Arquitectos del terror, Paul Preston

"El éxito de la ficción del contubernio judeomasónico-bolchevique tanto para justificar el esfuerzo bélico rebelde como para generar entusiasmo por el mismo es indiscutible. Cabe pensar que al terminar la guerra también terminaría la necesidad de mentir sobre los judíos; sin embargo, como suele ocurrir con las mentiras, estás siempre van a más". Arquitectos del terror.

Paul Preston es uno de los hispanistas más importantes de nuestro tiempo. Nacido en Inglaterra, desde una temprana edad comenzó a tener un interés por la historia española, más en concreto la contemporánea, centrándose en los períodos de la Segunda República, la Guerra civil, la dictadura franquista y la Transición. Fecundo autor de varios libros, ha ejercido por igual la labor como historiador y biógrafo. Ha escrito sobre la guerra civil española, las consecuencias que la produjeron, los aciertos y los errores de la Segunda República, y sendas biografías sobre personajes tan dispares como Santiago Carrillo, Francisco Franco y el rey Juan Carlos I. Atraído por la curiosidad por conocer esos periodos de nuestra historia, he devorado tres libros suyos seguidos (cosa que no me había pasado con ningún otro autor), y ahora os traigo sus reseñas.

Para empezar hablaré del primer libro que me atrajo del autor inglés. Un ensayo sobre uno de los pilares que fundamentaron la dictadura franquista: el contubernio judeomasónico-bolchevique. Esto es: Arquitectos del terror. Franco y los artífices del odio.

Una de las características principales de una dictadura son los chivos expiatorios. Cómo bien reflejó Orwell en 1984, el estado de Oceanía controlado por el Partido Ingsoc usa el odio hacia el antiguo colaborador y luego desertor del Partido, Emmanuel Goldstein, como forma de controlar a los ciudadanos. La poderosa propaganda lo convierte en cabeza de turco y así los anulados ciudadanos no se dan cuenta de lo oprimidos que están y vuelcan sus frustraciones hacia el enemigo del pueblo.

Pues esto es usado mucho por las dictaduras del siglo XX. En la España de Franco, los voceros del régimen usaban el miedo a los "Enemigos de España", para que los ciudadanos aceptarán como único guardián y salvador al Caudillo. El famoso contubernio se convirtió en una especie de coco el cual se adentraba de manera sibilina y silenciosa para menoscabar los valores católicos y corromper el Estado con sus ideas judaicas, masónicas y comunistas.

Franco fue un acérrimo enemigo de los masones. Dice la leyenda que ese odio le venía por su padre Nicolás Franco. Si ya poco aprecio tenía por su progenitor, ya sea por su vida disoluta y sus constantes infidelidades hacia su madre María del Pilar Bahamonde, el hecho de que fuera masón le producía un profundo odio. Pero la verdadera razón radica más en un despecho por no ser aceptado en una logia a la que intento entrar. Cómo bien frustrado que era, Franco no soportó ese desplante y le declaró su mortal, y nunca mejor dicho, rencor.

Franco, a parte de ser un militar cuadriculado y un dictador autoritario, escondía una faceta de escritor que pocos conocen. Bajo el pseudónimo de Jakim Boor, escribió un libro titulado Masones donde hace un verdadero manifiesto antimasón. 

Según Paul Preston, el libro viene a decir cómo las noticias falsas ayudaron al estadillo de la guera civil. Los mensajes de los golpistas buscaban sabotear los intentos de reforma que el nuevo régimen intentaba instalar en una España en vías de desarrollo. Usando noticias de una conspiración que venía de siglos, que intentaba destruir la idiosincrasia española, e instalar un régimen corrupto, controlado por los comunistas y los judíos, argumento utilizado por los nazis. Es a través de los capítulos del libro donde Preston cuenta como Franco y una serie de personajes, los Artífices del odio, crearon el mito nefasto del contubernio.

El primer capítulo, "Fakes news y Guerra Civil" nos habla de la influencia de los más cercanos al dictador y sus propias experiencias políticas exacerbaron el odio del Caudillo hacia los masones. Personajes como su cuñado Ramón Serrano Suñer o el psiquiatra Antonio Vallejo -Nágera.

Franco y el "cuñadísimo" Serrano Suñer.


Los siguientes capítulos son unas pequeñas biografías de una serie de personajes, a cada cual más siniestro, que, con sus escritos, discursos y mensajes, levantaron el mito absurdo de la conspiración judeomasónica-bolchevique. 

El policía. Mauricio Carlavilla es un personaje patético y oscuro. Escritorzuelo de una serie de libros absurdos bajo el nombre de "Mauricio Karl", vertió en ellos su antisemitismo y anticomunismo. Policía frustrado, utilizó su trabajo para obtener información y delatar y detener a posibles elementos subversivos. Sus libros fueron un auténtico éxito de ventas en el ambiente de extrema derecha. Participó en un complot para asesinar a Manuel Azaña.

Mauricio Carlavilla.


