Rojo amanecer en Lepanto, Luis Zueco

"Aquel amanecer lo recordaré toda mi vida. Entre un silencio espeso más de cien mil hombres vimos el amanecer más rojo de nuestras vidas. Los que estábamos allí nunca podríamos olvidarlo, sabíamos que ese día que nacía sería el último que viéramos muchos de nosotros. Dios, nuestro señor, parecía también saberlo, por eso nos obsequio con el amanecer más hermoso que mis ojos hubieran visto nunca. El sol tiñó todo el Mediterráneo de un rojo sangre, como queriéndonos mostrar lo que horas más tarde nos esperaba. Nuestro sacrificio iba a servir para honrar a Dios y salvar la cristiandad".
Rojo amanecer en Lepanto.




En la amplia y magistral historia de España hay una infinidad de nombres cuya gloria y fama engrandecieron una nación cuyo imperio no se ponía el sol. Uno de estos personajes extraordinarios fue alguien que nació como hijo de un rey pero nunca fue aceptado como tal, pero gracias a una personalidad arrolladora, un afán de gloria en la batalla y una defensa férrea por su fe, su patria y su rey, le llevaron a realizar las más grandes gestas de la historia con tan solo treinta y un años. Un hombre que no fue rey pero se comportó como tal. 

Pues sobre este singular personaje teje una novela histórica magnífica uno de los nombres propios del género, dándole voz a un hombre que lo conoció más que como amigo y compañero, como un hermano, que le acompañó en los más impresionantes episodios de la historia española. Acompañadme en esta historia de amistad, historia, lealtad, valor y guerra, donde los ejércitos de Dios salvaron Europa del terror otomano capitaneado por el mayor general español de su tiempo. Con sumo gusto os presento: Rojo amanecer en Lepanto de Luis Zueco.

Nuestro narrador será otro de los grandes nombres de nuestra historia. Don Alejandro de Farnesio, príncipe de Parma, hijo de Margarita de Austria y por lo tanto nieto del César Carlos I de España y V del Sacro Imperio, llega a la bella ciudad de Alcalá para estudiar en su universidad. Allí coincidirá con dos personas con las que formará una estrecha amistad. Uno de ellos será don Carlos de Austria, hijo del rey Felipe II y príncipe heredero. Y el otro será el gran protagonista de nuestra historia, don Juan de Austria, hijo ilegítimo del emperador quien lo reconoció como hijo suyo y la trajo a España para formarse como infante. Pero si hermano Felipe II no le concedió la dignidad de Alteza. 

La primera parte seguirá las aventuras de los tres príncipes en su años universitarios, con sus correrías nocturnas por las tabernas alcalaínas, donde conocerán a un joven pícaro e inteligente con aspiraciones literarias, Miguel de Cervantes; su formación tanto humanista como militar, de la mano de las más grandes mentes de su tiempo como Honorato Juan discípulo de Luis Vives o Carranza gran maestro de esgrima; y sus relaciones en la corte, donde conocerán a personas tan relevantes como la reina Isabel de Valois, Sofonisba Anguissola, dama de honor de la reina y gran pintora o Ana de Mendoza, la intrigante y hermosa Princesa de Ebolí.

Farnesio describirá los años de juventud de los tres príncipes destacando la decadencia del príncipe don Carlos, el cual irá lentamente sucumbiendo a una locura que le lleva a tener terribles ataques violentos y como don Juan irá acumulando virtudes como gran guerrero y buen cristiano, soportando la ambigua relación con su hermano el rey, el cual lo ve como un hermano y un posible rival al mismo tiempo. También es relevante la íntima relación entre don Juan y su cuñada la reina Isabel, los cuales parecen tener una complicidad surgida del despecho de la reina ante la obsesión de Felipe II con la construcción de su imponente Palacio/Monasterio de el Escorial. 

Graciosos son lo momentos donde aparece el futuro autor del Quijote, quién establece una gran amistad con don Alejandro y don Juan por su carácter libre y despreocupado que lo lleva a meterse en algún que otro lío de faldas. Pero lo que más los une es las ansias  que sienten en poder luchar junto a los poderosos ejércitos del rey, los temidos Tercios, demostrando su valor y fortaleza. Don Alejandro tendrá una especie de amorío platónico con Sofonisba la cual lo retratará en un cuadro. Pero el amor no cuajará al casarse con Margarita infanta de Portugal.

Don acontecimientos marcarán el futuro militar del joven príncipe. Uno será la invasión otomana de la isla de Malta, baluarte cristiano defendido por los caballeros de la Orden de Malta. Don Juan querrá ir allí para defender la isla, huyendo de incógnito hasta Barcelona para embarcarse, pero las maniobras del rey lo pararan para evitar una muerte causada por la inexperiencia. Y el otro será la rebelión de los moriscos en las Alpujarras, un intento de sublevación de los pocos descendientes que quedan de los antiguos moros expulsados por los Reyes Católicos para volver a levantar el extinto reino de Granada. Aquí se verán los primeros brotes del futuro general en que se convertirá don Juan, ganando nombre y fama como valeroso guerrero, inteligente estratega y prudente general. 

