El subastador, Joan Samson

"Las ruedas estaban en la leñera. John y Gore tomaron dos cada uno y las llevaron hasta la camioneta. Mim pasó corriendo por su lado riéndose, en pos de la última rueda, que hacía rodar por el césped como si hubiera sido un aro. Gore abrió la puerta trasera de la camioneta y metió dentro las ruedas una tras otra. —Gracias —dijo, y dio una palmadita afectuosa a la rueda que estaba encima del montón—. Apuesto a qué vamos a sacar diez dólares por todo esto cuando ese nuevo subastador ponga manos a la obra. Mim y Hildie miraron dentro de la camioneta. Vieron una caja llena de platos desconchados, una mesa de trabajo de madera de pino muy agrietada y un sillón de gran tamaño al que se le salía relleno de uno de los reposabrazos. —¿Por qué se lleva nuestras ruedas?— preguntó Hildie mientras el vehículo se alejaba —Porque un subastador las va a vender —respondió John. —¿Y por qué? John frunció el ceño y se encogió de hombros. —A cambio de dinero, cariño —le respondí Mim—. Pero eso ...