El crimen de Malladas, Luis Roso

"Así, abundaban los fantasmas de paso, personajes sin identidad que viajaban de acá para allá buscando empleo como mano de obra barata en poblaciones y fincas tanto españolas como portuguesas, son establecerse definitivamente en ninguna parte y son que nadie controlara sus movimientos. Emigrantes arrojados fuera de sus hogares por el hambre y la miseria de los que no se llegaba a conocer más que un nombre o un apodo, y que podían desvanecerse en el aire con tanta facilidad como si realmente fueran espectros con solo vadear cualquiera de los río-el Torto, el Basádiga, el Eljas o el Tajo-que servían- y todavía hoy sirven-de frontera entre ambas naciones". El crimen de Malladas.



Una vez más abrimos el archivo del crimen para remontarnos a una de las historias más tristes y desoladoras de la crónica negra española. Un crimen rodeado de un montón de irregularidades, errores y manipulaciones tan terribles, que su conocimiento solo causa espanto. Un pasaje oscuro de la historia que quedó oculto por la niebla del tiempo, desterrado, olvidado y enterrado con la desaparición de sus protagonistas. Pero gracias al escritor Luis Roso en un magnífico libro de la editorial Alrevés, que al margen de su magnífica colección de Sinficción, ha abierto otra llamada Archivos del crimen, de la cual ya hablé con el libro de Mariano Sánchez Soler Una hojarasca de cadáveres. Esto es: El crimen de Malladas de Luis Roso.

El verano apunta en el mediodía de un 15 de julio del año 1925 en Cáceres. En una finca situada en Moraleja, llamada Malladas de produce una escena dantesca. Unos trabajadores salen corriendo para avisar a las autoridades competentes, la cuáles se personan en la finca con urgencia. Lo que allí en encuentran les marcará para siempre. En el establo se encontrarían tres cuerpos, brutalmente masacrados, un hombre y dos mujeres. Pero no serían los únicos. Dentro del edificio encontraron a dos niñas, hijas de las dos mujeres. También encontraron a un niño.

La finca de Malladas en la actualidad.


De aquel funesto hallazgo se contabilizaron cinco víctimas mortales, el niño milagrosamente sobrevivió. Todas ellas fueron horriblemente atacados a hachazos. A partir de aquí empezó una investigación cuanto menos desastrosa. Una serie de irregularidades dieron con la detención de cinco labradores que estaban a varios kilómetros de la finca. La Guardia Civil centro toda su atención en estos hombres y en el testimonio del único superviviente, el niño. Éste dió un nombre y a partir de ahí se les inculpó del crimen. Los abogados del inculpados (apelativo más acorde que sospechosos), se centraron en demostrar que sus clientes eran inocentes y que detrás de la inculpación estaban varias personalidades importantes de la comarca. Al final los cinco hombres: Lucindo Cantero, Jorge Bodón, Celedonio García, Gregorio Martín y Anselmo Moreno fueron condenados a cadena perpetua en un juicio lleno de errores, testimonios falsos y pruebas manipuladas.

Los cinco inculpados.


De todos los abogados, él que más se esforzó en demostrar la inocencia de los inculpados y que detrás del caso se encontraban fuerzas oscuras, fue Manuel Telo García. Este hombre hizo cuanto pudo para demostrar la falsedad de la causa y la manipulación encabezada por el segundo conde de Malladas Agustín Díaz-Agero Gutiérrez.

Agustín Díaz-Agero Gutiérrez, conde de Malladas.


Manuel Telo hizo de todo, desde ponerse en contacto con el gobierno de entonces, llegando hasta el mismísimo rey Alfonso XIII, pasando a entrar en la masonería, ayudado por el PSOE y el movimiento feminista. Pero la mayor influencia del caso cayó en manos del novelista y filósofo Miguel de Unamuno, rector de la universidad de Salamanca. Por aquel entonces, don Miguel era una de las personalidades más influyentes de la nación y mostrando al principio silencio, gracias a la insistencia del abogado Telo, don Miguel se involucró cuanto pudo.

Miguel de Unamuno.


A partir de aquí, Luis Roso comienza a relacionar una serie de sucesos extraños y escabrosos, dando la sensación de que aquel cruento crimen era solo la punta del iceberg de una red criminal oculta, minuciosa y poderosa.

Este caso recuerda, en gran medida por el error judicial cometido, con el "crimen de Cuenca", en el cual dos labradores fueron acusados del asesinato de un vecino. Sin el hallazgo del cuerpo, los guardias civiles que los custodiaban los sometieron a toda suerte de torturas para sacarles una confesión. Tras ser condenados y pasar 18 años de cárcel, el muerto volvió a la vida, pues se había ido a otro pueblo sin decir nada a nadie. Bien es cierto que los inculpados por el crimen de Malladas no fueron sometidos a torturas, si se asemejan a los procesados de Cuenca por la injusticia cometida 

El crimen de Malladas es un libro maravilloso. Luis Roso sin ser especialista en crónica negra, usa sus herramientas de novelista para relatarnos un hecho histórico, tan sonrojante como triste. Un relato que te atrapa desde el minuto uno, dosificando la tensión con suma maestría y manejando la información muy bien. Luis Roso a dado voz a aquellos que fueron silenciados, intentando dar respuesta a las incógnitas que envuelven este cruento crimen, ya que los implicados no obtendrán justicia, tanto los asesinados como los inculpados, pero por lo menos a disipado las brumas del tiempo y que este libro de algo de la justicia que no les fue dada en vida.


Luis Roso (1988-)

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