Una película para cada año de tu vida, Alejandro G. Calvo

El cine me viene acompañando desde que tengo uso de razón. Mis primeros recuerdos me traen la imagen de mi yo niño plantado delante de la tele en casa de mis padres, contemplando embobado las deliciosas imágenes de los clásicos de Disney en VHS. Blancanieves y los siete enanitos, Pinocho, Dumbo o Bambi dejaron una profunda huella en mi mente forjando una pasión por todo relacionado con la factoría del ratón Mickey y de su casa hermana Pixar. Yo tuve la suerte de nacer en una de las mejores épocas del cine de Disney. Durante los noventa cada película que sacaban eran auténticos bombazos de taquilla, gracias a esa mezcla única de magia, música, personajes maravillosos y una animación que sigue dejando la boca abierta treinta años desde sus estrenos. Que poco se parece la actual Disney (tan empeñada en destruir su pasado con remakes horribles) con aquella.
Conforme uno va creciendo los gustos cinéfilos van amoldándose a lo que uno va descubriendo conforme se ven más películas. En mi caso he ido ampliando mis gustos cinematográficos, siendo clave el visionado de una peliculas que me han marcado para siempre. La naranja mecánica, Amadeus, 1984, El exorcista, El caballero oscuro dejaron una profunda huella en mí, sembrando un gran amor por el séptimo arte. También me creó una devoción por la figura del director, volviéndome un apasionado de figuras clave de la historia del cine como Stanley Kubrick, Alfred Hitchcock, Martin Scorsese, Wes Anderson, Luis García Berlanga, Quentin Tarantino y Hayao Miyazaki entre otros muchos. Mención también mi pasión por los libros que tratan sobre la figura y la obra de los directores, siendo el libro sobre el genial Sam Peckinpah, reseñado aquí, como ejemplo.
Pues a cuento de esto viene que he leído un libro delicioso donde uno de los mejores, apasionados y más divertidos de los críticos actuales españoles nos hace de guía en un viaje vital extraordinario, en el cual el cine nos acompañará mientras crecemos, maduramos, reímos, lloramos, nos enamoramos, envejecemos y al final abandonamos el edificio cerrando la puerta al salir. Sin mas preámbulos os presento: Una película para cada año de tu vida de Alejandro G. Calvo.
Desde los 0 años hasta los 100 (edad elegida por la longevidad de la abuela del autor), Alex G. Calvo nos da un catálogo de 101 peliculas elegidas para verlas según el periplo vital que estemos viviendo, comenzando con esa fantasía onírico/filosófica que es El árbol de la vida de Terrence Malick, y finalizando con la gran obra maestra (todas sus películas lo son) que es el viaje alucinante y apabullante como es 2001, una odisea en el espacio de (hay que ponerse de pie) de Stanley Kubrick.
Entre una y otra Alex G. Calvo nos dará un muestrario de su grandísimo conocimiento cinematográfico, en donde hay cabida una multitud de directores, géneros, épocas, vanguardias, movimientos y duración, demostrando lo ecléctico que es el gusto del autor. Pero no solo se nombran las películas de cada año, pues como esa piedrecita que rueda por la ladera y va arrastrando a otras piedras hasta caer al suelo, hay multitud de menciones de muchísimas otras películas. Si un capítulo habla de, por ejemplo Los odios ochos (peliculón) de Tarantino, es imperativo que se hable de sus otras grandes películas como Pulp Fiction o Malditos bastardos (peliculones). Pero no solo tiene que ver con la filmografía de un director en concreto, pues si se habla de, por ejemplo, Los cazafantasmas de Ivan Reitman se habla de otros grandes éxitos de los ochenta como Karate Kid, Gremlins o Los Goonies, siendo estos ejemplo de películas ochenteras de exito. Una película arrastra en una red a otras tantas enriqueciendo aún más las acertadas recomendaciones del autor.
Veremos desfilar películas tan dispares como El hombre que mató a Liberty Valence, Annie Hall, Toy Story 3, La vida de Brian, Psicosis y El piano entre otras muchísimas, unas más conocidas que otras, clásicos atemporales, bombazos modernos, animación, drama, comedia, ciencia ficción, cine de autor, cine social, de todo. Aquí se dan la mano los viajes oníricos de pesadilla de David Lynch, el suspense de Alfred Hitchcock, la maestría de John Ford, el humor surrealista de los Monty Python y el drama cotidiano de Yasujirō Ozu. Gran defensor de la figura autoral del director (cosa que comparto) nos invita a visitar las filmografías de grandes realizadores, clásicos y modernos.
Una película para cada año de tu vida es un libro delicioso que derrocha pasión y amor por el séptimo arte. Alejandro G. Calvo escribe igual que como se expresa en los divertidos videos de YouTube del canal de Sensacine, donde escribe sus críticas. Había momentos que escuchaba su voz diciéndole a Veronica (su editora) que le disculpará pues cuando se pone a hablar de una pelicula que le estusiasma se desata una disertación super adictiva. Da un gustazo leerle y escucharle, pues alejado de tecnicismos y palabrería pedante, convierte sus críticas en algo parecido a una conversación con un amigo apasionado del cine que te cuenta de forma coloquial que le ha parecido tal o cual película. Si una película no le ha gusta lo dirá sin tapujos, con sinceridad pero siempre con mucho respeto y si la película le ha gustado, todo será una explosión de palabras de admiración, asombro, pasión y entusiasmo. La Pasión (sí, en mayúscula) por el cine de Alejandro G. Calvo es tan adictiva como unos buenos paparajotes.
Es un libro que se lee de un tirón, pues como digo Alejandro escribe con estilo sencillo, entretenido y muy divertido y que demuestra que cuando algo se habla desde el corazón, el alma y el amor se vuelve aún más enriquecedor y maravilloso. Comparto esa misma pasión a la hora de hablar de libros. En definitiva un libro que hará las delicias de los cinéfilos y de los no tan cinéfilos, que invita a abrir la mente y disfrutar tanto de la vida como del cine. Solo queda sentarse y ver una buena lista de algunas de las recomendaciones del libro y dejarse llevar por la magia del cine, que, junto a los libros, hace que la vida sea un pelín más agradable de vivir. The end.
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