El sacerdote. Juan Tusquets olvidó su condición de sacerdote y se dedicó a lanzar diatribas peligrosas contra los judíos y los masones. Franco fue un ferviente lector  de sus obras. Defensor de la sublevación militar, ayudó desde el golpe militar, a sustentar la causa a la lucha del contubernio. El padre Tusquets desarrolló todo su odio en confeccionar listas donde anotaba nombres de numerosas personas que fueron detenidas, torturadas y fusiladas. Caída la dictadura, en su vejez, quién sabe si movido por el remordimiento, negó cualquier implicación en la redacción de las listas y renegó del franquismo, como buen cobarde.

Juan Tusquets.


El poeta. José María Pemán fue un poeta que pasó los últimos años de su vida como un férreo detractor de la dictadura. Pero según Preston fue un personaje oportunista y mentiroso, que se arrimó al sol que más le calentaba. Pemán pasó de ser un monárquico convencido que vió con horror la llegada de la República. Tras esto se volvió un agitador civil y defendió una subvención militar. Convencido del éxito de los golpistas, dio exaltadas arengas a favor de la España verdadera y elevó a categoría de héroes a Franco y los suyos como defensores contra el maligno contubernio judeomasónico-bolchevique. Admirador de Hitler y Mussolini dió discursos fanáticos en Alemania e Italia, donde defendía el fascismo. Y como buen oportunista al albor de la democracia repudió el franquismo en un alarde de cinismo.

José María Pemán.


El mensajero. Gonzalo de Aguilera, conde de Alba de Yeles es un personaje extraño. Aristócrata de buena posición, hablaba varios idiomas. A diferencia de los demás personajes de esta ominosa lista, Aguilera no fue un ideología del mito del contubernio. Pero sus acciones si sirvieron a las duras represiones del bando sublevado. Cómo hablaba con fluidez el inglés, fue una especie de mensajero entre los corresponsales extranjeros que cubrían el conflicto, hablándoles sobre sus locas teorías. Excéntrico personaje, el capítulo de su vida es un verdadero viaje hacia la locura.

Gonzalo de Aguilera.



El asesino del Norte. Emilio Mola, conocido como "el Director", fue el principal ideólogo y cabecilla del golpe de estado del 36. Cómo Franco, luchó en las guerras africanas donde desarrolló un sadismo salvaje, tras el cual durante la guerra civil explotó una represión atroz en el norte. Superior de Carlavilla, compartía con él un odio contra el contubernio, a los que metía a todos en el saco del comunismo. Considerado como el futuro jefe de un posible gobierno tras la guerra, Mola murió en un extraño accidente de avión, que favoreció a las ambiciones de Franco que acaparó todo el poder como Jefe del Estado. 

Emilio Mola.


El psicópata del Sur. Gonzalo Queipo de Llano, al igual que Franco y Mola participó en la guerra de África. Apoyó la dictadura del general Miguel Primo de Rivera, y denostó la monarquía de Alfonso XIII. Una vez instaurada la República, se acercó a ella y tuvo un buen trato de favor. Pero como un buen resentido, enseguida vio con buenos ojos el golpe de estado. Unido al bando sublevado, logró conquistar Sevilla en una acción relámpago que elevó su ego a límites dementes. Una vez controlado el Sur, ejercicio una represión brutal que dejó numerosas bajas entre hombres y mujeres. En un alarde de egocentrismo, Queipo de Llano se dedicó a lanzar discursos delirantes por radio, donde mostraba su odio hacia el contubernio, donde instaba a sus hombres a eliminar con ferocidad a los Enemigos de España. Cuando Franco se estableció como Caudillo de España, enseguida fue relevado a segundo plano.

Gonzalo Queipo de Llano.


El último capítulo, "la guerra interminable" nos cuenta como después del conflicto, durante la dictadura Franco y su círculo íntimo, incluido su mano derecha el almirante Luis Carrero Blanco, siguieron utilizando el mito del contubernio judeomasónico-bolchevique, incluso como en el último discurso de Franco antes de morir dejó bien en claro que seguí latente su odio 

Franco y Carrero Blanco.


Arquitectos del terror es un libro extraordinario. Paul Preston escribe de manera amena pero muy bien documentada un tema poco conocido de nuestra historia reciente. El hispanista nos muestra como los discursos de odio y las noticias falsas son capaces de crear un relato plausible y creíble el cual es capaz de justificar las peores atrocidades. Los personajes del libro están unidos por un odio y una creencia absoluta hacia una de las falsificaciones más importantes de la historia. Los protocolos de los sabios de Sión fue un supuesto texto donde se recogían las reuniones secretas de un grupo poderoso de judíos y masones que establecían un plan para desestabilizar desde las sombras los gobiernos y acabar controlando el mundo. Descubierto como una falsificación, fue utilizado durante años como escusa para atacar a la población judía. Hitler y sus secuaces se valieron de este texto para llevar acabó el Holocausto. 

Paul Preston nos enseña que, por desgracia, esos discursos están de actualidad y siguen siendo igual de peligrosos. Un libro muy necesario.


Paul Preston (1946-)

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