Costo, las leyes del Estrecho, Andros Lozano

"Desde hace cuatro décadas, miles de toneladas de resina de cannabis cultivada en las montañas de Marruecos han llegado hasta las costas andaluzas en forma de fardos de hachís. Luego, convertida en porros, recorre las calles de toda Europa. Primero, lo hizo en barcos y en botes pesqueros. Después, en pequeñas lanchas. Incluso hay quien se ha atrevido a mandar la mercancía en avionetas y en helicópteros. Ahora, el transporte de mercancía se realiza en potentísimas embarcaciones semirrígidas de catorce y dieciséis metros de eslora con hasta tres y cuatro motores de 250 caballos. Si alguna vez usted es testigo de cómo opera una de ellas, pensará que ha divisado un rayo deslizándose sobre las olas en mitad de una tormenta".  Costo, las leyes del Estrecho.



Tengo la sensación de que las mejores compras de libros son de aquellos que, de forma causal y fortuita, encontramos en las librerías, de pronto, y, como si de un canto de sirena se tratase, una atracción irresistible nos lleva hasta dicho libro, atraídos, ya sea por un título que nos sorprende o una portada que nos es llamativa. Y si ese flechazo se completa con la lectura de la sinopsis, ya el amor es indudable y somos incapaces de deshacernos de el, y vamos flotando hasta la caja para llevarlo a nuestro hogar y disfrutar de un encuentro pasional entre sus paginas. Pues esto me ha pasado muchas, muchas veces y esto mismo me paso no hace mucho. Y, para mi sorpresa, este librito venía a ser una especie de bilogía sobre un tema del cual hablé hace tiempo con otro libro. Un tema tan fascinante como triste: el narcotráfico. Completando a Fariña de Nacho Carretero, aquel volúmen que recoge de manera brutal la historia de la coca en las terras galegas, me lleve éste que, sin cambiar de tema, vuelve la mirada hacia el sur y se centra en el otro gran protagonista del tráfico y consumo de drogas: el hachís, o conocido popularmente como "costo". Sin más preámbulos, esto es: Costo, las leyes del Estrecho de Andros Lozano. 

Si Fariña hablaba del negocio ilícito de la cocaína, introducida por los grandes narcos en las costas gallegas, Costo nos presente el otro extremo, toda la costa andaluza por la cual entra, desde la vecina Marruecos, todo el tráfico del hachís, controlado por los capos de la droga. Pero no solo se centra a Andalucía, también se habla de la lejana última frontera de Europa, las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, Andros Lozano nos radiografía como actúan estas bandas, perfeccionando los métodos de introducción de la droga, pasando por las antiguas pateras llegando hasta las conocidas narcolanchas. También nos pone en la piel de aquellos que estan dispuestos a sacrificar sus propias vidas para acabar con entra lacra. Los policías y guardias civiles, incluso ciudadanos de a pies, que al igual que aquellas madres gallegas que clamaban justicia por sus hijos muertos por el maldito polvo blanco, son capaces de enfrentarse contra los narcos.

Este viaje al corazón del narcotráfico empieza en el Campo de Gibraltar. Al igual que la historia del hombre que cruzaba en bicicleta la frontera portuguesa en Galicia, tan inocente que no sospechaban que traficaba con ellas, esta historia se remonta los lejanos siglos XIX y XX, donde mujeres cruzaban la frontera hacia el Peñón, y en territorio británico descargaban sus vestidos repletos de tabaco. También se usaban perros grandes que secuestraban de fincas vecinas, les ataban al lomo el tabaco y los soltaban a la espera de los del otro lado. Al igual que con otras drogas, el tabaco fue la primera droga que se introducida de forma ilegal.

A partir de aquí, Lozano se centra en la diferentes provincias, municipios, incluso los ríos, por donde han impuesto sus reinados de excesos y terror los narcotraficantes. Por desgracia, donde más proliferan el negocio de la droga es en las zonas más desfavorecidas, zonas donde el paro alcanza cifras sonrojantes y muchos jovenes, desesperados, acaban cayendo en las redes atraídos por las mieles del dinero fácil y rápido. Con la mayor desfachatez del mundo, se han dado el lujo de vanagloriarse de dar trabajo a la gente. Barbate es la primera parada, lugar donde campan a sus anchas gentes de la peor calaña. Antiguos pescadores que vieron como entrando el hachís mediante las pateras, engordaban obscenamente sus cuentas. Clanes como los Osuna y los Palete, enfrentados a muerte por el negocio. También se nos introduce a los "busquimanos", gentes errantes que recorren las playas en busca de fardos perdidos o abandonados. Antón el rey gitano del hachís es el primer "gran" e infame nombre de los señores de la droga.

Ceuta, la lejana frontera con África tiene algunos de los barrios más peligrosos de España, verdaderos hervideros de droga y delincuencia. Todos ellos estan regidos, como si de feudos se tratase, por los narcos, que los controlan a fuerza de balas y terror. El Príncipe, la gran medina de la droga, con sus paredes llenas de agujeros de bala, controlado por Tafa Sodia, Los Rosales son dominio de El Kimbi y Hadú se divide entre los infames El Nene y Abdelilah, son un triste recordatorio del imperio de la droga. En muchos de estos barrios la policía solo tiene dos opciones si quieren entrar: o armados y protegidos hasta los dientes o simplemente no entrar.

Los ríos andaluces también sirvieron a los capos para introducir por sus aguas las mercancías de hachís.  El Guadalquivir es dominio de señores de la droga como El Negro o Ginés y algunos de los agentes de la ley que se dejaron engatusar por los sobornos de los capos.

El capítulo más largo del libro se centra en La Línea de la Concepción y Algeciras, centrándose en destacados capos como los hermanos Tejón conocidos como Los Castañas, Samuelito, Kiko el Fuerte, Potito y "Messi". Con una curiosa conexión con el libro de Carretero, por estas últimas páginas se pasea un viejo conocido de los viejos capos gallegos: Sito Miñanco. Para finalizar, Lozano nos regala un testimonio de primera mano, en la cual narra como se infiltró en una operación de introducción de droga desde Marruecos en una narcolancha. Un relato de puro thriller y terror.

Costo, las leyes del Estrecho es un libro excepcional. Aquí vemos la eterna lucha de las fuerzas policiales contra los narcos, los excesos ridículos de los capos que no pueden ocultar sus deseos de lujo y poder, los estragos que causan en las pobres víctimas. Un verdadero reflejo de un mal que azota nuestra sociedad dejando muchos muertos en el camino. Un negocio tan lucrativo, como nocivo que desbarata nuestro Estado de Bienestar, atentando a la salud pública. Un negocio asqueroso donde unos desgraciados se llenan los bolsillos mientras otros destruyen sus vidas con unas adicciones terribles. Andros Lozano se muestra como un periodista de raza, que se involucra, se juega el cuello, con un estilo directo, pero sensible, un libro escrito desde el fondo mismo del narcotrafico, un relato ameno, duro y deliciosamente disfrutable. 


                                                                                             Los Capos


Antonio Vázquez Gutiérrez, "Antón"


Antonio e Isco Tejón, "Los Castaña"


"Kiko el Fuerte"

Abdellah el Hak Sadek el Membri "Messi"



Andros Lozano (1984-)


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