Desmontando el crimen perfecto, Mayka Navarro
Una vez más se abre el fichero de nuestra crónica negra, de la maravillosa y fascinante colección de Sinficción de la Editorial Alrevés y su coordinadora y creadora la periodista de sucesos Marta Robles. Esta vez nos enfrentamos ante un verdadero "crimen casi perfecto", un caso en el que su infame protagonista tejió un plan enmarañado y complejo, fríamente calculado y perversamente llevado a cabo. Una oscura historia de ambición, muerte y suplantación de identidad. Y también es la historia de un personaje malévolo y fascinante, una verdadera "mujer fatal" capaz de hacer cualquier cosa con tal de alcanzar sus objetivos. Damas y caballeros, esto es: Desmontando el crimen perfecto de Mayka Navarro.
21 de febrero de 2008, en el barrio de Gràcia de Barcelona, en un apartamento de alquiler por días se encuentra el cuerpo de una mujer. El cuerpo esta desnudo, sin signos de violencia. Lo más llamativo, alrededor de la cabeza tiene una bolsa atada al cuello con cinta adhesiva. Todo aparenta un posible suicidio. Pero los Mossos d´Esquadra encargados en investigar empiezan a ver extrañezas en aquella. Pronto comenzará una serie de sorprendentes y curiosos giros y descubrimientos.
La mujer es identificada como Ana María Paéz Capitán de treinta y seis años. De inmediato se localiza a los familiares y a la pareja de la fallecida. Tras hablar con el novio, sale por primera vez a la palestra un nombre se irá repitiendo a lo largo de la investigación , y que irá sumando protagonismo. Una antigua jefa suya, que fue la última persona que la vio con vida: María Ángeles Molina Fernández, más conocida como Angie.
Los investigadores descubrieron que la fallecida había hecho una serie de movimientos bancarios. Y al investigar esto, surgió una prueba que sería clave para el caso. En unas imágenes de las cámaras de seguridad de una sucursal de La Caixa, se veía una mujer, sorprendentemente muy similar a la fallecida entrando. Pero había un elemento que hacía sospechar, llevaba una ostentosa peluca. Tras esto los mossos descubrieron una serie de tramites bancarios, firmados por la fallecida. Préstamos y seguros de vida, todos puesto a beneficio en caso de muerte a otra mujer: Susana Berlnádez. Todo esto empezaba a levantar sospechas de que alguien se había hecho pasar por Ana y poder embolsarse una cierta cantidad de dinero a costa de su identidad y su muerte.
Los mossos centraron su mirá en Angie. Desde el principio se mostró como una mujer de un atractivo atrayente. Un ego exacerbado y un derroche de vida insultante. No es para menos que ostentaba varios coches de alta gama. Los mossos le pusieron el objetivo y la vigilaron. La mujer beneficiaria de los seguros de vida comentó que no conocía a la fallecida y comento que había perdido su DNI.
Tras días de vigilancia y tras acordar con el novio de Ana para quedar con Angie con un micrófono oculto y ponerla a prueba. Está reacciono como se esperaba, se puso nerviosa. Y allí cayó en la trampa. Fue detenida. Al principio se derrumbó y dijo que ella no la había matado personalmente, y había contratado a unos sicarios para hacerlo. Después, se encerró en un silencio altanero. Lo que ella no contaba, es que quién menos se esperaba la iba a poner en un aprieto, su pareja. Gracias a la colaboración de él se pudo encontrar unas pruebas incriminatorias de libro. Tras esto empezaron a aparecer una serie de datos rocambolescos y sorprendentes.
Mayka Navarro relata el caso con un estilo perfecto, sobrio y certero. Con un aire de novela de negra al uso, va desgranando paso a paso y con todo lujo de detalles los pormenores del caso. No es casualidad, pero todos los libros de la serie tienen un tempo narrativo digno del mejor noir. Lo que hace más atractiva la lectura de la colección es como, partiendo de casos reales se pueden narrar una relatos intensos y magníficos. Y como se hace en el alguno de ellos, los investigadores son los protagonistas. A través de nombres (creo yo) ficticios, los policías son los que mueven la acción. Sus dudas, sus pesquisas y sus esfuerzos son relatados y se pueden considerar una mención y un homenaje a su trabajo incansable y profesional. Pues ellos son los que trabajan en silencio, sin hacer ruido, para cazar a los monstruos que nos acechan.
Mayka Navarro, al igual que otros colegas periodistas de sucesos, y miembros de este selecto grupo de autores, es un rostro conocido mediáticamente. Tal sería el caso de Alfonso Egea, Beatriz de Vicente, Cruz Morcillo y la pareja inseparable y maravillosa de Manuel Marlasca y Luis Rendueles. Rubia imparable, de lengua viva y certera y terremoto periodístico, Mayka Navarro toma la voz y se desdobla en dos personalidades a lo largo del libro. Por un lado como narradora y por otro de personaje. El porque de aparecer en el relato, es qué por una serie de catastróficas desdichas, se vio involucrada en un lío judicial al, según el criterio de la jueza instructora del caso, cometer un supuesto delito de revelación de secretos. El caso se encontraba bajo secreto de sumario y Navarro publicó un artículo dando detalles sobre el caso que era imposible que conociera sin haber hablado con alguna fuente policial. Mayka Navarro nos cuenta sus miedos sobre la que le podía caer encima y como estuvo a punto de arruinar su carrera.
Pero la otra gran protagonista del caso, es sin duda Angie. Esta mujer de gustos caros, de una falsa apariencia de ostentosidad y un talante engreído y altanero, es una muestra clara de la maldad en su estado más puro y claro. Un ser con una ambición voraz y desmedida, amante del lujo y el poderío para tapar un origen humilde. Alguien con una capacidad de calcular y preparar un plan tan perfectamente orquestado, con todo tipo de recovecos para seguir amasando más y más dinero. Y ser capaz de llegar al extremo de acabar con la vida de una persona, solo para suplantarla y firmar en su nombre, es de una frialdad y una maldad extratosféricas. Un personaje oscuro, cruel, maligno y sin escrúpulos. Un demonio vestido de mujer y con un Louis Vuitton al brazo.
Os animo una vez más a leer esta serie de nuestro true crimen, que es tan perverso, oscuro pero malditamente fascinante. Son una muestra de la maldad que nos rodea y como es de curiosa nuestra condición humana. Nos aterra y repele el mal y sus consecuencias, pero, al igual que la polilla, no podemos evitar acercarnos a la luz de la vela.
María Ángeles Molina Fernández fue condenada el 19 de marzo de 2012 a 22 años de cárcel por el asesinato y la suplantación de identidad de Ana María Paéz Capitán. En el años 2013 el Tribunal Supremo rebajó la condena a 18 años, por considerar que el crimen no fue asesinato, si no homicidio doloso. Actualmente cumple condena en la prisión de Brians 1, en Cataluña.
—No, no fui yo. Pagué a dos tíos para que la mataran. Pero yo no lo hice. ¡No lo hice! Angie al ser detenida.
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