Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón, Francisco Ibáñez

Todo tiene un origen, un principio. Antes de pasar a formar parte del imaginario colectivo, todo personaje, ya sea literario, comiquero o cinematográfico, tiene una primera aparición que lo coloca en el mundo, provocando un cataclismo imparable y dejando una estela que eleva a esos personajes a la inmortalidad. Cuando a Francisco Ibáñez le ofrecieron crear su propia serie en Bruguera jamás pensó que esos dos personajes parodia de Sherlock y Watson iban a convertirse en los personajes más queridos, reconocidos y longevos de la historieta española, elevando a su autor a un pedestal como maestro del humor y autor respetado por varias generaciones. La historia del tebeo español no volvió a ser la misma, cuando un larguirucho calvo y de larga nariz coronda con unas gafas, ataviado con una levita de funerario y un bajito con pajarita y dos solitarios pelos sobre su cabeza, echaron a andar sobre las paginas de Pulgarcito viviendo desopilantes aventuras, repletas de trompazos, enredos, confusi...