Los mitos de Cthulhu, H. P. Lovecraft y otros autores. Parte 2. El Círculo de Lovecraft


Seguimos con la antología del horror cómico, tras el repaso que hace Rafael Llopis a los grandes maestros que tanta huella dejaron en el maestro de Providence. Ahora le toca el turno al corpus lovecraftiano propiamente dicho, con algunas de las principales historias escritas por el Sumo Sacerdote de Cthulhu y sus acólitos malditos. 

A pesar de la fama de huraño y misántropo que circulaba alrededor de la figura de Lovecraft, no es más que la leyenda que envuelve al maestro. Lovecraft a lo largo de su vida cosechó un nutrido grupo de amigos con los cuales compartía gustos e inquietudes literarias. Forjadas a través de innumerables cartas, entre ellos se daban ideas para futuros relatos y comentaban sus lecturas. Pero lo que salió de allí fueron varios elementos que fueron configurando la cosmogonía de los Mitos, pues varios de ellos escribieron relatos inspirados en el horror cósmico que les trasmitía con tanta pasión.

Sin más, preparaos para ir hasta los confines del miedo y la locura con Los Mitos escritos por Lovecraft y su Círculo.


El ceremonial. H. P. Lovecraft.

"Y vi también, fuera del alcance de la luz, un bulto amorfo, achaparrado, que tocaba la flauta de modo repugnante. Y mientras tañía la criatura monstruosa, me pareció oír también unas notas apagadas en la fétida oscuridad donde nada podía ver. Pero lo que más me llenaba de espanto era la columna de fuego. Brotaba como un servidor volcánico de las negras profundidades; no arrojaba sombras como una llama normal, y bañaba las rocas salitrosas de un verdor sucio y venenoso. Toda aquella hirviente combustión no producía calor, sino únicamente la viscosidad de la muerte y la corrupción".


Que mejor que comenzar este hórrido viaje al abismo profundo del horror cósmico que con el mismísimo maestro. El ceremonial es uno de las más míticos relatos de Lovecraft. Un narrador sin nombre nos relata su viaje a la misteriosa ciudad de Kingsport durante el Día de Invierno, lo que para nosotros es Navidad. 

Durante una noche el narrador recorrerá sus calles hasta llegar a una mansión donde participará en una siniestra ceremonia ancestral y siniestra, que le llevará a contemplar una serie de horrores indescriptibles. 

Lovecraft presenta aquí varios elementos que serán imprescindibles en los mitos. Nos introducirá dos de sus ciudades ficticias más conocidas como son las siniestras Kingsport y Arkham. Y también podemos ver el terrible poder del maldito grimorio El Necronomicón, escrito por el árabe loco Abdul Alhazred. 

Este primer relato del maestro es una buena muestra del manejo de la atmósfera, el ambiente, la tensión y sobretodo el horror. A través de la narración del protagonista podemos sentir como, poco a poco, el ambiente va tornándose más y más oscuro, siniestro, agobiante. La imágenes de pesadilla de las que somos testigos son impresionantes, llenos de una fuerza indescriptible.

El oscuro y macabro ceremonial.


Los perros de Tíndalos. Frank Belknap Long.

"—Más allá de la vida existen cosas que no logro distinguir. Pero se mueven lentamente a través de los ángulos. No tienen cuerpo y se mueven lentamente a través de ángulos alucinantes. 

En ese momento percibí por primera vez en la estancia un olor bestial e indescriptible, nauseabundo, insoportable. Me lancé a la ventana y la abrí de par en par. Cuando volví al lado de Chalmers y vi su expresión, estuve a punto de desvanecerme.

—¡Me han olido! —lanzó un alarido—. ¡Lentamente se dan la vuelta hacia mi!".


Frank Belknap Long es uno de los miembros del Círculo más importantes. Discípulo privilegiado del maestro, supo unir en sus relatos los métodos científicos con el horror cósmico más puro, siendo heredero de los horrores imaginados por el autor galés Arthur Machen. Ray Bradbury alabó su obra y dijo que la ciencia ficción estadounidense no se entendería sin él. Belknapius, como lo llamaba Lovecraft (pues tenía costumbre de poner motes cariñosos a sus amigos), introdujo en los Mitos unas de las criaturas más terroríficas y peligrosas de la mitología de Cthulhu: los sanguinarios y hambrientos perros de Tíndalos.

