Los Talibán, Ahmed Rashid

"De inmediato los talibán pusieron en práctica la interpretación más estricta de la ley sharía jamás vista en el mundo musulmán. Cerraron las escuelas de niñas, prohibieron que las mujeres trabajaran fuera de casa, destrozaron los televisores, prohibieron una amplia serie de deportes y actividades recreativas y ordenaron que todos los hombres se dejaran crecer las barbas. Durante los tres meses siguientes, los talibán dominarían doce de las treinta y una provincias de Afganistán, abrirían las carreteras al tráfico y desarmarían a la población. Cuando emprendieron la marcha hacia el norte, en dirección a Kabul, los señores de la guerra locales o bien huyeron o bien, agitando banderas blancas, se les rindieron. El mulá Omar y su ejército de estudiantes marchaban a través de Afganistán". Los Talibán.



Cuando el 15 de agosto de 2021 llegaron noticias de que los Talibán, un grupo extremista de Afganistán habían tomado la capital afgana, Kabul, los fantasmas del terror inducido por estos fundamentalistas musulmanes volvían al candelero público. Luego llegaron imágenes que conmocionaron al mundo entero. Cientos de ciudadanos afganos huían aterrorizados hacía los aeropuertos, buscando subirse a los aviones de los soldados de EEUU y la OTAN que se retiraban del país. Imágenes de niños y bebés siendo entregados a los soldados y hombre desesperados que se aferraban a las ruedas de los aviones, para precipitarse al vacío, dejaban en evidencia a la Comunidad Internacional, que se lavaba las manos y dejaba a los afganos a merced de la intransigencia y la barbarie de los Talibán. El presidente afgano Ashraf Ghani tambien dejo a su suerte a su pueblo, largándose por la puerta de atrás. Para bochorno del mundo, los Talibán se grabaron entrando armados al palacio presidencial, mientras jugaban en el gimnasio del palacio, como si de niños se tratase. Estos al tomar el poder, dijeron que iban a proteger a las mujeres, siempre y cuando no incumplieran las nuevas leyes islámicas, y que iban a llamar a elecciones lo más pronto posible. Todo mentira. Los lobos se quitaron la piel de cordero. A día de hoy siguen manteniendo una férrea dictadura de corte religioso, sometiendo a la población a duras condiciones de vida y controlando que se cumplan sus leyes absurdas y surrealistas. Pero, ¿cómo se llegó a esta situación? Porque esto no es nuevo. Hace años los Talibán ya habían tomado buena parte del país, imponiendo un modo irracional de entender la religión de Mahoma, amparando a terroristas y desarrollando la horrorosa idea de la yihad  global. 

Un talibán alzando la bandera del nuevo Emirato Islámico de Afganistán en 2021.


Para entender el fenómeno de los Talibán y por consiguiente la historia de Afganistán, no hay mejor que leer un libro imprescindible, duro y muy bien escrito, que desarrolla pormenorizadamente la historia de un país fallido, arrastrado a guerras civiles cruentas y controlado por intereses ajenos. Sin más preámbulos, esto es: Los Talibán. Islám, petróleo y fundamentalismo en el Asia Central de Ahmed Rashid.

El autor cuenta que un viejo y sabio afgano le relató que: "cuando Alá hizo el resto del mundo, vio que había quedado un montón de desechos, fragmentos, trozos y restos que no encajaban en ninguna parte. Tras reunirlos, los arrojó a la tierra y eso fue Afganistán", una poética y bella manera de describir el país. Enterrada entre grandes cadenas montañosas, Afganistán, literalmente la tierra de los afganos, fue durante siglos una parte importante de la ruta de la seda, esa unión entre Oriente y Occidente a treves del comercio, pero que también fue un gran tráfico de lenguas, culturas y filosofías. Actualmente varias tribus conforman un crisol étnico que han convivido en una calma tensa a lo largo de su historia. Pastunes, tayikos, hazaras y uzbekos y turcomanos pueblan las grandes extensiones del país.

Kabul, la capital a los pies del imponente macizo del Hindú Kush.


Pero centrándose en el fenómeno Talibán, hay que remontarse a los ultimos años del siglo XX. Tras la caída de la monarquía, la joven república se vió envuelta en una serie de inestabilidades que acabaron alzando a una serie de políticos de corte comunista que tomaron el poder proclamando una república de corte socialista. Auspiciados por la Unió Soviética, el país se vio abocado a una crisis total, cosa que hizo que una serie de señores de la guerra comenzaran a atacar a los soviéticos, financiados por los EEUU. Esto llevo a la caída de la república socialista y se instauró una de corte islámica, pero los señores de la guerra o muyahadín no quedaron satisfechos y se enzarzaron en una guerra civil para alcanzar más poder para cada una de sus facciones. Y es aquí cuando surgen los Talibán.

Un grupo de muyahadines.


Talibán viene del pastún y viene a significar "estudiante", siendo estos una suerte de seminaristas islámicos, que se educaron en las madrasas árabes, imbuidos por una encomienda divina de salvar al pueblo afgano del mal de los señores de la guerra, y establecer un régimen ultraortodoxo islámico que cumpla a rajatabla una interpretación única y radical del Corán. Y así, liderados por los mulás, una especie de directores de las escuelas islámicas, se levantaron como santos guerreros de Alá y se lanzaron a erradicar el mal del suelo de sus padres.

Un grupo de Talibán.