En la segunda parte, Farnesio narrará uno de los episodios más impresionantes de la historia militar, una batalla que decidió la hegemonía de la cristiandad sobre el Mediterráneo y que el invencible Imperio Otomano podía ser vencido. En Roma acaba de ser nombrado papa Pío V, el cual ve con preocupación las intenciones expansionistas de los turcos, cuya voracidad por controlar el Mediterráneo es insaciable y las ansias por plantar la bandera de la media luna en Europa inabarcables. Por eso decide reunir a las principales potencias europeas en una Santa Liga para detener el avance turco. Bajo la protección de la Santa Sede unirán fuerzas los Estados Pontificios, las repúblicas de Génova y Saboya, la Orden de Malta, la República de Venecia, reticente por las alianzas secretas con Estambul y el todopoderoso Imperio Español. Y el hombre elegido para capitanear las naves contra el turco le vendrá al pontífice por inspiración del Santo Evangelio: Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.

Don Juan de Austria será elegido generalísimo de la Liga y tendrá a su lado la inefable ayuda de su inseparable don Alejandro de Farnesio y don Alvaro de Bazán y don Luis de Requesens en la armada española. Tambien contará con algunos de los marinos más diestros de su tiempo como Agostino Barbarigo y Marco Antonio Colonna. Entre los soldados que lucharan los protagonistas se encontraran con su viejo amigo Cervantes, el cual sobrevivirá a la batalla con la mano izquierda inutilizada.

La más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos ni esperan ver los venideros, como escribirá a los años Cervantes, es la parte más trepidante de la novela. Farnesio como testigo y participé de la batalla nos la narra con todo lujo de detalles, con el estruendo de los cañones, los gritos de los heridos, las olas embravecidas, el crujir de la madera, el acero cortando la carne. Fue una batalla tan sangrienta que se cuenta que hasta el amanecer se torno rojo sangre. En Lepanto se pudo comprobar que don Juan fue tocado con la gloria de Marte, dios de la guerra. En la gran contienda que defendió la hegemonía de la cristiandad en Europa y freno la expansión de la religión de Mahoma, demostró las grandes cualidades como general de don Juan. La valentía a la hora de enfrentarse al enemigo, la inteligencia para llevar con destreza la estrategia militar y la diplomacia para manejar las tiranteces surgidas entre los generales, fueron las grandes virtudes por lo que la batalla de decantó por el lado católico. Farnesio nos muestra al gran héroe de Lepanto con la admiración del amigo que lucha codo con codo, arriesgando la vida, como el ejemplo de buen general. Don Juan de Austria logró emular a su padre, el poderoso emperador Carlos V, quien tambien se enfrentó a los turcos.

Tras la gran victoria contra el turco demostró que no eran tan invencibles y que el Mediterráneo estaba en buenas manos y la Fe de Cristo a salvo. Tras esto la vida de don Juan, pasó de ser el gran héroe de Lepanto a decaer ante su hermano, quien estaba influenciado por poderes oscuros que conspiraban contra el príncipe. Felipe II lo mando a sofocar las rebeliones en los territorios holandeses como Gobernador de los Países Bajos españoles, la gran piedra en el zapato del Imperio, nido de herejes y cuna de la maldita Leyenda Negra que tanto daño a hecho a nuestra historia y que muchos analfabetos dan por cierta. Don Juan asía una corona, pero su hermano no se la concede, así que con la ayuda del nuevo papa Gregorio XIII pondrá en marcha un plan que le convertirá en el rey que merece ser. Salvar a Maria Estuardo, reina católica de Escocia presa de su prima, la diabólica reina Isabel I de Inglaterra, invadir su país, derrocarla y coronarse junto a Maria como los nuevos reyes de Inglaterra. Pero unas fiebres sospechosas truncaran la carrera del héroe de Lepanto, quien sucumbirá el 1 de octubre de 1578 a los treinta y un años, apagando una carrera ascendente de uno de los personajes más importantes y fascinantes de la historia española. La novela termina con las hazañas de Alejandro de Farnesio como sucesor de don Juan como gobernador, quien demostrará estar a la altura de la fama de su amigo, librando brillantes batallas y obteniendo grandes victorias contra los herejes, con el siempre recuerdo de su finado amigo, y el deber de defender el Imperio Español. Como último gesto hacia su hermano, Felipe II mandó trasladar los restos de don Juan para descansen en el Escorial. 

Rojo amanecer en Lepanto es una buena novela histórica. Luis Zueco acierta al darle voz a uno de los protagonistas, pero por poner un par de peros, el lenguaje puede resultar en algunos momentos algo sencillo, cosa positiva que hace la lectura amena e incluso rápida, y el otro es que a veces narra los acontecimientos históricos más como un libro de historia que una novela, pero no deja de ser instructivo. Son pequeñeces que no desmerecen la lectura, pues como digo me ha encantado. 

La primera parte es una historia de amistad y juventud con la corte de fondo, donde Alejandro y Juan, junto al bueno de Cervantes y el pobre Carlos, maduran como los príncipes que son, y se preparan para los grandes episodios que vivirán. Don Juan de Austria es el gran personaje de la novela. Lo vemos a través de los ojos admirados de su amigo, que no conoció jamás a hombre tan extraordinario. El héroe de Lepanto es un personaje trágico, pues sí en vez de nacer como bastardo hubiera sido príncipe legítimo del emperador que rey hubiéramos tenido, sin desmerecer a su hermano Felipe II. La segunda es la mejor parte sin duda. La batalla de Lepanto está narrada de forma genial, con sus trepidantes batallas. 

Una novela que se lee como un tiro, perfecta para introducirnos en uno de los períodos más fascinantes de nuestra historia, donde el nombre de España causaba miedo y admiración, como odio y repulsa a partes igual. Luis Zueco ya es otro de esos nombres a los que seguir la pista. 



Luis Zueco (1979-)

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