La profecía, David Seltzer

En su magistral recorrido por los libros de terror de bolsillo Grady Hendrix engloba en un capítulo a los "niños siniestros". Que algo tan (en apariencia) inocente e inofensivo como un niño pueda resultar algo terrorífico o espantoso es una de las grandezas del género, pues resulta chocante la perversión de la infancia al convertir a un niño en un monstruo. Creo que Stephen King, Chicho Ibáñez Serrador y Jack Ketchum saben algo sobre eso.
El niño siniestro por antonomasia es sin duda Damien Thorn, quién tras su apariencia infantil se esconde nada más y nada menos que el mismísimo Anticristo, el hijo de Satanás. Surgido de la mente del guionista David Seltzer quien intentaba emular el tremendo éxito de películas de temática demoníaca como La semilla del diablo (horror de tradición) de Roman Polanski, basada en la de Ira Levin y El exorcista dirigida por William Friedkin sobre la novela de William Peter Blatty. La película dirigida por Richard Donner, con Gregory Peck, Lee Remick, David Warner, Billie Whitelaw y un con jovencísimo y siniestro Harvey Stephens de seis años como Damien, con una impresionante banda sonora ganadora del Oscar a cargo del genial Jerry Goldsmith, sobresaliendo el ominoso canto al demonio Ave Satani.
La película fue un rotundo éxito y como era costumbre en la época el propio David Seltzer escribió una novelización de la película la cual también fue un superventas, convirtiéndose en un clásico del género. Y de esa novela vamos a hablar. Acompañadme al nacimiento del Anticristo en esta historia de tragedia y terror: La profecía de David Seltzer. ¡¡AVISO DE POSIBLES SPOILERS!!
Todo parece sonreír al matrimonio formando por George y Katherine Thorn. Tras dos embarazos fracasados a la tercera va la vencida y la mujer da a luz en un hospital de Roma. Pero la tragedia se cierna sobre el matrimonio, y no será la primera. A Thorn le dan la noticia de que su hijo ha nacido muerto. Un sacerdote de aspecto siniestro le dice que no tiene porque contarle la triste noticia a su esposa, pues al mismo tiempo que su hijo, otro niño a nacido pero su madre a muerto al dar a luz. El sacerdote le dice que el niño no tiene a nadie el mundo y que será una buena acción hacerlo pasar por su propio hijo. Thorn acepta y lo criara como a su propio hijo a quien llamará Damien.
Con el tiempo Thorn será nombrado embajador de los Estados Unidos en Inglaterra y vivirá junto a su esposa e hijo en una impresionante mansión. La felicidad colma al matrimonio, disfrutando de ver crecer a su hijo. Cuando celebran el quinto cumpleaños de Damien ocurre un suceso atroz, su niñera se ahorca en lo alto de la mansion al grito de: ¡Damien, esto es por ti! ¡Te quiero! Esta sera la primera de una sucesión de muertes que envolverán a Thorn en una pesadilla que lo llevará a viajar hasta Roma y Jerusalén, acompañado por un fotografo llamado Jennings, para intentar descubrir que fuerzas ocultas han traído la fatalidad a su vida y que hay detrás de los intensos ojos azules del pequeño Damien.
La novela es bastante efectista en lo terrorífico, pues el autor sabe construir escenas truculentas que ponen los pelos de punta. No se escatima la sangre a la hora de narrar algunas muertes. La sucesión de episodios que van derrumbando la idílica vida del embajador, todo ello envuelto por un insano influjo maligno salido del más oscuro infierno, hacen que la acción sea vertiginosa, bien es cierto que hay momentos para coger aire en una tensa calma sin poder abandonar la angustiante sensación de sentirse observado, de pronto pega un sobresalto que te hiela la sangre.
Una cosa que me ha resultado muy interesante es la conspiración que se ha ido pergeñando desde hace siglos para la venida del Anticristo, pues hubieron dos intentos en la historia, cuando la maldad humana imperaba en la tierra, tiempos oscuros donde se derramaba la sangre de los primeros cristianos y Hitler mandaba a las cámaras de gas a millones de judíos, que hacían propicia el nacimiento del hijo del demonio. Como fallaron, en el presente de la novela, gracias a varias coincidencias que se estan dado en el mundo, ha vuelto a ser la oportunidad de traerlo al mundo. Sorprendente es que los que preparen y organicen el nacimiento de Damien sean miembros de la Iglesia Católica, una muestra de como el mal puede infiltrarse hasta en el seno de la Iglesia.
George Thorn es un hombre que la tragedia transforma por completo su persona. Toda una vida perfecta, con un matrimonio perfecto, un puesto diplomático perfecto con un futuro presidencial a la vista, recompensada con la venida de un niño que le colmara de gozo y alegría, se trunca con el infierno que se desata sin poder evitarlo. Verlo pasar por el calvario que la historia le depara, llevándolo hasta límites que lo pondrán al límite, lo convierten en un protagonista excelente. Katherine, la sufrida esposa del embajador es el personaje con el que más se ceba la tragedia. Con unos deseos que rozan casi la obsesión por ser madre, recibe con un inmenso júbilo la venida de Damien. Poco sabrá que ese hecho la pondrá en un enorme peligro. Keith Jennings es un personajazo. De aspecto desaliñado, incapaz de llevar calcetines, vive por y para sacar la fotografía perfecta. Con su eterna cámara siempre colgando al cuello sentirá una atracción por la familia del embajador y cuando descubra que algunos de los personajes que iran palmando tienen una extraña marca en las fotografías que les hace, lo llevaran a unirse a Thorn en la misión de descubrir que narices esta pasando. Otros personajes clave de la novela son el desesperado sacerdote Brennan que intentará convencer a Thorn de que es su hijo, la siniestra niñera la señora Baylock que parece tener una relación muy cercana a Damien y un misterioso hombre que tendrá en su poder el elemento que podrá parar el Apocalipsis.
Pero el personaje donde orbita todo es el bueno de Damien. Este pequeñajo de pelazo negro e inmensos y escrutadores ojos azules puede resultar el niño siniestro menos inquietante del terror. a diferencia de otros como por ejemplo la poseída Regan, Damien apenas articula una palabra en toda la novela. Bien es cierto que hay un par de escenas que lo vemos desatar una furia incontrolada, provocada por la visión de una iglesia y un maligno sentido del humor, apenas participa de las cosas siniestras que ocurren a su alrededor. Lo único que si hace es hacer caer a un personaje por el hueco de las escaleras con su cochecito de juguete, pero claro, la duda esta ahí. ¿Ha sido un fatal accidente? ¿O ha sido intencionado? Cosa vuestra decidir cual es la respuesta. Yo creo que un Damien más desatado vendría más para las continuaciones fílmicas con forme se vaya haciendo mayor pero eso lo veré si hago un maraton de la trilogía.
La profecía es un clasico del terror sin ninguna duda. Grabo a fuego en el imaginario colectivo la imagen siniestra del Anticristo en la figura de un niño, junto a la niña poseída y el bebé diabólico. Se nota las dotes de guionista de su autor, pues maneja la acción con tempo cinematográfico y unos diálogos muy vivos. Pero aún así la novela esta brillantemente escrita y se lee con rapidez. Una historia oscura sobre la venida del hijo de Satanás y el Apocalipsis que hará las delicias a los amantes del género. Cuando veías a un niño de ojos azules haceos está pregunta: ¿tendrá marcados tres seis en el cuero cabelludo?
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