El libro se divide en tres partes, en la primera se nos relata cómo se desarrolló el conflicto entre las facciones de guerra tras la caída del régimen comunista y cuáles fueron las circunstancias de la formación y las primeras conquistas de los Talibán. La segunda se nos habla de las características de estos, cuales son su interpretación tan particular del Corán y el trato dado a las mujeres. Y por último se habla de lo que el autor denomina "el Gran Juego", el cual trata de como una serie de potencias mundiales se han beneficiado del conflicto y han dado apoyo o han despreciado a los Talibán, dependiendo de los intereses.

Una de las muestras de lo que representaban los Talibán es que con cada ciudad que caía en sus manos, enseguida los derechos civiles eran suprimidos y cambiados por la sharía o ley islámica tan estricta y radical. Entre las locuras que impusieron fue la de que los hombres debían dejar crecer sus barbar hasta la longitud indicada. Prohibir la música, el cine y la televisión, instando a la gente a colgar sus aparatos eléctricos de los árboles. Cerrar cientos de colegios y echar a las niñas de estos. Las mujeres fueron las que peor parte se llevaron. Debían cubrir su cuerpo por completo con un burka, se le impedía ejercer ningún trabajo a excepción de la de enfermería y su voluntad estaría supeditada a la de los hombres de sus familias. Si todo esto era incumplido, castigos como azotes en público o la pena de muerte eran las consecuencias. Una auténtica tragedia que espantó al mundo entero. Cómo los Talibán son de la tribu pastún, estos discriminaban, sometían e incluso asesinaban a las demás etnias del país.

Mujeres afganas siendo obligadas a llevar el burka.


Un personaje fundamental del movimiento fue uno de sus fundadores y proclamado Emir de los Creyentes el mulá Mohammad Omar. De este líder se conocen pocas cosas y lo que se sabe roza la leyenda. Simplemente conocido cuando fue proclamado líder de los Talibán, apenas tuvo contacto con otros líderes o periodistas (el autor sí se reunió con él y otros líderes Talibán), inclusive su rostro apenas era conocido, tan solo una imagen suya que mostraba a un hombre de larga barba negra y tuerto de un ojo. Omar, a pesar de su secretismo, supo manejarse con inteligencia, mostrándose déspota y cruel aplicando las leyes de la sharía, y diplomático y estratega a la hora de negociar con los poderosos que se acercaban a él.

Supuesto retrato del mulá Omar.

Rashid nos cuenta en la segunda parte del libro las idiosincrasias del régimen Talibán. El fundamentalismo es algo (por desgracia) muy propio de las religiones. Llevar a extremos radicales los fundamentos de una fe es una catástrofe para sí misma, pues la base de esta es traer paz y armonía entre los hombres pero (por desgracia, otra vez) como la religión está manejada por los hombres se ve contaminada por las pasiones y vanidades de estos. La interpretación errónea y fanática de la ley del Corán por parte de los Talibán los convierte en uno de los extremismos más oscuros, ridículos y peligrosos del mundo árabe (junto al régimen de los ayatolás en Irán). Creando la infame Policía Religiosa Islámica, estos malnacidos se dedican a vigilar a las pobres gentes para purificarlos del mal del vicio y el pecado. Cómo ya he dicho arriba las mujeres apenas cuentan en la sociedad Talibán, siendo recluidas en casa, obligadas a cubrir sus cuerpos y siendo útiles solo como criadas y madres de los futuros "guerreros de Dios".

La Policía Religiosa patrulla las calles en busca del vicio.


Otro punto clave de la animadversión de los Talibán en el mundo fue que en sus montes se refugiaron y entrenaron uno de los grupos terroristas más sanguinarios y peligrosos del mundo: Al Qaeda. Los causantes del ataque a las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001 y del atentado en la estación de Atocha en Madrid el 11 de marzo de 2004, tuvieron el amparo y la protección del mulá Omar y los suyos, negándose a entregar a EEUU a su líder Osama Bin Laden. Estos dos grupos ansiaban luchar juntos en una yihad global frente al decante e infiel Occidente. 

Osama Bin Laden.

Rashid nos relata en la tercera parte como las grandes potencias se enzarzaron en una lucha política de alianzas y desgaste para aprovechar los riquezas naturales de las que goza Afganistán. El petróleo, el oro negro y el gas, son los motores de la geopolítica actual, pues las grandes petroleras y empresas del gas controlan la economía mundial. Divididos en dos bandos, las potencias veían como amenaza o como alianza al régimen Talibán siempre y cuando éstos les ayudarán a llenar las arcas de sus estados. EEUU, la Rusia de Putin, Arabia Saudí, Irán y las dictaduras de Asia Central se moverán en un baile apoyos y traiciones al son del ruin sonido del vil metal.

Un gaseoducto en Afganistán.

Los Talibán es un libro capital para entender el fenómeno del radicalismo, la decadencia de los estados fallidos y la hipocresía del mundo movido por intereses económicos. Ahmed Rashid es el mayor experto, no solo en los Talibán, si no también en cuáles son los entresijos del mundo en la zona de Asia Central. A lo largo del libro nos relata de manera muy bien documentada, mostrando como se involucró hasta el punto de ser uno de los pocos periodistas en hablar de tú a tú con los líderes talibán. Puede que por momentos el libro pueda hacerse demasiado denso, dada la cantidad de nombres y datos que aporta, pero está tan bien escrito que se disuelve la pesadez con creces. Un libro que podría averse quedado como una historia de un conflicto pasada, a vuelto a tener relevancia tras la vuelta del miedo y el fanatismo que han trasladado a Afganistán de nuebo al medievo. Magnífico.


Ahmed Rashid (1948-)

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