La Guerra Civil Española, Paul Preston

"En la madrugada del 18 de julio, Franco y el general Luis Orgaz despegaron de Las Palmas. Al llegar a Madrid la noticia de la sublevación en Marruecos, Azaña preguntó a Casares Quiroga qué estaba haciendo Franco y recibió una respuesta que reflejaba una infundada sensación de seguridad: "Está bien guardado en Canarias". Casares llamó por teléfono a su amigo, el distinguido filósofo, profesor Juan Negrín, y le dijo: "Está garantizado el fracaso de la intentona. El gobierno es dueño de la situación. Dentro de poco todo habrá terminado". La Guerra Civil española había comenzado y la República ya estaba en desventaja". La Guerra Civil española.



La Guerra Civil española es uno de los acontecimientos históricos más investigados y documentados de la historia, pero sin llegar a la atención de los dos Guerras Mundiales. La lucha fratricida entre españoles ha sido materia de infinidad de libros, no solo de autores patrios si no también extranjeros. Paul Preston es uno de los grandes especialistas sobre el tema, desde un enfoque de neutralidad foránea, intenta condensar en algo más de 300 páginas los convulsos años que correspondieron a la proclamación de la República, el intento de golpe de estado y la consecuente contienda civil. En un ensayo riguroso y muy bien documentado Paul Preston aprovecha los ochenta años, fecha en la que se publicó el libro, crear una hora de referencia a la hora de adentrarse en el mundo de la cruenta guerra fraticida. Con sumo gusto esto es: La Guerra Civil española de Paul Preston. 

En la introducción, Preston cuenta como a pasear del paso del tiempo la guerra civil sigue siendo un tema tabú en la mayoría de ambientes sociales y políticos españoles. Con una cantidad sonrojante de seres humanos que descansan en cunetas alejados de familiares que puedan darle una última memoria, mucha gente cree que las heridas de la guerra aún siguen sangrando y que todo lo logrado en la Transición solo sirvió para taparlo todo y que no volviera a suceder otro enfrentamiento. Preston considera que hay una suerte de historiadores poco serios que han encabezado una suerte de revisionismo en cuanto al tema, con este libro intenta dar una visión más completa y rigurosa de las posibles causas que desencadenaron en la contienda. 

Según el hispanista inglés, el enfrentamiento entre españoles no fue cosa de las consecuencias políticas de la República, que también, si no que se remontan a siglos atrás, en los cuales los grandes terratenientes, los aristócratas y la Iglesia fueron acumulando poder a costa de la supresión de derechos del pueblo. Todos esos años de opresión desencadenaron en un odio y rencor enquistado que estalló en la guerra. Cuando en el año 1931 unas elecciones trajeron el ambiente republicano, con la consecuente marcha de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República muchos celebraron los vientos de cambio que traía el nuevo régimen, con una sociedad más igualitaria y mucho más progresismo.

Los primeros años de la República los principales partidos de derecha e izquierda fueron estableciendo sendos bloques muy diferenciados, en los que buscaban una mejora en la nueva sociedad emergente. Por un lado la izquierda, formada por comunistas, socialistas, anarquistas y sindicalistas, que luego formaron el llamado Frente Popular, llevaron una serie de reformas bastantes radicales para intentar sacar a España de años de retraso en comparación con los países colindantes. El sufragio universal, una educación de calidad, pública y laica, mejores condiciones para los trabajadores, en su mayoría campesinos y suprimir los privilegios que gozaban varios sectores de la población. Y por otro la derecha, englobada en el partido de la CEDA donde se unían ideologías monárquicas y clericales y por otro partidos más radicales como Falange Española,  buscaban que todo quedará como estaba y que los tres grandes bloques que los sustentaban, el ejército, la Iglesia y los terratenientes, mantuvieran sus privilegios. 

