La Gaviota, Fernán Caballero

"Es tan peculiar del pueblo, que sólo a esas gentes, y de entre ellas a pocos, se lo hemos oído cantar a la perfección: parécenos que los que lo hacen, lo hacen como por intuición. Cuando a la caída de la tarde, en el campo, se oye a lo lejos una buena voz cantar el romance con melancólica originalidad, causa un efecto extraordinario, que sólo podemos comparar al que producen en Alemania los toques de corneta de los postillones, cuando tan melancólicamente vibran suavemente repetidos por los ecos, entre aquellos magníficos bosques y sobre aquellos deliciosos lagos". La Gaviota.

La novela costumbrista es un género literario que busca dar una muestra fiel de las costumbres de un país o región. Una traslación de la propia vida, vista a ojos del novelista, quién trata de retratar de la forma más fiel posible los usos y constumbres de las gentes de su entorno. Este fue un género muy apreciado durante el siglo XIX, donde los intelectuales de su tiempo volvieron la mirada hacia los pequeños y recónditos pueblos, y se dedicaron a cantar las  idiosincrasias de sus gentes, sus tradiciones y su habla. Autores capitales de nuestras letras como Juan Valera, Pedro Antonio de Alarcón y el considerado como el maestro del género José Maria de Pereda, escribieron grandes novelas costumbristas. Pero quién alberga el honor de ser la introductora y creadora de la primera novela de costumbres, fue una mujer que, tras un seudónimo, sentó las bases de género predecesor de lo que luego seria el Realismo y el Naturalismo, con una novelita tan encantadora y como bella. Esto es La Gaviota de Fernán Caballero.

Tras el nombre de varón, tomado prestado de la población ciudadrealeña homónima, estaba la escritora Cecilia Böhl de Faber, hija de un hispanófilo de origen aleman. Mujer de una gran cultura y sensibilidad, pasó toda su vida admirando y describiendo las costumbres de los pueblos andaluces donde residió, siendo su principal foco Sevilla, lugar donde pasó buena parte de su vida. La mayoría de sus escritos, se componen de novelas, relatos y cuentos populares. Dueña de un caracter conservador, siempre mantuvo una defensa acérrima para con los valores tradicionales españoles, de moral católica y monárquica. Autora hoy día solo conocida por su principal novela, es una escritora a tener en cuenta, primero, por su basto conocimiento del pueblo y sus costumbres, y segundo por su elegante manejo de la inmortal lengua de Cervantes, capaz de trazar fragmentos que destilan poesía, como de imitar el habla popular con soltura. 

Pero, ¿de qué trata La gaviota? Dividida en dos partes, se nos relata el ascenso y caída de una muchacha de origen humilde, que roza el éxito con las yemas de los dedos, terminando fracasando. Y detrás de ella se nos muestra un cuadro de costumbres de la realidad de 1800, siendo la primera parte el ir y venir de un pequeño pueblo imaginario llamado Villamar y la segunda las ociosas vidas de la alta sociedad en Sevilla. Historia por la que pivotan un nutrido grupo de personajes, siendo el catalizador de todo un joven cirujano militar, venido de Alemania llamado Stein.

Villamar en un pequeño pueblo costero. La acción se centra en un convento abandonado donde reside una familia, encabezada por la matriarca, la Tía María, mujer piadosa que cuida con esmero a toda su familia, seguida de cerca del bueno de fray Gabriel. Este monje sirve a la autora como símbolo para hacer critica de la política desamortización de Mendizabal, que en 1835 desalojaron los conventos, quedando los terrenos en manos del Estado. Fernán Caballero, devota católica, crítica con pasión como se van perdiendo los valores cristianos en su tiempo. Destaca el nieto de María, conocido como Momo, un jovial y lenguaraz mozalbete, cuya poca sesera le hará meterse en algún que otro lío. El otro foco donde trascurre la acción es el viejo fuerte de san Cristóbal, lugar donde descansan las esperanzas de un militar llamado don Modesto. Este quijotesco caballero, sueña con que el gobierno restaure la antaño perdida gloria del fuerte. La mujer que le acompaña es doña Rosa, conocida con sorna como Rosa Mística, por su celo religioso, una mujer gruñona y fea que se dedica a dirigir el coro de la iglesia. Otro punto importante es el lugar donde vive la protagonista de esta historia, conocida cariñosamente como Marisalada o "La Gaviota". Esta bella moza, de cabellos, ojos y tez morena, alberga una voz prodigiosa, envuelta en un caracter altanero y antipático. Junto a ella vive el Tío Pedro, padre de la criatura, hombre de gran envergadura, pescador de oficio y doliente progenitor, que bebe los vientos por su hija.

A este idílico pueblo llega Stein, de forma accidentada, donde se queda,agradecido por los cuidados de la Tía María y su familia, el encanto del pueblecito y enamorado de Marisalada. Por azares del destino, acabará siendo vista por un duque, amigo del cirujano, quién, embelesado por su voz, decidirá que para que tal prodigio se marchite en un pueblo perdido de la mano de Dios, tendría que llevarlo a la ciudad.

Mientras que en la primera parte, la autora destaca la simplicidad de las gentes del pueblo, ensalza sus costumbres y tradiciones, salpicadas de cuentos, refranes y coplas populares, y eleva la gran religiosidad que se respira en sus calles, la segunda nos traslada a los opulentos palacios de la aristocracia, las frívolas tertulias, dirigidas por duques, marqueses y militares. Aquí destacan el general Santa María, un recto, conservador y refunfuñón militar, que desprecia todo lo nuevo y ensalza lo añejo, y Rafael, refinado y sarcástico sobrino del general, y sobretodo Pepe Vera, un mujeriego y arrogante torero.

A este punto hay que destacar la repulsa de la autora hacia las corridas de toros. Espectaculo que califica de sangrienta tradición impropia del siglo de la ilustración, más puro del medievo. 

Marisalada es un personaje poco querido por su madre literaria. Frente al cariño con el que habla de otros personajes, como la Tia María, fray Gabriel, don Modesto o incluso Momo, destaca el poco "aprecio" que le tiene Fernán Caballero. La muestra infantil, altanera, ambiciosa, deslenguada, incluso cruel. El nulo amor que autora siente por su criatura, viene a demostrar el menosprecio que Caballero siente hacia esas mujeres que no guardan las buenas costumbres de mujer, madre, católica y ama de casa. Por ese conservadurismo poco "feminista" de Fernán Caballero, no es muy reconocida por las nuevas corrientes.

La gaviota es una novela clave de nuestras letras. Un pequeño ejercicio de traslación de la vida provinciana del español de su tiempo. Un retrato nostálgico de un tiempo que se fue y que se añora con amarga nostalgia. El estilo esta tan bien cuidado, que es capaz de poner en boca de sus personajes el refrán más castizo, como la disertación más sesuda sobre la opera italiana. Una narradora que interrumpe el relato, para dar voz a sus inclinaciones, tanto políticas, como religiosas, pero que cuida con esmero el tempo narrativo, y las descripciones son pequeñas pinceladas de trazo fino, dignas del mejor Sorolla. Bien es cierto que la historia no es lo más importante, es sólo una escusa para mostrar las vidas y milagros de gentes de bien, y un muestrario de usos y costumbres españolas, que busca apartar el tópico prejuicioso extranjero, tratando de representar lo bueno que tenemos, que no es poco. 


Cecilia Böhl de Faber, "Fernán Caballero"(1796-1877)


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