Las otras niñas, Santiago Díaz

¿Qué pasaría si de uno de los criminales más buscados, un monstruo sin escrúpulos y escurridizo, culpable de uno de los crímenes más infames de la historia criminal española, aparezca de pronto una huella suya en suelo español muchos años después de estar en busca y captura? Pues sobre esta premisa levanta Santiago Díaz una novela adictiva que te atrapa desde las primeras palabras. Una secuela magnífica que pone a la brillante y obsesiva inspectora Indira Ramos y su equipo en el caso más complicado de su carrera, dar caza al mayor monstruo de la historia española. Con sumo gusto os presento: Las otras niñas de Santiago Díaz. ¡¡Avisa de posibles spoilers!!
Tras cerrar el caso de Ramón Fonseca la vida de la inspectora Ramos ha dado un giro demasiado radical para su mentalidad trastornada por el TOC y sus innumerables manías: tras una noche de pasión, rara en ella, que de solo pensar en mantener contacto físico con un ser humano se volvería loca, con Iván Moreno su compañero, se ha quedado embaraza. Tras dudar mucho que hacer, si seguir adelante o interrumpir la gestación, Indira toma la decisión que cambiaría su vida: marcharse a su pueblo en Extremadura y tener el bebé junto a sus padres. Allí tendrá a su hija Alba que le hará ver la vida como algo por lo que vivir, pero sin que sus manías mermen ahora acrecentadas por la seguridad de su hija que está a merced de microbios y bacterias.
Tres años después en una gasolinera el dependiente muere a manos de unos atracadores. Iván Moreno, ahora inspector y jefe de la unidad de Ramos, se le encarga el caso junto la subinspectora María Ortega y los agentes Óscar Jimeno y Lucía Navarro. Lo que parece un rutinario caso de muerte chapucera da un vuelco cuando entre las huellas dactilares aparece una de alguien totalmente inesperado: Antonio Anglés.
Resulta que el español más buscado por la Interpol, el autor material del crimen más atroz y mediático de España, creído fugado por unos y muerto por otros, ha estado viviendo varios años en España junto a su esposa Valeria, de origen argentino y sus dos hijos bajo la identidad de Jorge Sierra ciudadano mexicano. La policía cae sobre él como jubilados sobre un buffet libre y se produce la detención más ansiada por la justicia y la población española desde los años 90, Antonio Anglés culpable de la muerte de las tres niñas de Alcàsser.
La noticia de la detención del asesino de las niñas de Alcàsser cae como una bomba, tras tantos años de dolor para las familias, impunidad de un crimen atroz y cientos de teorías de la conspiración a cada cual más estrambótica, Antonio Anglés está entre rejas. Pero hay una pega que cae como un balde de agua fría: han pasado treinta años del crimen y por lo tanto ha prescrito, a pesar de que el juez lo mande a prisión preventiva tendrá que soltarlo. Iván Moreno e Indira Ramos, recién incorporada al equipo tendrán que investigar los años que ha estado en paradero desconocido con la certeza de que un monstruo así no puede pasarse todo ese tiempo sin matar. Los casos abiertos serán las migas de pan que guíen a los policías en busca de más posibles víctimas de Anglés.
La novela se bifurca en cuatro tramas: la de Indira e Iván investigando el pasado de Anglés, con el que contarán con la ayuda de su mujer la cual queda aterrorizada al descubrir la clase de bestia que se ocultaba tras la fachada de marido y padre. El otro será la investigación del asesinato de un arquitecto por parte de María Ortega y los agentes Jiménez y Navarro, siendo esta última involucrada en el caso. Y el tercero serán las tiranteces entre Indira y Moreno por la dudas de ella en decirle si es el padre de su hija y la encrucijada amorosa de Indira la cual se verá entre la atracción que siente por Moreno y la aparición de un antiguo novio. Y por último seguimos los pasos del malnacido de Anglés, desde aquel maldito día en el que junto a su compinche (y único condenado por el crimen) Miguel Ricart recogieron a las pobres chiquillas y las llevaron a la caseta abandona de la Romana e hicieron con ellas barbaridades tales que darían escalofríos al mismísimo Satanás, en su huida donde irá dejando un reguero de maldad y sangre.
Las otras niñas es una secuela cojonuda, mil veces más adictiva que la primera, y mirad que la primera lo era. Sé que es un tópico muy manido pero no he podido parar leerla, solo quería más y más y más. Santiago Díaz se ha atrevido con un crimen que ha causado dolor a la sociedad española pero lo ha hecho con un respeto inapelable, levantado un ejercicio de ficción brillante, jugando con la posibilidad de que de haga justicia con alguien que tanto daño ha causado.
Elegir a alguien como Antonio Anglés, la persona que más teorías ha causado puede ser algo arriesgado pero consigue crear un magnetismo demoníaco terrorífico. Sobre el principal sospechoso del asesinato de Míriam, Toñi y Desirée, siempre según el testimonio de Ricart y la sentencia, se ha dicho de todo. Que es un monstruo y un psicópata con una mente perversa y una maldad capaz de secuestrar, torturar, violar y asesinar a tres niñas y luego emprender una fuga digna de El fugitivo; que él y Ricart no eran más que dos tontos útiles que trabajaban a las órdenes de un oscuro y secreto grupo de poderosos que gozaban con destruir a niñas jóvenes en terribles rituales que sirvan para películas snuff y que Antonio Anglés murió desde que saltó del barco irlandés donde pretendía huir o que se lo quitaron de enmedio para que no hablará demasiado.
Díaz crea un antagonista diabólico, un auténtico hombre de las mil caras capaz de mimetizarse, con una psicopatía tal que lo haces parecer un hombre atractivo y encantador que esconde a un ser despreciable ávido de dolor y sangre.
La evolución de Indira que se convierte en madre aumentando aún más sus manías y acrecentando su TOC, pero que sin eso merme en algo sus capacidades de investigación la hacen un personaje formidable, sumando a Iván Moreno el cual se vuelve más simpático cuanto más chincha a Indira.
Me podría pasar horas hablando de la novela pero eso os estropearía la experiencia, la que ya os digo es impresionante. Una novela trepidante, llena de giros y sorpresas que te mantiene enganchado, haciéndote que solo quieras pasar al siguiente capítulo y luego otro y otro y así hasta que se llega al punto y final con la satisfacción de haber leído algo increíble y con una pena profunda por qué se termine. Ya estoy con ganas tremendas de leer la siguiente aventura de Indira Ramos y su equipo.
Comentarios
Publicar un comentario