Ruido de fondo, David Gistau
Ya hablé sobre Gistau en la reseña de la antología de sus mejores artículos periodísticos. Un enorme periodista, con una inteligencia soberbia y una pluma afilada y un humor ácido y certero, con el que soltaba mandobles a diestra y siniestra del espectro político patrio. Un hombre que bebía la vida a grandes sorbos y disfrutaba con igual deleite del maravilloso fútbol, sobre todo del Real Madrid, del cine de Scorsese o Tarantino a los Simpson y de la más alta literatura, junto a las aventuras de los irreductibles galos o el intrépido reportero de flequillo puntiagudo. Un intelectual con mayúsculas.
Si el periodismo no le hubiera dado sus mejores frases y ocupará todo su labor creativa, estaríamos ante uno de los mejores novelitas de su generación. Pues solo escribió dos novelas y una antología de cuentos y por desgracia la muerte se lo llevó demasiado pronto en el 2020. Cuando revisando las novedades de la editorial Debolsillo, me topé con grata sorpresa que se reditaba su primera novela Ruido de fondo y no dude un segundo en adquirirla en cuanto saliera.
La novela nos cuenta la historia de Eduardo Bárcena (una especie de trasunto exagerado del autor), al cual la vida parece sonreír. Una novia de ensueño, planes de futuro, una carrera incipiente como periodista y escritor. Pero todo se tuerce cuando en la final de la Champions League vuelve a encontrarse con los demonios de su pasado.
Gistau toma como base para su novela una de sus pasiones: el fútbol. Como dice ese dicho de "escribe de lo que sabes o de lo que te gusta", Gistau usa sus aficiones como armazón para sus relatos. En su otra novela Golpes bajos, es el boxeo lo que mueve la trama. El protagonista, gran aficionado al deporte rey y al Real Madrid, nos hará participes de cómo se desatan las pasiones, llegando a extremos violentos y peligrosos.
El oscuro mundo de los "ultras", grupos de aficionados radicales, que no entienden otra manera de disfrutar de su equipo si no es a través de las peleas y agresiones. Dándole un cariz de soldados entregados a una causa por la que están dispuestos a dar la vida. En resumidas cuentas, hombres agresivos y llenos de un rencor profundo, que ensucian los partidos de fútbol, creyéndose herederos de los Tercios de Flandes, y lo único que son unos descerebrados ávidos de violencia y sangre. Cuanto más alejados de los estadios mejor.
La novela narrada en primera persona, destila noir por todas sus páginas. La terrible odisea en la que se ve envuelta el protagonista es asfixiante. Un viaje hacia un pasado enterrado que vuelve para hacer temblar los cimientos de su nueva vida, trayendo consigo viejos recuerdos, antiguas lealtades y códigos desfasados. El lenguaje es crudo y certero. Para Gistau, no hay remilgos, ni florituras, narra con una mezcla exquisita entre un lenguaje culto y cotidiano. No hay corrupciones políticas que valgan, su prosa es libre y auténtica, como lo era David Gistau.
Una gran novela que se lee de un tirón. De rápida acción, atrayente intriga y unas frases que cortan el aliento. Una gran pena que este gran escritor no se dedicará más a la literatura y que la muerte se lo haya llevado tan pronto. Siempre nos quedarán sus artículos y sus novelas. Que buena manera de empezar el año. Y aún vendrán mejores lecturas.
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