En ese infinito, nuestro final, Gemma Files
Y Gaz, agarrándose el cuello recién duplicado con ambas manos, rugiendo con un dolor y un odio atávicos; el Gaz Doble haciendo lo mismo con el cuello de Gaz, igual de empeñado en asesinar a la persona de la que está saliendo. "¡Solo puede quedar uno!". Los dos luchando como si les fuera la vida en ello, desgarrando e intentando morderse igual que si fueran unos horrendos dibujos animados de carne y hueso, mientras el chaval anónimo del móvil empieza a toser y a gruñir, a rajarse, a aplastarse y a rugir. Mientras su sangre cae en (¿o vuela hacia?) la pantalla torcida de la cámara, mientras el móvil se le escapa de la mano y se estrella contra el suelo, boca abajo. Y, aún así, no sabe cómo, sigue grabando. Sigue trasmitiendo. No hay contestación ni tampoco más imágenes, tan solo esos sonidos horribles. Y así sigue hasta que deja de existir. Hasta que dejan de existir; los dos, los tres o los cuatro. Hasta que alguno de los involucrados en esa melé de horror corporal sobrevive o...