La historia será contada por un narrador anónimo que visita a un amigo escritor ocultista, en el cual descubrirá que poco a poco a ido cayendo en un abismo de locura y paranoia, rodeado de libros de ciencia oscura y arcana. En un discurso iluminado y enajenado, el amigo del protagonista contará que ha descubierto que a través de una droga china milenaria puede trascender su alma por el espacio y el tiempo. 

La locura empezará a desatarse cuando esa experiencia se vuelva una pesadilla horrible donde el aterrado escritor sufrirá la persecución de unos seres hambrientos y terribles. Un grito desgarrador y desesperado del escritor les pondrá nombre: los perros de Tíndalos. La paranoia alcanzará un paroxismo tal, que el escritor cubrirá toda las esquinas de su casa pues teme que por ellas se cuelen los espeluznantes seres. 

Belknap Long introdujo unas criaturas escalofriantes, que acechan en los límites del espacio y el tiempo, insaciables, horribles, que no descansarán hasta calmar su hambre voraz. Tened cuidado con las esquinas de vuestras casas, quién sabe que puede salir tras ellas. 

Frank Belknap Long (1901-1994)

La sombra sobre Innsmouth. H. P. Lovecraft.

"Y' ha-nthlei no había sido destruida cuando los hombres de la tierra habían arrojado explosivos a la mar. La habían dañado, pero no destruido. Los Profundos no pueden ser exterminados jamás, aún cuando a veces la arcaica de los Primordiales, hoy olvidada, consiga reducirlos a la impotencia. Ahora descansan, pero algún día, cuando despierten plenamente, se levantarán de nuevo para exigir el tributo que el Gran Cthulhu anhela".


Volvemos con el maestro para sumergirnos en uno de sus relatos más populares y celebrados de toda su producción de horror cósmico. Una historia de horror con una de las ciudades más abominables dentro de la cosmogonía lovecraftiana: la ominosa y maldita ciudad portuaria Innsmouth.

Un narrador sin nombre nos contará su interés y posterior viaje hacia la misteriosa ciudad de Innsmouth. Varias voces le advertirán de lo peligroso de viajar a ese lugar, pero es tal su afán de conocerlo que acabará visitándolo. Allí encontrará una ciudad desolada, fantasmal, imbuida por una malsana neblina y un olor pútrido y pestilente a pescado. Los pocos habitantes con los que se cruzará huirán ante su presencia y tendrán una extraña apariencia, más hombres que peces, con unos inquietantes ojos enormes y siempre abiertos. El narrador se referirá a esto como "la pinta de Innsmouth". 

Para obtener información sobre la ciudad, hablará con un borracho local que le hablará sobre una familia poderosa que, a través de unos tratos con unos horribles seres trajo prosperidad al pueblo, pero que poco a poco se fue introduciendo un oscuro y maldito culto a un dios marino, que acabó trayendo la decadencia y el horror en la ciudad. 

Esa noche el protagonista será testigo de un horror espantoso, una pesadilla insoportable, un espectáculo abominable. Todo ello bajo el influjo maligno del siniestro culto de la Orden Esotérica de Dagón.

Con esta novela corta, Lovecraft juega con lo hórrido y lo siniestro, sumergiendo la narración en un terror ascendente, donde seremos testigos de los monstruos salidos de las profundidades más terribles del mar, y los temibles cultos oscuros y malignos de deidades primigenias incomprensibles a la insignificante mente humana.


La abominable y maldita Innsmouth.

La Piedra Negra. Robert E. Howard.

"Me apliqué con todas mis fuerzas a la tarea de traducir, y cuando el relato se hizo más claro y asequible, la sangre se me heló en las venas, se me pusieron los pelos de punta, y hasta la lengua se me endureció. Todas las cosas externas participaron de la espantosa locura de aquel manuscrito infernal; incluso los ruidos de los insectos nocturnos y de los animales del bosque tomaron la forma de murmullos horribles y pisadas furtivas de seres espantosos, y los quejidos del viento en la noche se tornaron en la risa obscena y perversa de las fuerzas del mal que dominan el espíritu de los hombres".


Robert E. Howard puede tener el privilegio de ser uno de los pocos miembros del Círculo en que sus obras gozan de fama. Puede que su nombre no sea conocido, pero sus creaciones si han alcanzado un estatus de popularidad, entrando de lleno en la cultura popular. Algunos de ellos tan populares como el puritano errante Solomon Kane o el rey guerrero Kull de Atlantis. Pero sobre todos ellos sobresale el poderoso y temible guerrero cimmerio Conan el Bárbaro. 

