Mientras escribo, Stephen King
¿Qué lleva a una persona a convertirse en escritor? ¿Cuál es la motivación de los escritores para contar historias? ¿Cuál es la tecnica que utilizan para dar forma a una novela? Pues estas preguntas, y otras más, viene a responder el considerado como uno de los mejores y más vendidos autores tanto del siglo pasado como el actual. Un verdadero narrador, tan inagotable como genial, que nos cuenta en un pequeño librito a modo de catarsis, cual es su metodo de escribir, sus filias y sus fobias a la hora de afrontar el temible folio en blanco y un recorrido por su eterno amor a la lectura. Un verdadero manual del oficio de escritor y una forma de acercarse a una figura tan enorme de las letras. Esto es: Mientras escribo de Stephen King.
Publicado en el año 2000, la trayectoria de King ya era simplemente extraordinaria. Una serie de clásicos atemporales como El resplandor, Apocalipsis, La larga marcha, Cementerio de animales y Misery entre otros cimentaron una bibliografía de un escritor enorme. Por lo tanto ahora tocaba salir del despacho y enseñar como se producía la magia. King abre el frasco de las esencias y nos enseña como es su proceso creativo, su metodo de escritura y también nos enseña una serie de consejos prácticos para futuros escritores. Pero antes toca hablar de como nació la vocación.
Con el título de Curriculum vitae King nos relata en pequeños capítulos numerados, una especie de recorrido vital, narrado con un estilo desenfadado. Vemos a ese joven miope, viviendo junto a su hermano y su madre, mujer que se deslomó para sacar adelante a sus retoños tras la partida del padre, que se fue a comprar tabaco y no volvió. Como comenzó su pronta vocación hacia la escritura, bebiendo los relatos de las revistas de Pulp fitcion y como ganó su primer sueldo siendo su madre quién le pagaba veinticinco centavos por cada cuento que escribía. También narra como comenzó a coleccionar cartas de rechazo de las editoriales donde mandaba sus primerizos manuscritos, engordando un clavo en su pared.
Los años pasaban y el joven King marcha a la universidad donde conoció al gran apoyo de su vida, su esposa. Tabitha King es uno de los pilares donde se sustenta la vocación de King, ella es el viento que insufla las alas de su marido, siendo su primero y mejor crítico (después de él mismo). Ella fue la que rescató del fondo de la papelera la que sería su primera obra publicada y su primer éxito. King y Tabitha se casaron y tuvieron tres hijos: Naomi, Joe y Owen, estos últimos reconocidos escritores. Vivían en una pequeña caravana. King trabajaba de diversas profesiones para mantener a su familia, desde operario en una fábrica de sábanas hasta profesor de literatura, pero siempre mantenía su gran obsesión: escribir. Escribía sobre una lavadora, sobre una tabla de planchar, donde sea. Hastiado de una historia que no le satisface, la descartó con rabia condenándola a la basura. Pero Tabitha estuvo atenta, vío que tenía potencial y se la devolvió: yo te ayudo en lo que no sepas, esto merece la pena. Una vez terminada decidió enviarla a una editorial. Mientras estaba dando clases sono la megafonía: Stephen te llama tu mujer. Como el mismo cuenta pensó dos cosas: o un hijo mío se ha roto una pierna o han aceptado el manuscrito. Efectivamente era esto ultimo. Carrie la historia de una adolescente con poderes telequineticos fue un rotundo éxito. Y lo demás es historia. Durante su carrera, cada vez más exigente, King desarrolló una preocupante adicción, primero al alcohol y luego a las drogas, volviendo su vida en un auténtico infierno. Un testimonio desgarrador es que cada noche se pimplaba una caja de latas de medio litro y que uno de sus mejores libros Cujo, un libro que le encanta, apenas es capaz de recordar su escritura. Gracias a una intervención de su familia hicieron mella en su conciencia y fue capaz de salir de ese pozo de autodestrucción.
El otro pilar fundamental en la vida de King fue su madre Nellie. Ella siempre alentó a su hijo, siendo más amiga que madre y ella pudo leer el libro, pero tristemente falleció víctima de un cáncer antes de ver el éxito de su hijo. King se convirtió en un superventas con mayúsculas. Un autor que con cada libro asfaltaba un camino de enorme calidad literario, dando a la imaginería colectiva horrores y miedos nuevos, monstruos únicos y siendo verdadero heredero de los grandes maestros del horror: Poe y Lovecraft. Pero para esto hay un estilo y un trabajo para llevarlo a cabo.
Caja de herramientas. Stephen King hace un truco de magia. Considera la escritura es un juego de complicidad entre el autor y el lector. Es capaz de hacer uso de la telequinesis y que lo que su mente imagina el lector es capaz de verlo real en su mente. Para ello, el escritor necesita una caja de herramientas, bonita metáfora traída de su abuela carpintero. Y es, esta segunda parte donde King da una clase magistral de escritura. Como si de un profesor se tratará, da una serie de consejos para llaver a cabo un estilo propio y un manejo de trabajo. Su máxima es simple: Lee y escribe mucho. Si un escritor no lee es incapaz de obtener una serie de herramientas, tanto de estilo y de gramática. Alejaos de los adverbios y todo aquello que sea innecesario, no peques de pretencioso o pedante y no abuses de la voz pasiva. Escribe el libro que a ti te gustaría leer y cuando lo hagas, cierra la puerta, aíslate, enciérrate en tu propio mundo y convive con los personajes. El autor es un paleontólogo, un arqueólogo, que con sus cepillo y su pico va desenterrando las historias y puliéndolas. Y sobre todo, no te obsesiones para alcanzar el éxito, la fama o el dinero, pues uno escribe para uno mismo. King hace más efectivos todos esos consejos aderezándolos con ejemplos de otros autores, demostrando su enorme cultura y conocimiento literario.
Y para terminar una posdata: Vivir. Stephen King iba dando un paseo en el año 1998 cuando fue atropellado por una furgoneta. El conductor se distrajo intentado calmar a su perro que estaba la parte trasera cuando arroyó a King. El atropello fue brutal, tanto que fue expulsado a cuatro metros de distancia. Un destrozo total: pulmón derecho colapsado, la pierna derecha destrozada, y la cadera fracturada. King cuenta, con auténtico optimismo, como fue todo el proceso de recuperación, tan doloroso como duro y como, con esa incansable agonía por escribir, consiguió, una vez más, salir adelante y seguir agrandando su enorme prestigio. Pues después de esa casi muerte, vinieron Buick 8, La historia de Lisey, La Cúpula y Mr. Mercedes entre otras muchas, porque, aún sigue publicando.
King nos da una muestra de como es su propio proceso de escritura en Puerta cerrada, puerta abierta. Nos regala como da forma a un relato, en este caso 1408 de la colección de relatos Todo es eventual, como empieza esbozando la historia y luego, como un jardinero, va podando lo que considera insustancial y que hace que el relato sea recargado, jugando con el ritmo narrativo para darle más efectividad.
Mientras escribo es King abriéndose en canal, abriendo la puerta de su despacho del cual surgieron Pennywise, Annie Wilkes, Roland Deschain, Christine o el Overlook. Un manual para jovenes escritores, una magistral masterclass de uno de los mejores autores del siglo pasado y del actual. Un autor capital, despreciado por los puristas, pero amado por el público, un autor de gran cultura, de inagotable imaginación, de incansable vocación, conocedor de su oficio. Un librito delicioso para aquellos que esten empezando y no sepan por donde tirar, quién mejor que de la mano del rey del terror.
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