El crimen de la peregrina, Pablo Muñoz
Vuelve Sinficción, la magnífica colección de libros que recogen los casos más sonados del true crimen español, escritos por los mejores expertos en crónica negra. Esta vez Pablo Muñoz un reputado periodista del ABC, especializado en sucesos y terrorismo, nos relata uno de los crímenes más mediáticos de los últimos años, un cruel asesinato que se dio en un lugar tan santo como el Camino de Santiago. Con mucho gusto esto es: El crimen de la peregrina de Pablo Muñoz.
Denise Pikka Thiem, una mujer estadounidense de 41 años vivía una vida apacible. Soltera y con un trabajo que le gustaba, una relación estrecha y muy cercana con sus padres y su hermano Cedric, pero ella sentía que algo faltaba en su vida. Ese vacío existencial que muchas personas sienten, y que es muy difícil de explicar. Pero una película le dio la respuesta a esas dudas. Tras ver The Way (El Camino), protagonizado por el genial Martin Sheen donde hace el rol de un viudo que decide terminar el recorrido por el Camino de Santiago tras la muerte de su hijo durante el trayecto. Aquello fue una revelación para Denise, hacer el Camino sería para ella encontrar aquello que le hiciera despejar las zozobras que albergaban su mente. Así, después de contarlo y despedirse de sus padres y de su hermano, Denise partió hacia la lejana España para emprender el Camino en busca de si misma. Por desgracia nunca regresó.
El día 5 de abril de 2015 se perdió todo rastro de la peregrina. Su hermano que mantenía contacto directo con ella durante su peregrinaje, se alarmó al no tener noticia de ella. Por eso decidió ponerse en contacto con algunos de los peregrinos que conoció su hermana. Un gran apoyo para Cedric fue Javier Pombo, un piloto de avión que coincidió con Denise en el Camino. Este hizo todo lo posible para ayudarle y le acompaño a Astorga, en León, último lugar donde se vio a la peregrina, cuando Cedric vino a España para buscarla.
Allí la policía enseguida comenzó a investigar y todo parecía llevar hasta Castrillo de los Polvazares, una pequeña localidad de Astorga donde habían recibido notificaciones de varias peregrinas que habían sido atacadas por un vecino llamado Miguel Ángel Muñoz Blas. Éste había sido detenido pero fue soltado a no poder probarse que él fuera el autor de dichos ataques. A pesar de eso, enseguida fue visto como principal sospechoso de la desaparición de Denise por múltiples factores. Era conocido en el pueblo por causar algún que otro altercado, por colocar flechas que desviaban a los peregrinos por su casa y por colocar refugios de caza para poder observar oculto a las peregrinas que pasaban. También era conocido por ser un okupa y tener tendencias anarquistas. Los agentes pusieron el foco en él desde el principio pero tendrían que recabar las pruebas suficientes para poder inculparlo. Si ya estaban estresados, no contaban con la presión que vendría del extranjero.
Los padres y el hermano de Denise empezaron a impacientarse por las pocas informaciones que la policía española les ofrecía y decidieron ejercer una presión influenciada por la desesperación y el ansia por saber el paradero de Denise. Entablaron contacto con el senador republicano y candidato presidencial John McCain, quién se involucró y llegó a escribir a Marian Rajoy por entonces Presidente del Gobierno, para que el FBI se involucrará en la investigación. Pero aquí las autoridades españolas se plantaron, entendiendo las razones de los familiares, diciendo que los cuerpos policiales españoles estaban más que cualificados para poder resolver el caso sin ayuda externa y que no tuvieran dudas de que más pronto que tarde se resolvería.
Miguel Ángel Muñoz Blas estuvo durante mucho tiempo en el punto de mira, pero la policía no encontraba nada que pudiera incriminarlo en la desaparición de Denise, y para poder hacerlo se centraron en el dinero. Cedric había contado que su hermana llevaba una cantidad de dinero como colchón para cualquier imprevisto. Por eso el culpable en la desaparición se habría llevado ese dinero. Tras meses buscando la policía encontró que en una sucursal bancaria las cámaras grabaron a Miguel Ángel Muñoz Blas en la taquilla. Allí pudieron corroborar que había cambiando dólares en euros. Ya está, lo tenían había que detenerlo.
Miguel Ángel Muñoz Blas fue detenido y en el viaje hasta la comisaría dijo: "os llevaré donde está enterrada la chica". Tras meses de incansable busqueda, la policía mató dos pájaros de un tiro. Detuvo al asesino de Denise Pikka Thiem y encontró su cadáver. Éste se declaró culpable del asesinato de la chica, cuando la asalto en el camino, la golpeó con palo, le corto el cuello y la enterró después de cortarle las manos.
El crimen de la peregrina es un libro tristísimo pero lleno de una gran esperanza. Pablo Muñoz nos narra con precisión como los agentes se comprometieron para dar respuesta a la desaparición de Denise, incansables, demostraron a los estadounidenses que nuestros Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado son de las más eficientes, preparadas y cualificadas en la resolución de crímenes. Cómo son capaces de robar horas de sus propias vidas con tal de resolver los casos. Una implicación que se nota sobre todo en el agradecimiento de los familiares de Denise que vieron con lágrimas en los ojos como era encontrada su familiar.
Es triste, pues aunque todos los crímenes lo son, este lo es especialmente por Denise, que por lo que se cuenta era una mujer muy especial, que desprendía bondad, que llegó a España para hacer el Camino de Santiago en búsqueda de un cambio en su vida, hizo grandes amistades que fueron piezas clave para la resolución de su muerte y que tuvo la cruel suerte de cruzarse con un monstruo asqueroso que le arrebató la vida de una manera miserable. Aquí esto me recuerda al caso de Federica Squaresi, una chica que viajo de su Italia natal a Ibiza con una amiga y por desgracia encontró la muerte. Magistralmente contado en el libro de Carles Porta . Y la esperanza, como digo radica en todos aquellos que arroparon a Cedric y su familia, con Javier Pombo a la cabeza. Unas personas extraordinarias unidas por la amistad y el dolor. Esto también me recordó al crimen de el descuartizador de Majadahonda , donde una mujer argentina encontró la muerte lejos de su país.
Otra sensación que produce el libro es una constante frustración ante la impunidad que disfrutó Miguel Ángel durante un tiempo. Este monstruo siempre intentó pasar desapercibido, tras una fachada de hombre tranquilo que escondía un depredador y manipulador que acabó segando la vida de una inocente. Verlo caer en las garras de la policía tras intentar salir impune de su crimen es un auténtico gustazo.
Pablo Muñoz narra la historia de forma muy amena, sin necesidad de datos innecesarios, dando un relato híbrido entre la novela y la crónica periodística. Un libro que se lee como digo con tristeza pero con una gran esperanza, pues ante el mal más absoluto siempre se alza la mejor bondad. Dos caras de la misma moneda de la condición humana. Magnífico, como siempre en esta maravillosa colección.
Miguel Ángel Muñoz Blas fue condenado el 11 de abril de 2017 a 23 años de cárcel por el asesinato de la ciudadana estadounidense Denise Pikka Thiem. Cumple condena en el Centro Penitenciario Madrid IV Navalcarnero.
Pues en este momento no sé qué más tengo que decir. A ver...Me arrepiento y, bueno, que no lo volveré a hacer jamás, en la vida. Ya lo voy a pagar demasiado. Declaraciones de Miguel Ángel Muñoz Blas ante la jueza.
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