Olor a muerte en Pioz, Beatriz Osa
Lo que en apariencia eran seis bolsas de basura, hediondas y olvidadas, dado la ausencia de los inquilinos del chalet, un matrimonio de origen brasileño y sus dos hijos pequeños, se acabo tornando en algo horroroso. Dentro se estaban pudriendo los restos de lo que antaño fue un ser humano. Por desgracia, sería aún más terrorífico. En aquella sala de autopsias del tanatorio de Guadalajara jamás se olvidará lo que contenía aquellas malditas bolsas de basura. Cuatro cuerpos, de dos adultos y dos niños, dos varones y dos mujeres. Estaban completamente diseccionados, descuartizados, mutilados, destruidos. Si la imagen de los adultos era horrible, los cuerpecitos de los niños volvía la escena todavía más sangrante. La autopsia demostró como pudo, que habían sido asesinados de forma brutal. No había dudas, aquellos cuerpos pertenecían a Marcos Campos Nogueira, Janaína Santos, matrimonio brasileño de cuarenta y treinta y nueve años, y sus dos hijos Carolina y David de tres y un año. ¿Quién había sido capaz de tamaña atrocidad? Enseguida se desató un miedo entre los habitantes. Dada la forma del asesinato y el descuartizamiento, todo apuntaba a un ajuste de cuentas. El miedo a un terrible y sanguinario sicario, cundió entre los habitantes de Pioz. Pero, el autor sería el menos pensando.
La policía se centro en investigar al cabeza de familia para dar respuesta al supuesto "ajuste de cuentas". Marcos Campos llevaba unos años viviendo en España con su mujer y sus hijos. Hombre trabajador, pero perseguido por una mala fortuna a la hora del dinero. Pero lo que descubrieron los investigadores era que solo se reducía a eso, no a nada que tuviera que ver con asuntos turbios. La policía se encontraba con un enigma enorme sobre sus cabezas. Pero pronto fijaron su mirada en un elemento, que se volvería crucial para la resolución del asesinato.
Con el matrimonio vivía un sobrino de Marcos, venido desde Brasil con la idea de ser futbolista. Pero la actitud taciturna y alcohólica del joven, trunco su sueño y lo llevo a tener mala relación con sus tíos. Patrick Nogueira, de diecinueve años había retornado de forma misteriosa a su país natal. Los investigadores se centraron en él. Y todo se volvió inquietante.
Tras una orden de captura internacional, Patrick se entregó y fue devuelto a España. Comienza una investigación oscura, donde se mostraría el lado más malvado, cruel y desquiciado del ser humano.
Patrick Nogueira confesó haber matado, mutilado y descuartizado a sus familiares, en una noche hórrida de sangre y muerte. Mató primero a su tía de forma traicionera, apuñalandola. Y luego fue a por sus primos. Después estuvo esperando paciente, como el lobo con el hocico lamiendo la sangre caliente, a su siguiente víctima. Su tío llegó y encontró el horror y la muerte. Luego de asesinarlos de forma brutal y despiadada, procedió a descuartizarlos. Un momento de horror, sangre y muerte.
Nogueira argumentó que todo la vorágine de sangre y carne, se cimentó con una mala relación con sus tíos. Sobre todo con Marcos. Lo acusaba de portarse mal con él y que tuvo que pasar una noche a la intemperie por no ir a recogerlo. Una escusa infantil, que solo dejaba al descubierto la psicopatía de Patrick. Un ser sin ningún tipo de empatía para con sus familiares. Solo sentía odio y ansiaba acabar con los que alimentaban su odio. ¿Quién les diría a la familia Campos-Santos, que saliendo de su país natal para encontrar un futuro mejor, encontrarían la muerte de manos de un familiar venido de Brasil? El destino, en muchas ocasiones tiene un humor oscuro.
Beatriz Osa, relata de manera magistral el caso. Va narrando de forma pormenorizada todas las etapas de la investigación. Cómo manejaron de forma impecable toda la información recabada, toda ella para encontrar al verdugo de la familia brasileña y despejar la incógnita de tan macabro caso. Beatriz Osa nos regala un retrato exhaustivo del llamado "Descuartizador de Pioz", su frialdad, su sadismo y su apetito de sangre. Pero, para darle un cariz aún más siniestro si cabe del caso es que, mientras en España, Patrick Nogueira destruía las cuerpos de sus familiares, interrumpía su trabajo asesino para mensajearse con su mejor amigo en Brasil, Marvin Henriques. Este amigo fue testigo del asesinato paso a paso. No solo de lo que le contaba su amigo, si no que, encima, le mandaba fotos de los cuerpos mutilados. Los dos tenían una conversación malsana y terrible. Una conversación que sería clave para la detención y condena de Patrick. En la mayoría de los libros de la colección, van acompañados de fotografías, que ilustran los casos. En una de ellas, la más fuerte, se puede ver a Patrick Nogueira, desnudo de torso, posando como un guerrero triunfante, embadurnado de la sangre de sus víctimas. Horrible.
El libro es maravilla. Cada libro de esta colección ha sido un deleite morboso. Los casos están tan bien documentados, y mejor escritos, que es imposible dejarlos pasar, sobre todo para aquellos amantes del true crimen y nuestra crónica negra, que es tan terrible, como fascinante. Es verdad que puedo destriparos los caso en las reseñas, pero no tiene comparación lo que cuento, que es una abreviación y simplificación de ellos, a el placer de leerlos. Es en los libros donde os podeís meter de lleno en ellos. Con todo tipo de detalles. Y, un patrón que se cumplen, de momento, en todos los que he leído es, que, son dignos ejemplos de las mejores novelas de género negro. Es que prácticamente lo son, son "novelas de no-ficción", como diría el inmortal Truman Capote. Por eso os animo a leerlas, porque no saldreís decepcionados. Preparaos para un torbellino de sensaciones. Brutal. Magnifico.
Patrick Nogueira fue condenado a 25 años de cárcel y tres prisiones permanentes revisables. Entro a formar parte del selecto e infame grupo de los condenado a esta nueva cadena perpetua. En el año 2021, en la prisión de Herrera de la Mancha, Ciudad Real donde cumple la condena, fue agredido y apalizado por varios presos, fruto de la "Ley de la cárcel", que reza que, quién daña a niños, no merece nada más que respeto. Él que creía que huiría de las peores cárceles de su país...
"—Yo pido perdón, no lo niego, no lo cuestiono. He causado demasiado daño. Hice sufrir a gente que no conozco y a la que tengo cariño...—Y paró. Desde la bancada del público, un familiar de Janaína que se había dado por aludido en el sufrimiento, no pudo contenerse más y susurró un "hijo de puta". Tan bajito que solo lo escuchamos quienes estábamos cerca, y el propio Patrick, quien miró de reojo hacia atrás. Fueron apenas unos segundos, pero en la grabación se aprecia al detalle esa mirada, del que se siente importunado y molesto. Y prosiguió—. Yo sufro porque soy un hombre de un solo destino". Patrick Nogueira, durante el juicio.
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