clase de idea surgió en mi cabeza, que me hizo empezar a apuntar cada libro que leía. Las páginas de la libreta, estaban surcadas por líneas horizontales, y en la primera escribía el título del libro y abajo el autor o autora. Y así fui llenando páginas y páginas. Libros de todas las épocas, desde la antigua aventura de vuelta a casa de Odiseo, pasando por la Francia de los Mosqueteros, la Roma de los primeros césares, hasta llegar a los futuros más lejanos. Novelas, libros de relatos, cuentos infantiles, teatro, poesía y novelas gráficas, han acompañado mis noches de lectura a la luz de la lámpara de la mesilla, las tardes de veranos sentado en el balcón del piso de la playa de mi abuela, con el viento meciendo las toallas en el tendedero y el sonido del oleaje como fondo musical.
Como este blog ha comenzado cuando ya llevo un buen bagaje literario y muchos libros se han quedado sin reseña, he pensado crear esta sección donde hago un repaso de mis lecturas pasadas, una exploración de los recuerdos y las memorias que han sembrado esos libros que he ido devorando con voraz apetito, como si de un Gargantua se tratase. Esto no serán reseñas al uso, si no que serán unas impresiones, breves palabras sobre lo que significó su lectura y las sensaciones que me causaron. Sin más dilación, os presento una selección de mis lecturas pasadas.
El general del ejército muerto. La primera novela de Premio Príncipe de Asturias albanés Ismaíl Kadaré fue un auténtico shock. Nada más que por ese título, entre lo poético y lo tétrico, es uno de esos títulos que dejan huella. La novela narra el viaje de un general hacia Albania después de la Segunda Guerra Mundial y en compañía de un capellán deberán dar con los restos de los soldados derrotados, en especial de un Coronel, por mandato de su viuda. La atmósfera de la novela parece sacada de un mal sueño, no una pesadilla, si no esos sueños pesados después de la comida, que nos transportan a un estado de inquietud y desasosiego. Los dos protagonistas, tan distintos pero obligados a entenderse, recorrerán ese purgatorio, oscuro y lleno de barro, donde las viejas historias de hombres truncadas por una guerra cruel y estúpida quedaron sepultadas para la eternidad.
Recuerdo la novela como una gran lectura, siempre me han gustado las historias que tiene como protagonistas a dos personajes, que deberán soportar mil y una peripecias (heredado por mi eterno amor al Quijote). Kadaré es uno de los mejores escritores que he leído, que mezcla realidad y ensueño con gran maestría. La novela tiene reminiscencias del realismo mágico y sobre todo de la obra de mi adorado José Saramago (uno de mis escritores favoritos), el cual es capaz de caminar por esa delgada línea entre sueño y vigilia. Una lectura recomendada. Siguiente.
La trilogía de Nueva York. Paul Auster, deforma, cambia y reformula el relato policíaco en tres relatos largos o novelas cortas, según se mire. A través de estas tres historias, con una ciudad de Nueva York, entre irreal y fantasmagórica, Auster coloca a sus personajes en situaciones, aparentemente inverosímiles, y tienen que deshacer la enmarañada red de sucesos que tuercen sus vidas. Ciudad de cristal, Fantasmas, La habitación cerrada, son los nombres de los relatos.
Que maravilla de lectura, la recuerdo con mucha intensidad, como si de una película se tratara. Escenas vívidas, creadas por mí imaginación a través de la magnífica narración del autor norteamericano, se grabaron a fuego en mi mente. Una de las mejores lecturas que recuerdo.
El viejo y el mar. Hemingway es para mi es la definición perfecta de la palabra "escritor". Cervantes es Dios y Hemingway es su profeta Si pudiera ser un autor ese sería Hemingway, pero ya hablaré más extensamente de él en otro momento. Lo que nos atañe ahora es la obra que le dio el Premio Pulitzer y el Nobel, su obras más conocida y, en mi opinión, la mejor manera de adentrase en su universo literario. La historia es archiconocida. Santiago, "el viejo", un pescador de la Habana cuya suerte se ha esfumado con la espuma del mar, decide embarcarse en su barca y salir a pescar en la completa soledad del mar abierto.
Mi lectura del libro tiene su propia historia. En un fin de semana en casa de uno de mis mejores amigos, vi el libro y decidí leerlo. Una vieja edición, con una portada preciosa de un hombre en una barca, con el sol poniéndose sobre el mar de fondo y una dedicatoria de su padre, tan brillante como el libro. Recuerdo empezarlo un sábado por la tarde y terminarlo a la mañana del día siguiente. Hemingway no escribe, es un relojero suizo que coloca las piezas para que el funcionamiento del reloj sea perfecto. Sus frases cortas, pero afiladas como cuchillos son maravillosas.
Notre -Dame de París. La historia del campanero Quasimodo, me era conocido por esa obra maestra de la animación que es El jorobado de Notre -Dame de Disney, y fue un descubrimiento que estaba basada en una novela y al pasar de los años me decidí a leerla. Y he de decir que la obra de Victor Hugo fue una grata sorpresa. La monumental novela es un clásico inmortal. Como Hugo utiliza los recursos de la novela romántica decimonónica es apabullante. Esos personajes que caminan por el París del siglo XV, forman parte del imaginario popular. Y la imponente catedral, testigo mudo y protagonista silente, será el satélite dónde orbitan el noble jorobado, la exótica gitana y el intrigante arcediano. No lo dudéis y dejaos seducir por el son de Notre-Dame.
Sangre sabia. Flannery O'connor con dos novelas y numerosos relatos es una de la mejores escritoras de los Estados Unidos. Su primera novela es un ejemplo magnífico de lo que se llamo Gótico sureño, del cual William Faulkner es su máximo representante. La historia de Hazel Motes, salido del ejército, vuelve al sur de la Estados Unidos, donde las profundas raíces evangelistas se arraigan entre las tradiciones inmemoriales. Reconvertido en apóstol de una Iglesia sin Cristo, la autora hace una dura reflexión sobre el sentimiento religioso, llevado a un extremismo que desvirtúa su mensaje y lleva al nacimiento del odio y la intolerancia. Una magnífica autora y una gran novela.
Todo se desmorona. Que grandes recuerdos me trae está lectura. Un fin de semana de lectura ininterrumpida, de esta novela de Chinua Achebe y Cañas y barro de Vicente Blasco Ibáñez. Esta descarnada crítica al colonialismo sobre África, se cuenta como una historia clásica, como una parábola bíblica. Como todo lo que conocimos acaba desmoronándose, por una civilización que no ha sido pedida, la perdida de la identidad por unas creencias extrañas y un idioma incomprensible. Una mirada a como la ambición de unos, destroza las vidas de aquellos que no buscaban más que vivir en paz y tranquilidad. Que maravilla.
Y en fin, aquí acaba este repaso a algunas de mis lecturas. Ha sido un verdadero placer volver a rememorar estás historias, que tantos recuerdos me han dejado. Uno de los placeres de la lectura, a parte de la satisfacción de leer un libro, es el recuerdo que deja en nosotros, esos sentimientos que nos hacen volver a ese momento y revivir esas historias. Me despido ya, que esto ha quedado un pelín largo, salud y buenas lecturas.
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