El callejón de las almas perdidas, William Lindsey Gresham

"Polvo cuando el tiempo era seco. Barro cuando llovía. Maldiciendo, humeando, sudando, tramando, sobornando, bramando, engañando, la feria ambulante proseguía su camino. Llegaba por la noche como una columna de fuego, traía emociones y cosas nuevas a los pueblos amodorrados; luces y ruido y la oportunidad de ganar una manta india, de montar en la noria, de ver al salvaje esos reptiles igual que una madre acariciaría a sus bebés. Luego desaparecían en la noche, dejando la hierba del campo pisoteada y cajas de palomitas de maíz y cucharillas de hojalata que se pudrían como vestigios de su presencia." El callejón de las almas perdidas.

¿Alguna vez os ha pasado ir por una librería y de pronto ver un libro que os llama poderosamente la atención y os lo acabáis llevándolo? A mi demasiadas veces. Un buen ejemplo sería La maravillosa vida breve de Oscar Wao de Junot Diaz y El castillo blanco Orhan Pamuk. También será un buen ejemplo el libro a reseñar. Un libro que me ha atrapado, me ha trasportado a un mundo de ambición de la mano de un ser tan avido de codicia que hará lo que sea para alcanzar sus metas. Señoras y señores, acompañadme a lo más profundo del alma humana, esto es: El callejón de las almas perdidas de William Lindsey Gresham. ¡AVISO DE POSIBLES SPOILERS!

1939. En una de tantas ferias ambulantes que deambulan por los Estados Unidos, se da un espectáculo que atrae por lo morboso que muestra. Un ser llamado "El Monstruo", híbrido de hombre y animal, escandaliza a los espectadores arrancando cabezas de gallinas con los dientes y acariciando serpientes. Pero detrás del fenómeno se esconde una miseria humana. Un hombre tan atado a la botella, que es capaz de degradarse hasta tal punto con tal de saciar su sed etílica. Un trabajador de la feria, Stanton Carlisie, tiene un plan. No quiere ser un simple estafador de medio pelo, él quiere tener el mundo en la palma de su mano. Y hará lo que sea para tenerlo. 

Con su habilidad para encandilar a las personas, se arrima a Zeena, la exuberante vidente de la feria. Aprovechando que Pete, el maestro vidente de Zeena y su marido, esta sumido en un pozo de alcohol, consigue sonsacarles sus trucos para engañar a los incautos y sacarles dinero con sus falsas adivinaciones. Con su tremenda ambición palpitante, no quiere quedarse en la feria estafando a paletos, engatusa a Molly, una feriante que tiene un acto de electricidad. Huyendo de la feria tras un incidente que causa una muerte, Stanton se establece como un adivino de vodevil conocido como "El Gran Stanton". Con la ayuda de Molly, tan inocente como enamorada, de engancho para estafar grandes sumas de dinero a señoronas engañadas. Pero la codicia de Stanton sigue carcomiendole. 

Con un nuevo rol como reverendo espiritista, consigue crear un truco lleno de fuego y artificio, lleno de intrincados mecanismos con los cuales logra sacar dinero a incautos que creen en su habilidad "contactar con el más allá". Aquí se cruzan dos personajes clave, que abocará a un final patetico para Stan: Ezra Grindle y Lillith Ritter. El primero es un empresario cuyo pasado será usado para sacarle hasta los higadillos y la segunda una astuta psicoanalista que sobrepasará en ambición a nuestro protagonista.

Lindsey Gresham urde una trama de seres vacíos, oscuros y llenos de codicia. Todo el relato parece salido de una sofocante pesadilla alcoholica. De hecho el autor tuvo fama de bebedor. El alcohol esta presente en toda lo novela. Es un retrato terrible de como puede consumir y hasta destruir a un ser humano, cuando su vida se atasca en el cuello de una botella. De fondo del relato suena una ominosa musica de circo, tan embriagadora como espeluznante. Como en el segundo círculo del infierno de Dante, los personajes son arrastrados por un torbellino de sus más bajas pasiones. Una historia oscura digna del mejor thriller noir, con un freak show de fondo.

Stanton es un alguien que no conoce la derrota. Mientras unos se retuercen en su propia miseria conformista, Stan les pisotea las cabezas para salir del lodazal y mirarlos con desprecio desde las alturas. Es un pozo de ambición, una alma perdida por la codicia que hará lo que sea. Desprecia a todo el mundo, pues para él solo son peones en su tablero. Opuesto a él Molly es la inocencia. Hija de un padre protector, parece que busca un remplazo de este que un compañero. Encandilada por Stan, será degradada hasta la humillación por su codicioso partener. Pero quien se lleva la palma en cuanto a codicia es sin duda la doctora Lillith Ritter. Esta taimada mujer sobrepasa las ambiciones de Stan, incluso diría que, como Mefistofeles con Fausto, ejerce sobre Stan una influencia maligna, nublando su juicio con sus encantos y dirigiéndolo para estafas aún más rimbombantes y peligrosas.

De fondo esta el fascinante mundo de las ferias ambulantes. Durante la primera parte de la novela, tenía la sensación de estar dentro de la película de 1932 Freaks o también conocida como La parada de los monstruos en España. La hipnotica cinta de Tod Browning es un paseo por lo que eran aquellas colecciones de "rarezas humanas".  La novela también recrea ese ambiente sórdido donde los despreciados se ganan el pan, asombrando a los que los miran con horror y fascinación. 

El callejón de las almas perdidas es una extraña novela negra, tan rara como fascinante. Supe de la existencia de esta historia a través de la adaptación de Guillermo del Toro y cuando encontré que este era el libro en cual se basaba el director mexicano, no dude en comprarlo. Y sin duda a sido una de las lecturas del año. Recomendadísimo.


William Lindsay Gresham (1909-1962)

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