Fariña, Nacho Carretero
El mal siempre nos fascina. Infinidad de libros se han nutrido de los acontecimientos más infames de la historia. Asesinatos, guerras, terrorismo, son fuente inagotable de historias, tanto reales como ficticias, dándonos una muestra de que la maldad es tan atrayente como una diamante en un lodazal.
El fenómeno del narcotráfico es uno de los más "atractivos", dentro de las actividades malvadas. Desde los tiempos de la Ley Seca, dónde grupos mafiosos se movieron con el contrabando de alcohol en los Estados Unidos en la década de los treinta, pasando por las mafias italianas como la Camorra y los carteles latinoamericanos con la ominosa sombra de Pablo Escobar, han dado muestra de como los grupos criminales han controlado el tráfico de drogas por el mundo.
En nuestro caso, no hace falta que nos vayamos a al cartel de Cali o al de Sinaloa, si no que en el noroeste de España, más en concreto en Galicia, se formó una red de narcotráfico que nada tendría que envidiar a las demás organizaciones criminales. Una serie de capos mafiosos que conectaron la entrada ilícita de drogas en Europa, trayendo mucho dinero para sus bolsillos y una enorme herida hacia una generación que vio frustrada sus ilusiones por un "pico".
Y de toda esta historia trata el libro a reseñar, un tiro certero al corazón del narcotráfico gallego, muy documentado y bien relatado. Damas y caballeros, Fariña de Nacho Carretero.
Coca, farlopa, perico, merca, fariña, múltiples formas de referirse a una de las sustancias más consumidas del mundo y la más adictiva. El trafico ilegal de esta droga es uno de los negocios más rentables del mundo, producción cientos de millones para aquellos que la trafican. Como apostilla el subtítulo del libro CeroCeroCero de Roberto Saviano: "Cómo la cocaína gobierna el mundo".
Pues hubo un tiempo en que en la Galicia más rural, fue poco a poco tejiéndose una enmarañada red criminal, donde desde las remotas tierras colombianas los grupos criminales iban introduciendo fardos y fardos a través de las rías, siendo la puerta de entrada a toda Europa de la cocaína. Y esos grupos criminales, tan cerrados como bien organizados, llegaron a embolsarse cantidades repugnantes de dinero, con la complicidad de las poblaciones rurales, las fuerzas de seguridad y la clase política. Nacho Carretero construye en Fariña, un relato minucioso y pormenorizado sobre la historia del narcotráfico en Galicia, regalándonos una crónica magníficamente escrita.
El libro empieza con una deliciosa historia, contada por los viejos del lugar, donde un vecino cruzaba sobre su bicicleta en numerosas ocasiones la frontera entre España y Portugal. Ante la perplejidad de la Guardia Civil y la Guardia de Finanzas portuguesa, veían con asombro el trasiego constante del anciano entre los dos países, ataviado con un simple saco de carbón. Mientras las búsquedas de material de contrabando eran infructuosas, el anciano siguió haciendo su peregrinaje durante años, sin que se descubriera el autentico contrabando de bicicletas. Con este divertido relato el autor nos introduce en la historia de una Galicia ancestral, rodeada por la Costa da Morte, donde por tierra, mar y ría fue consolidándose una relación entre la necesidad y la ilegalidad.
En los albores del siglo XX un grupo de "empresarios", vieron como una buena forma de enriquecerse con el contrabando de tabaco y, sin ellos saberlo, fueron colocando las primeras piedras para los que luego fueron mutando en los grandes capos de la droga gallegos. Incluso muchos de estos señores do fume (de humo), llamados así por los lugareños, acabarían siendo los capos de la droga. Carretero nos cuenta que el contrabando de tabaco, llego a ser una de las empresas más lucrativas de la Galicia franquista. En una época donde el estraperlo era el pan de cada día, el contrabando fue la tabla de salvación para muchas personas, que vieron como con esas actividades podían tener unos ingresos mayores, que los que tendrían con trabajos más honrados. Esto se vería con muchas más dosis de drama en los años de la droga. Los señores do fume se tornaron en una especie de padres benefactores, dando trabajo a casi toda la población donde residían, y dado que aquel contrabando no pasaba de eso, dando un cariz inofensivo, que luego se tornaría en peligroso. Dadas estas circunstancias los líderes contrabandistas gozaron de una especie de impunidad, dada por la indiferencia de las fuerzas de seguridad.
Con el correr de los años, un selecto grupo de estos señores do fume, miraron hacia Latinoamérica y descubrieron que otra sustancia, más peligrosa que el tabaco, era sustancialmente más lucrativa y podía generarles pingues beneficios. Comienza una de las etapas más negras de la historia de España, comienza el narcotráfico en Galicia.
