Cazaré al monstruo por ti, Manuel Marlasca

"Pese a sus esfuerzos para hacer desaparecer cualquier vestigio, Ortiz dejo su rastro biológico en las braguitas de Xia, en su vagina y en el pañuelo de papel con el que intentó detener la hemorragia de la cría. La huella genética del pederasta también estaba mezclada con la sangre de su víctima más frágil en dos manchas que impregnaron la sábana sobre la que estuvo mientras la atendían en el hospital La Paz. La sangre que la brutalidad del monstruo hizo manar se convirtió en una de las principales pruebas de cargo contra él". Cazaré al mosntruo por ti.



Seguimos con la colección de crónica negra de la mano de Marta Robles. Esta vez, de mano de uno de los mejores expertos de true crimen patrio, nos adentramos en uno de los casos más tristes, sangrantes y trágicos de nuestra historia negra. Una de las operaciones policiales más trepidantes, efectivas y axfisantes. Una verdadera caza de un monstruo que estaba atacando a los seres más inocentes de nuestra sociedad: niñas. Abrochensé los cinturones que nos vamos de caza, acompañemos a los policías que se dejaronla piel y la salud para detener a un depredador de niñas. Esto es Cazaré al monstruo por ti de Manuel Marlasca.

Madrid, año 2013, una niña de cinco años cuenta que un hombre se la ha llevado en coche, la retuvo y abuso sexualmente de ella. Por desgracia, esta pobre criatura no sería más que la primera de una serie de niñas abusadas, ultrajadas y destrozadas para siempre. Durante meses un grupo experimentado en este tipo de casos, se puso manos a la obra para intentar atrapar a semejante escoria humana, que había elegido como objetivo de sus impulsos más horrorosos a seres tan inocentes. El grupo Candy serán los encargados de llevar la investigación.

El caso fue inmediatamente mediatizado, dada la edad de las víctimas. Día sí y día también que no abrieran los informativos o los programas matinales, con un bombardeo de información sobre la investigación del llamado "Pederasta de Ciudad Lineal", pues este era el lugar donde el monstruo vigilaba y cazaba a sus víctimas. Marlasca cuenta con extraordinaria profesionalidad el caso. En ningún momento cae en morbosidades innecesarias, ni en momentos escrabosos que solos sirven para ahondar en el dolor de las víctimas. Como es natural en la colección, la mayoría de los nombres están cambiados para preservar la intimidad de los involucrados. 

A lo largo de varios meses angustiantes, fueron sucediéndose las niñas que fueron asaltadas, y violadas. En cada una de ellas el Grupo Candy fue centrándose para intentar sacar algún indicio que pudiera dar con el ser inmundo que les había robado la infancia y arruinado la vida. Marlasca, cambiando los nombres por supuesto, relata como fueron las terribles experiencias de estas niñas. El autor, como ya he dicho, no cae en momentos escabrosos, y se agradece, pero es un deber para con las víctimas conocer el horror y el infierno que tuvieron que soportar. El modus operandi de este asqueroso era una pauta a seguir. Espiaba a las niñas guarnecido en su vehículo, para elegir a aquella que cumpliera sus malditos deseos, y cuando veía la oportunidad se acercaba y mediante engaños se las llevaba. Según el testimonio de las niñas siempre usaba las mismas tácticas. Con el uso de mentar a las madres de ellas les decía que tenía que llevarlas a algún sitio, o que tenían que ir con él para cambiarse la ropa. Las criaturas, intimidadas por aquel ser, luego sabreís porque, movidas por la inocencia se iban y allí empezaba el horror. A algunas las abuso en su coche y a otras las llevo a su piso, donde durante horas destrozo sus cuerpecitos de la manera más horrorosa y despreciable posible. Otra cosa que todas coincidían era que, después de violarlas, las duchaba, para borrar cualquier rastro que pudiera incriminarlo.