Fueron años convulsos durante los cuales la política se resolvía con crispación y a punta de pistola. Los ánimos se caldeaban con explosiones de violencia callejera, quema de conventos, huelgas cruelmente reprimidas y enfrentamientos entre falangistas, anarquistas y comunistas. Mientras los gobernantes de la República intentaban arreglar los desaguisados y el desgobierno, en la sombra de estaba fraguando una conspiración por parte de algunos generales, con Emilio Mola y José Sanjurjo a la cabeza.

Todo voló por lo aires con el golpe de Estado fallido en julio de 1936 que acabó en un enfrentamiento entre los militares sublevados y los leales a la República. Así dió comienzo la Guerra Civil española.

Paul Preston describe la contienda con suma precisión y objetividad. Habla de la ferocidad de las matanzas que se producían fuera del campo de batalla, donde los grupos reacciones de izquierda y derecha asesinaban a diestro y siniestro. En un lado derechistas, monárquicos, empresarios, policías y miembros del clero eran masacrados por las ordas incontrolables de las milicias anarquistas y en el otro izquierdistas, sindicalistas, obreros, milicianos eran ejecutados en fusilamientos masivos, sumarísimos sin juicio alguno en tapias de cementerios. El odio imperó a sus anchas en los dos bandos, dejando escenas de crueldad sangrante. Hermanos, amigos, socios se mataban un día después de compartir una copa juntos. 

Dos bandos ya establecidos, por un lado el ejército leal de la República, formado por milicias populares, mal equipados, indisciplinados pero llenos de una moral inquebrantable, el llamado Ejército Rojo. Y por otro los sublevados, mejor equipados, disciplinados, una máquina bien engrasada de muerte, el ejército Nacional o luego llamado franquista. 

Una de las principales características de esta guerra es que las potencias mundiales vieron en la contienda un experimento a observar. Por un lado Alemania, Italia y Portugal, gobernados por sendos gobiernos fascistas con Hitler, Mussolini y Salazar respectivamente, ayudaron sin pensarlo al bando nacional en un campo de experimentación con sus tácticas, armamentos y aviaciones. Soldados alemanes, italianos y portugueses sirvieron a las órdenes de los sublevados. En el bando republicano, las grandes potencias como Gran Bretaña y Francia decidieron no participar, en un acto de irresponsabilidad y poca solidaridad, cosa que luego pagarían en la consecuente Guerra Mundial. Los depauperados milicianos se contentaron con la ayuda de las Brigadas Internacionales, una unidad militar integrada por voluntarios extranjeros, formado por europeos y  americanos. El otro aliado fue la Unión Soviética de Stalin que envió armas y tanques.

Una de las principales causas que provocaron la derrota de la República, a parte de la indisciplina y la falta de apoyo internacional, fue la fuerte discrepancia y las grandes diferencias que sumieron en el caos a las distintas facciones. Un gobierno débil e incapaz, envuelto en disputas absurdas y poca mano dura para controlar a los descarriados. Y las luchas enconadas entre comunistas, socialistas y anarquistas que acaban en enfrentamientos armados. Mientras en el bando nacional se le dió el mando único a Francisco Franco, quién acabó siendo Generalísimo de los ejércitos y nuevo Jefe del Estado, el caos y la desbandada reinaban en el bando republicano.

La Guerra Civil española de Paul Preston es un ensayo capital sobre el gran acontecimiento de la historia reciente española. Preston, a pesar de pecar a veces de dar algún juicio de valor sesgado por su propia interpretación, es riguroso en el relato. Intentado condensar una gran documentación y una gran cantidad de nombres, fechas y acontecimientos, este ensayo puede ser una buena forma de introducirse en la historia de una guerra que aún en día sigue levantado pasiones y ampollas. Otra cosa a resaltar en lo bien que escribe Preston. Es un autor directo, mordaz y crítico al mismo tiempo, cierto que puede ser que perdone algunos hechos y otros los condene con vehemencia, dando una sensación de poca parcialidad, pero en el conjunto del relato hay rigor y buen hacer de un buen historiador. Un libro imprescindible para conocer mejor la guerra, sus antecedentes, causas y consecuencias. 


Paul Preston (1946-)

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