Este grupo de criminales usaron la infraestructura del contrabando de tabaco para reconvertirlo en la entrada de alijos de droga, perfeccionándola con sumo cuidado. Fueron tan astutos que instauraron una autentica Mafia, llegando a casi crear una "Sicilia gallega", con la salvedad de que a diferencia de sus homologas italianas y colombianas, no llegaron a extremos sangrientos. Manuel Charlín, Laureano Oubiña, "Sito Miñanco" y Marcial Dorado son los cuatro "grandes" capos de la droga, que crearon un autentico imperio criminal, que operó con autentica impunidad durante los años 80 y 90 del siglo pasado. Carretero nos habla con minuciosidad de cada uno de los capos y sus organizaciones, mostrándonos como hombres surgidos de la más absoluta pobreza, acabaron tornándose en unos poderosos señores de la droga, dando rienda suelta a sus caprichos de ostentación. Con los grandes pazos y las enormes mansiones como símbolo de un creciente poderío económico y social.
Carretero cuenta, con toda la tragedia que supuso, como la entrada de la droga se llevo por delante a toda una generación de jóvenes, que vieron truncadas sus vidas por el enganche a la droga, mostrándonos como mientras los capos llenaban sus bolsillos, sus manos estaban manchadas con las lagrimas de esas familias y sobretodo esas madres, que se levantaron en contra de esos criminales para acabar con la impunidad que disfrutaban. Una sección del libro esta dedicado a esa marea blanca, que lo único que buscaban era que les dejara vivir en paz y clamaron hasta quedar sin voz por aquellos que perdieron la vida entre estertores de la sobredosis.
Gracias a ese clamor, la justicia empezó a mirar con lupa y dirigieron sus esfuerzos en acabar con esa lacra que estaba sangrando a Galicia y a buena parte de España. y así nace la llamada Operación Nécora. Una de las operaciones policiales más grandes de la historia de España, donde cayó en pleno todas y cada una de las organizaciones criminales con sus capos a la cabeza. Aunque no fue del todo como se esperaba, incluyendo que los capos fueron absueltos, esto hizo que se asustaran al comprobar que la justicia comenzaba a despertar y que la batalla contra la droga no había echo más que empezar.
Pasada la Nécora, los principales capos fueron cayendo uno a uno por las mismas circunstancias por las que cayó el gánster por antonomasia Al Capone, es decir por evasión de impuestos. Esto hizo que muchos de estos clanes fueran siendo disminuyendo sus actividades, dando una falsa sensación de silencio y de que aquella época llegaba a su fin. Lo cual no era cierto.
Los últimos capítulos del libro nos cuentan que aunque no se vea, no quiere decir que no este. A diferencia de las ostentaciones del pasado, los actuales clanes criminales actúan con una total discreción que asusta. Los herederos del clan de Oubiña y "Los Charlines" son junto a "Os Lulús", "Os Pulgos", "Os de Barbanza", "Os Peques", "Os Piturros", "Os panarros", "Os Mulos", "Os Carniceiros", "Os Panadeiros", "Los Pasteleros", "Os Burros" y "Os Roma", son los clanes que operan en la clandestinidad, llevando un control absoluto de la entrada de la droga, con nuevas formas como las "narcolanchas", pero a diferencia de los grandes capos han dejado de lado toda ostentación escandalosa que pueda comprometerles, pero sin abandonar las estructuras bien jerarquizadas. Pues como decía, aunque ya no llenen las portadas de periódicos o los informativos, el narcotráfico en Galicia no ha desaparecido, bien es verdad que no llegan a los desmanes de sus antecesores, pero el negocio sigue su curso, dando un cierre bastante triste a la historia.
El libro es de una lectura maravillosa. Nacho Carretero hila la historia de forma amena, salpicando el relato con testimonios de aquellos que, de manera directa o indirecta, fueron y siguen siendo participes de esta truculenta historia. Policías, guardias civiles, jueces, fiscales abogados, colaboradores, victimas y las madres corajes, toman la palabra y con su propia voz cuentan como vivieron en sus propias carnes el fenómeno dela droga entrando por las rías galegas. En mi propia experiencia diré que el libro fue comprado un sábado y la lectura acabó el martes siguiente, cuatro días de lectura fascinante y entretenida, tal fue el enganche que me produjo. Una recomendación sin ninguna duda, sobre todo para aquellos que os gusten los libros que traten sobre crímenes reales o "true crime" como diría aquel.
De la polémica que suscitó y las consiguientes denuncia, condena y secuestro judicial del libro, me reservo mis opiniones. Solo diré que agradezco que cundiera la sensatez y el libro volviera a las librerías y así poder disfrutar de este gran libro.
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