El aire de un crimen, Juan Benet

"En aquellos dos días el hallazgo vino a suscitar, ni más ni menos, las mismas sospechas y levantar idénticas conjeturas que habían provocado durante un siglo (con un paréntesis durante la guerra civil) todos los cadáveres que el monte arrojara en verano, a modo de respuesta a las numerosas miradas de súplica de quienes sólo sabían sujetar la Mancera o estrujar un estores cuando el forastero pasaba de largo en dirección a las alturas". El aire de un crimen.

Juan Benet es uno de esos autores que todo el que sepa (aunque sea algo) de literatura tiene que conocer. Un totem de la letras castellanas, cuya influencia es innegable. Javier Marías , tristemente desaparecido el año pasado, es uno de los grandes deudores del autor madrileño. 

Pero sobre él pesa una fama de escritor difícil. Un autor para autores. Un torrente de estilo que desborda, que puede hacerse pesado. Influenciado por nombres como James Joyce o William Faulkner, antepone una estructura bien articulada, frente a un argumento que sostenga el libro. Sus grandes obras, Volverás a Región y Saúl ante Samuel son prueba de ello. 

No había leído nada de él, hasta que en una compra navideña, conformada por Cara de pan de Sara Mesa y otros dos, lo vi. Atraído por su sinopsis y porque se decía que es el libro más "apto para todos los públicos", decidí adquirirlo. Y no ha sido mala elección. Sin más preámbulos, esto es: El aire de un crimen de Juan Benet.

Un cadáver con un disparo en la cabeza. Dos soldados se fugan de un fuerte militar. Un recto capitán deberá darles caza, mientras vive una relación con una joven prostituta. Esos serían los elementos donde se sustenta toda la acción de la novela. Y de fondo: Región. Estos tres elementos serán los que sostenga la trama, alicatada con una narración extraordinaria.

A pesar de ser una novela, digamos, "policiaca" o de género negro, la investigación y la resolución del caso es lo de menos. Toda la trama se mueve más en un retrato sobre los personajes y lo que subyace tras el encuentro del cadáver. El autor utiliza la trama como una excusa para relatar las consecuencias de los más bajos instintos del ser humano, como el dinero, la lujuria y el odio, mueven los sentimientos de los personajes. La novela empieza con un elemento que trastoca a la población (el cadáver), y el narrador, omnisciente, vuelve al pasado para intentar desempolvar las nieblas que rodean a la aparición del muerto. Lo que en principio podría ser un ajuste de cuentas o un crimen pasional, lo que se esconde es una trama de corrupción inmobiliaria, tan propia de aquellos tiempos. Todo ello sazonado con los tropos más crueles y sangrientos de esa "España negra" de pólvora y sangre. 

Por todo el relato hay una tensión palpitante. Un aura malsana que hace que uno mantenga la atención. El ambiente es tan hostil que se puede sentir que algo malo va a pasar en cualquier momento. No digo que haya terror en la novela, pues no lo hay, pero Benet es capaz de hacer que todo sea como una mala pesadilla, de esas que se producen en la digestión durante la siesta. Región parece un trozo del Purgatorio. Un lugar donde las nociones del tiempo se han quedado parados. Todo se mueve al compás del denso aire que sale de los profundos bosques que lo rodean. 

Los personajes están descritos hasta el más mínimo detalle. El autor nos muestra lo que serían personas, más que personajes. Tenemos al doctor Sebastián, antiguo médico de prestigio ahora convertido en un alma en pena que apenas soporta su existencia y Fayón, un ex miembro del gobierno republicano en el exilio, que adereza las conversaciones con el médico con largos monólogos. La señora Tinacia Mazón, última dueña de la casa más grande del pueblo y su extraño mayordomo Antonio. El siniestro coronel Olvera, la intrigante madame La Tacón, Luis Barceló y Ventura Palacios, los dos soldados fugados, La Chiqui, una frágil prostituta bajo el yugo de La Tacón y Amara un campesino con turbios negocios. Sobre ellos órbita el Capitán Medina, un hombre que aún conserva una cualidad que no abunda en Región: la integridad. Un hombre que está dispuesto a recorrer hasta el último rincón para dar con los fugados. Pero tendrá una obsesión por La Chiqui.

El estilo de Benet es alambicado, tan habitual en él, pero suavizado para que la novela sea digerible. Por momentos parece una novela del siglo XIX, por la excesiva descripción de las cosas o el uso del narrador omnisciente que todo lo ve y todo lo sabe. Pero para nada la novela es pesada o aburrida, sabe muy bien genera la tensión, como he dicho antes todo está envuelto en una niebla de pesadilla. 

El aire de un crimen es un pequeño divertimento de un autor clave de nuestra literatura, un relajo a su estilo de narrar, demostrando que su talento era innegable. Una historia dura, siniestra y sangrienta, unos personajes corruptos y de fondo Región. Una lectura que te atrapa desde el primer momento por dos razones: el estilo de su autor y el atractivo de la trama. Recomendado para en empezar en la obra benetiana. 

Juan Benet (1927-1993)

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