La Reconquista contada para escépticos, Juan Eslava Galán

"Al-Ándalus no volvió a tener califa. El poder se atomizó como ocurre en los grandes imperios, y en los pequeños, cuando falla la autoridad central. 
Jeques, generales beréberes y caudillos de mercenarios eslavos fundaron fugaces dinastías, las llamadas taifas, unos cuarenta estaditos independientes, una efímera olla de grillos que se fue serenando en la medida que las taifas más poderosas absorbían a las más débiles. Al final quedó media docena.
En contraste con su insignificancia política, las taifas destacaron por sus logros culturales, rédito de los marchitos esplendores del califato. Los más destacados protectores de la cultura fueron los reyes Al-Mutamind de Sevilla y Abd Allah de Granada."
La Reconquista contada para escépticos.



Vuelve el mejor divulgador de la historia (en mi humilde opinión) para narrarnos con su prosa ligera y directa, su humor irónico e inteligente y sobretodo una sabiduría desbordante, uno de los episodios más emocionantes de nuestra historia. Os presento sin más preámbulos: La Reconquista contada para escépticos de Juan Eslava Galán.

El libro comienza en el año 710 en la costa marroquí. Musa iban Nusayr gobernador de Ifriqiya mantiene una conversación con el mercader bizantino Arcadio Monómakos. Los dos hombres hablan de el vecino territorio al otro lado del estrecho, Spania la antigua provincia romana, ahora en mano de los visigodos, es una tierra que alberga unas tierras de labranza espléndidas, sus aguas son dulces y las minas siguen albergando tesoros en sus vientres. También circulan rumores que los reyes visigodos ocultan tesoros legendarios. El gobernador conoce el desgobierno que cunde entre los visigodos y con la bendición del califa de Damasco, Musa manda a su comandante Tarik ibn Malluk. El rey vidigodo don Rodrigo se enfrentó a los invasores pero pereció siendo el último rey visigodo (de una interminable lista que los españoles de la generación de mis padres tuvieron que aprender a la fuerza). Los moros entraron triunfales en Toledo y establecieron un califato que fue poco a poco añadiendo tierras y arrinconando a los cristianos en las zonas más al norte de la península. 

Durante varios siglos los musulmanes establecieron varias dinastías que se fueron sucediéndose al compás de las revueltas y trifulcas entre ellas, cosas que favorecieron las incursiones cristianas. Una de las claves de la expulsión musulmana y la reconquista cristiana fue esa desunión entre los moros, que llevados por el resentimiento tribal, no supieron unirse para enfrentar a sus enemigos. Al frente los cristianos si supieron jugar bien sus cartas. Los cristianos en las altas tierras del norte, establecieron sendos reinos que daban un sistema estructural inamovible, con su propia jerarquía con la figura del soberano a la cabeza. Reinos como el de Aragón, Castilla, Navarra, Portugal, Asturias o León se hicieron fuertes ante el desgobierno moro.

Tal descalabro entre los moros hicieron que el califato se acabará resquebrajando en lo que se llamaron Taifas, pequeños reinos con su propias leyes. Muchas de ellas jugaban al doble juego de ayudar a los reinos cristianos para obtener favores y desfavorecer a la Taifa enemiga. Cada una de ella fue cayendo en manos cristianas hasta que al final el último reducto árabe que quedó fue el reino nazarí de Granada. Este resistió hasta que el último rey moro Boabdil el chico, entrego las llaves de la ciudad a Isabel I de Castilla y a Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos (tanto monta), para luego marcharse no son antes contemplar por última vez la majestuosa Alhambra y llorar ante la reprimenda de su madre. "Llora como mujer, lo que no supiste defender como hombre", dice la leyenda que le espetó al pobre. El año 1492 fue el fin de la hegemonía árabe en la península.

A lo largo del libro, Eslava Galán nos presenta personajes que son clave en la historia de España. Empezando por don Pelayo el rey asturiano que empezó la reconquista frenando a los moros en su avance por la península hasta el norte; Tarik el guerrero que comenzó la invasión árabe; Abderramán III el califa omeya que levantó la espléndida Medina Azahara; Almanzor el victorioso; Fernando III el Santo, Alfonso X el gran rey sabio; Muley Hacen el gran sultán; Jaime I el Conquistador.

Pero sobre todo hay un gran personaje que ya es parte del imaginario colectivo español, inclusive universal. No hay personaje de la reconquista más conocido que Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Espléndido guerrero loado en innumerables obras, desde la obra fundacional de la literatura española que es el Cantar de Mio Cid, pasando por las obras de Guillén de Castro, Pierre Cornielle hasta la épica película de Anthony Man con Charlton Heston como don Rodrigo y la bellísima Sophia Loren como doña Jimena. Este héroe español tan exaltando por el nacionalcatolicismo franquista, que lo elevó a la figura del caballero hispánico cristiano con todas las virtudes de nobleza y defensa de la Fe. Cosa alejada de la realidad pues el bueno del Cid no era más que un guerrero a sueldo que ponía al servicio su espada y la de su mesnada al mejor postor, como bien lo representa uno de mis predilectos escritores, don Arturo Pérez-Reverte en su magistral novela Sidi.

Pero no solo de intrigas palaciegas y grandes batallas se habla en el libro, si no también se nos traslada a los escenarios de aquella época tan convulsa como apasionante. A través de un divertido juego metaliterario, Eslava Galán se traslada en el tiempo a aquellos convulsos tiempos, donde conoce a algunos personajes que le muestran de viva voz como eran varias profesiones de la época.

La Reconquista contada para escépticos es otra muestra palmaria del enorme talento que tiene Juan Eslava Galán para narrar la historia, con su mezcla fresca de erudición y humor inteligente. Solo él podría narra el gran espectáculo histórico que fue este periodo trascendental de la historia de España. Una crónica apasionante que nos traslada a las grandes cortes medievales, a los campos de batalla, a los amplios jardines árabes y las sagradas iglesias cristianas. Salpicada con las graciosísimas notas al pie y siempre poniendo a las fuentes principales como guía y con unas magníficas páginas con fotografías a color, no hacen más que quiera seguir descubriendo más de la historia leyendo sus libros. Magnífico, como siempre don Juan. 


Juan Eslava Galán (1947-)

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