El crimen del cine Oriente, Javier Tomeo
"Se estaba haciendo tarde y ninguno de los dos tenía ganas de dormir. La verdad es que hay noches en que los hombres y las mujeres, más que dormir, lo que necesitan es estar tumbados boca arriba, uno junto al otro, contemplado el mismo trozo de cielo. En aquel cuarto no había cielo, sólo un techo con la pintura desconchada y una bombilla colgando del cordón, pero para el caso era lo mismo porque lo que más importa en esos momentos es que el hombre y la mujer miren en la misma dirección y dejen que sus pensamientos vayan por donde quieran". El crimen del cine Oriente. Javier Tomeo era algo único. Un hombre que albergaba una literatura que no se había visto, ni creo que se vea en mucho tiempo. Una mente con un mundo interior donde lo real y lo irreal se dan la mano en unas novelas cortas y en unos cuentos aún más cortos, con frases cortas y ligeras, repletas de personajes solitarios, que viven sus existencias como pueden. Hace tiempo leí una de sus novelas más conocidas, La mi...