Ha vuelto, Timur Vermes

"Es una creencia errónea muy extendida que quien ha nacido para caudillo, el Führer nato, ha de saberlo todo. No ha de saberlo todo. Ni siquiera ha de saberlo casi todo, y hasta puede ocurrir que no tenga que saber nada de nada. Puede ser el más ignorante de los ignorantes. Sí, hasta ciego y sordo, tras un trágico impacto de bomba enemiga. Con una pierna postiza. O incluso sin brazos ni piernas, de manera que al formar ante la bandera hasta le resulte imposible hacer el Saludo Alemán y al cantar el himno sólo brote una amarga lágrima de los ojos sin luz. Voy aún más lejos: el Führer nato puede carecer de memoria. Ser completamente amnésico. Porque la capacidad específica del Fuhrer no consiste en acumular una árida serie de hechos: su capacidad específica es decidir con rapidez y asumir responsabilidad". Ha vuelto.




El libro que voy a reseñar tiene probablemente una de las premisas más polémicas y atrevidas de los últimos años. Una novela que se atreve a traer de entre los muertos a uno de los personajes más perniciosos y malvados de la historia, para pasearlo por el presente y ponerlo frente a una sociedad moderna que lo recibe como un mal chiste. Con muchísimo gusto os presento: Ha vuelto de Timur Vermes.

Año 2011. En un descampado de Berlín se despierta como si nada el mismísimo Adolf Hitler. Confundido, el Führer nos cuenta (la novela está narrada por él propio Adolf) que sorprendido contempla que no hay aviones soviéticos sobrevolando el cielo berlinés, ni bombas explotando por doquier. Al contrario, la paz parece reinar no solo en suelo alemán, si no en todo el mundo. Aturdido, Hitler llega a un pequeño quiosco, donde es amablemente atendido por el quiosquero. Allí descubre la cruda verdad: han pasado 66 años desde que estaba en el búnker. 

Así empieza un fenómeno que asombró y conmocionó a Alemania a partes iguales. Pues pocos estaban preparados para la resurrección del Führer. La novela juega con una premisa bastante aguda: ¿Cómo reaccionaría el mundo actual frente a un renacido Hitler? Y la respuesta no puede ser más que brillante. 

Ante los ojos de aquellos que se cruzan con el resurrecto dictador solo pueden ver un especie de cómico que raya lo denunciable. Cuando el rumor de la vuelta a la vida de Hitler llega a un canal de televisión, los productores ven en él una gallina de los huevos de oro, el cual los pondrá en el candelero por su polémico contenido. Poner enfrente de las cámaras a Hitler y dejarle soltar su discurso sin censura alguna, produce en el público sentimientos contradictorios. 

Por un lado hay una carcajada culpable, incómoda, esa risita que se te escapa cuando lees un chiste negrísimo mientras: joder que fuerte. Ver a ese perfecto imitador del dictador hace que su discurso real se torne en una bufanada, una astracanada soltada por alguien disfrazado del líder nazi que estruja el humor hasta límites reprobables. Pero por otro lado las continuas quejas contra el gobierno de Ángela Merkel, el desempleo, la situación de los inmigrantes, la economía, la relación con la Unión Europea, despiertan en los espectadores ideas de que, a pesar de ser un discurso peligroso, no le falta razón. 

Los discursos de Hitler no han cambiado un ápice de los que soltaba en los años cuarenta. Sigue dirigiéndose al pueblo como "compañeros de raza", arengando sobre el futuro de la Gran Alemania. Pero para la gente del 2011 no es más que comedia chusca, provocadora, irritante. Nadie puede pensar que tras esas palabras hay intenciones ocultas.

Hitler es un narrador bastante convincente. Se muestra como un observador agudo de la nueva sociedad que se muestra ante sus revividos ojos. El bueno de Adolf se sigue considerando el elegido por la providencia para salvar Alemania y llevarla hasta el lugar que le corresponde en la historia. Todo lo que ve le sorprende y altera en igual medida. Ver como su gran sueño quedó reducido a la nada tras la derrota en el 45 no le han mermado el ánimo. Ayudado por su nuevo estatus de estrella mediática, empezará a tener ideas de volver a ocupar la Cancillería del Reich. 

Leer sus autofelaciones son de una ironía sublime. El mismo cuenta en un alarde de caradurísmo sinvergüenza que gracias a su campaña bélica contribuyó al crecimiento demográfico. Vamos que tenemos que darle las gracias por estar vivos al cedernos espacio por haberse cargado a un montón de gente. Pero lo más aterrador es lo encantador que resulta ser. Todos los personajes que colaboran con él en el programa llegan a sentir una suerte de cariño o simpatía por el Führer. En mi caso ha llegado a resultarme simpático en algunos momentos. Ahí radica la gran idea de la novela, el peligroso encanto que despertó alguien como Adolf Hitler, una persona con un discurso de odio genocida, asesino, pero con un carisma arrollador que consiguió desterrar la cordura de una nación y arrastrarla hacia una guerra devastadora y un exterminio sistemático de los judíos.

Ha vuelto es una sátira mordaz y reveladora de los peligros de un fanático al que se le da voz. Solo la sociedad puede volver a ver a uno de los mayores genocidas de la historia como un simple cómico y no ver lo peligroso que es que vuelva dársele voz. Una paradoja de la libertad de expresión que entronca directamente con la libertad misma. ¿Por qué, quién sería capaz de censurar a alguien en la epoca donde más libertad de expresión hay de la historia?

Un Hitler hablando solo no es peligroso, pero cuando su mensaje llega puede inocularse en las mentes de aquellos que les pille desprevenidos. Una novela que removió los cimientos de una Alemania que aún seguía sufriendo las secuelas de ese pasado y también un recordatorio de aquella manida frase de: "hay que conocer la historia para no repetirla". La comedia de esta novela es salvaje y muy acertada, que te hace sonreír con sorna. Brillante y provocadora a partes iguales. Simplemente genial. 

En el año 2015 el director David Wnendt filmó una adaptación de la película con Oliver Masucci como Hitler, donde se mezcla la historia de Vermes con algunas escenas al más puro estilo Borat, en las cuales se puede ver las reacciones verdaderas que puede causar estar frente a frente con el mismísimo demonio con uniforme nazi.


Timur Vermes (1967-)

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