Dueño de un gran talento, Howard fue uno de los padres de la fantasía épica, junto al gran maestro J. R. R. Tolkien. Bob Dos Pistolas (apelativo cariñoso de Lovecraft por su origen texano), mantuvo una relación epistolar con el maestro, gracias a la cual Howard también escribió relatos de horror cósmico ampliando los Mitos. Una pena que Howard truncara su vida al pegarse un tiro a la edad de treinta años.

En esta antología, Llopis nos presenta sin duda uno de los mejores relatos que configuran los mitos. Una historia de horror y locura que órbita alrededor de un monolito diabólico y temible. 

Un investigador anónimo nos relata su viaje a un pueblo perdido de Hungría donde abundan una serie de leyendas macabras sobre una gran piedra negra que se erige ominosamente sobre una colina. Los lugareños hablan de unos extraños rituales que se hacían en la antigüedad alrededor de la Piedra Negra, el cual nuestro protagonista será testigo en una pesadilla horrible de imágenes de locura y sangre. 

Howard tiene un manejo exquisito del lenguaje y la creación de un atmósfera asfixiante. Sus imágenes son tan poderosas que te golpean sin misericordia. 

Robert E. Howard (1906-1936)



Estirpe de la cripta. Clark Ashton Smith.

"No era voz de persona ni de bestia, sino algo enteramente preternatural, demoníaco, macabro. Me estremecí, electrizado por un miedo insoportable, que me duraba aún cuando el aullido, después de llegar a su grado más elevado, hubo bajado de nuevo hasta perderse en un silencio sepulcral".


Clark Ashton Smith es otro de los grandes nombres dentro del "Círculo de Lovecraft". Junto a Howard y Lovecraft, los tres fueron los mejores colaboradores de la revista pulp Weird Tales. Klarkash-ton , apodo lovecraftiano, desarrolló una carrera fructífera como poeta, novelista, pintor y escultor, siendo un gran artista multidisciplinar, pero por desgracia murió muy pronto y en la pobreza. Sus relatos ambientados en la remota región de Hiperbórea, demuestran si gran talento en la mezcla entre el horror y la ciencia ficción.

Con este cuento utilizó un pasaje del grimorio maldito El Necronomicón, para mostrarnos los terribles y peligrosos terrores que se esconden en la tierra desde tiempos inmemoriales. Henry Chaldane hace un viaje a una mansión tenebrosa: Tremoth Hall, propiedad de un anciano caballero que fue amigo de su padre. Allí el protagonista pasará una oscura y terrible noche, donde los terroríficos sonidos que proceden de una habitación sellada, le llevará a vivir una experiencia que no olvidará.


Clark Ashton Smith (1893-1961)


En la noche de los tiempos. H. P. Lovecraft.

"¿Acaso se trataba de una entidad desconocida que tanteaba a ciegas, a través del tiempo, desde el fondo de algún abismo insospechado de la naturaleza? En tal caso, ¿no serían estos casos las manifestaciones de unos experimentos monstruosos, cuyo objetivo era preferible ignorar para no perder la razón?". 

Lovecraft vuelve a tomar la palabra en uno de sus relatos más celebrados, donde pone de manifiesto su gran manejo de la narración y sobre todo su grandísimo imaginación hablándonos de unos de sus creaciones más siniestras: la Gran Raza de Yith.

La historia correrá a cargo del profesor de la universidad de Miskatonic en la ciudad de Arkham, Nathaniel Peaslee, el cual en una narración desgarradora y desesperada nos contará como ha estado sufriendo constantes pesadillas horriblemente vívidas, las cuáles han sufrido tras una época de total amnesia. En esos sueños o visiones, sentirá como si todo un saber ancestral, desconocido y oscuro, surgido de los lugares más recónditos del espacio y el tiempo, le han sido dados por algo extraño y misterioso. 

Todo esto será fruto de una raza antigua alienígena conocida como la Gran Raza, unos seres que son capaces de moverse por el universo y el tiempo, acumulando información sobre las culturas de los lugares que visitan. 

Lovecraft nos relata en esta novela corta llena de horror, paranoia y un deseo obsesivo por el conocimiento, su enorme capacidad para crear criaturas espantosas.

Un ejemplar de la Gran Raza de Yith.


Reliquia de un mundo olvidado. Hazel Heald.

"Cuando me lo contó sentí que me invadía un terror difícil de definir. Por un momento pude compartir la impresión popular de que algo perverso, sin forma, brotaba de insondables profundidades de tiempo y espacio y se cernía sobre el museo como una amenaza". 