El testimonio de las niñas es estremecedor. Como, gracias al cariño y el tacto de los policías que cuidaron de ellas, y con dulzura consiguieron sacar información más que necesaria y vital. Hay un momento muy estremecedor, cuando la policía habla con una de ellas, mientras relata el calvario que tuvo que soportar, mientras sus padres aguantan el tipo, la madre destrozada y el padre apretando los puños, imaginando que revienta a hostias a semejante hijo de la gran puta, es de una empatía total. Lua, Paula, Xia y Daisy son los nombres tras los que se encuentran las verdaderas víctimas. El caso de Paula es el más importante. El pederasta, se llevo a esta niña que creía más pequeña de lo que era. Y resulto que, a pesar del trauma, la niña fue capaz de retener en su cabecita hasta el más mínimo detalle, los lugares y características del suceso. Aquella niñita fue capaz de recordar el coche, el edificio y el piso donde fue destruida para siempre. Dio detalles importantísimos. Fue capaz incluso de dibujar la ubicación del edificio donde fue llevada. Paula fue clave para la investigación del Grupo Candy.

El caso de Xia es el más desgarrador. El monstruo se llevo a esta niña china, de complexión enclenque y con apariencia de menos edad, tuvo que soportar una violación horrible que la destrozó por dentro. El ataque fue salvaje, tanto que a la acusación de violación se sumo el de intento de asesinato. El Pederasta de Cuidad Lineal aumentaba la voracidad hasta el punto de la destrucción de aquella pobre criatura.

La última, que llevó a la captura de la bestia, Daisy, demostró que se sentía acorralado y empezaba a cometer errores. A esta chiquilla se la llevo y abuso de ella en un descampado. A plena luz del día. El ansia de violar le estaba llevando a límites peligrosos. Tras una serie de declaraciones que coincidían entre ellas, el Grupo Candy tuvo un perfil más que detallado de quién estaba cazando niñas en Madrid. Un hombre rubio, imponente, de musculatura desprorcionada. Tras meses de angustia, la policía lo encontró. Lo tenía. Había caído el monstruo. Antonio Ángel Ortiz era el hombre más buscado de España.

Este hombre de aspecto imponente, musculoso y rostro duro fue acusado y señalado por sus víctimas. Las pruebas eran contundentes contra él. Durante todo su cautiverio y aún hoy día, mantiene su inocencia, alegando que sería incapaz de hacer "tal barbaridad". Por mucho que lo dijera a los cuatro vientos, las pruebas estaban en su contra. Tras varios años de juicios, testimonios horrorosos, pruebas irrefutables y una investigación impecable, el 23 de febrero de 2017, Antonio Ángel Ortiz, "el Pederasta de Cuidad Lineal", fue condenado a 70 años de cárcel por el secuestro y abuso de cuatro niñas. Se sospecha de tres intentos pero no pudieron ser demostrados. Actualmente cumple condena en la prisión de Herrera de la Mancha, Ciudad Real.

Manuel Marlasca teje en Cazaré al monstruo por ti un intenso thriller de crimen real. Con un tempo digno de una película de Hollywood. Se puede sentir la tensión y la desesperación de los investigadores, como sacaban fuerzas de donde no las había para hacer justicia con aquellas pobres e inocentes criaturas. Se pude sentir el horro, la pena y el asco ante el testimonio de las crías, como relatan su calvario con la inocencia y el medio de unas niñas pequeñas. En momentos no he podido evitar apartar la mirada del libro, horrorizado de lo que leía y he sentido una pena límite de las las lágrimas. Este es, sin duda un libro fuerte, crudo pero necesario. Marlasca escribe de forma concisa, amena, pero de una exquisitez literaria maravillosa. Los crímenes son deleznables y repudiables, pero se pueden medio soportar cuando ocurren a personas adultas, siempre guardando una empatía y respeto por su puesto. Pero cuando le ocurren a los niños se hacen menos digeribles y es inevitable torcer el gesto ante tamaña atrocidad. Para terminar una cita bíblica de boca de Jesús de Nazareth, que muchos deberían grabarse a fuego en la piel: "Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se hundiese en la profundo del mar". Mateo 18, 6.

"Me encantan las niñas, pero desde un punto de vista sano. Una persona que hubiera hecho eso es una persona enferma, porque nadie en su sano juicio podría hacer algo así. Para hacer una cosa de estas hay que ser cruel, y yo no soy cruel. Hay mujeres y hay otras formas, no lo entiendo. La persona que lo haya hecho no debería salir nunca de la cárcel". Antonio Ángel Ortiz, el "Pederasta de Cuidad Lineal".



Manuel Marlasca (1967-)


Antonio Ángel Ortiz, "el pederasta de Cuidad Lineal" (1972-)

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