Hazel Heald es una de los miembros del Círculo menos conocidas. Forjó una relación de amistad y colaboración con Lovecraft, él cual le ayudó en la elaboración de algunos relatos, muchos de ellos fueron escritos en su totalidad por el maestro. 

En este relato Heald/ Lovecraft nos cuenta una horrible historia donde leemos como el descubrimiento de una momia que será llevada a un museo, traerá un serie de horrores inimaginables, relacionados con un culto primigenio a un dios maligno en un tiempo antes de la historia. 

Hazel Heald (1896-1961)

Las ratas del cementerio. Henry Kuttner.

"Oyó un chillido penetrante, y el rumor presuroso de una multitud de ratas que se escabullían. Al enfocar la linterna hacia atrás, dejó escapar un gemido de horror: una docena de enormes ratas le miraban atentamente, y sus ojillos malignos brillaban bajo la luz. Eran unos bichos deformes, grandes como gatos. Tras ellos vislumbró una forma negruzca que desapareció en la oscuridad. Se estremeció ante las increíbles proporciones de aquella sombra apenas vista". 


Henry Kuttner es otro de los miembros menos conocidos. Comenzó su carrera como autor de terror hasta evolucionar hacia la ciencia ficción, siendo admirado por autores como Richard Matheson, pero su vida se truncó a los 42 años por un infarto.

Este relato claustrofóbico, asfixiante y escalofriante nos relata la horrible experiencia que vive un enterrador una noche en cementerio atestado de ratas. En apenas cinco páginas Kuttner es capaz de crear una atmósfera irrespirable donde el ruido incesante del roer de dientes de las ratas hiela la sangre. Pero...hay algo más maligno, más antiguo, más peligroso, que acecha en la oscuridad.

Henry Kuttner (1915-1958)


El vampiro estelar. Robert Bloch.

"El ritual siguió adelante; las palabras se alzaron como aves nocturnas de terror y de muerte; temblaron como llamas en el aire tenebroso y contagiaron su fuego letal a mi cerebro. Los acentos atronadores de mi amigo producían un eco en el infinito, más allá de las estrellas más remotas. Era como si su voz, a través de enormes puertas primordiales, alcanzara regiones exteriores a toda dimensión en busca de un oyente, y lo llamara a la tierra. ¿Era todo esto una ilusión? No me paré a reflexionar".


Robert Bloch es mucho más que el célebre autor de la novela Psicosis, magistralmente adaptada al cine por el genio Alfred Hitchcock. Es una pena que un autor con una mente tan brillante como macabra, maestro indiscutible del horror y la ciencia ficción, haya quedado relegado a la segunda mano. Una injusticia más del mundo del libro. Pero antes de ser conocido por la historia del niño de mamá de Norman Bates y su motel, Bloch era un adolescente que admiraba con devoción la obra de Lovecraft. Iniciando una fructífera amistad epistolar con el maestro, Boh-Blok (apodo dentro del Círculo) escribió uno de los relatos más aterradores de esta segunda parte de la antología, dedicado a su maestro Lovecraft.

Un escritor de literatura popular decide que para obtener una experiencia que enriquezca su escritura, va empaparse en los grimorios ocultos que versan sobre ciencias prohibidas. Para ello consultará a expertos ocultistas que le darán una serie de libros de difícil acceso. Pero con la ayuda de una suerte con el humor muy macabro, encontrará uno de estos ejemplares en una librería de segunda mano. Este libro no será otro que De Vermis Mysteriis "Los misterios del gusano". 

Como no entiende ni jota de latín pedirá ayuda a un amigo erudito y solitario de Providence (¿me preguntó quién será?) para que lo traduzca. Una noche en la casa de su amigo vivirán una experiencia horrible y aterradora, donde un mal de otra dimensión acudirá a la llamada surgida de las siniestras y malignas páginas del demoníaco grimorio, causando un terror sangriento y escalofriante.

Robert Bloch (1917-1997)

El morador de las tinieblas. H. P. Lovecraft.

"Ante sus ojos desfilaron imágenes caleidoscópicas y fantasmales que se diluían en el cuadro de un vasto abismo de insondable negrura, en donde giraban astros y mundos aún más tenebrosos. Pensó en las antiguas leyendas sobre el Caos Esencial, en cuyo centro habita un dios ciego e idiota -Azathoth, Señor de Todas las Cosas- circundado por una horda de danzarines amorfos y estúpidos, arrullado por el silbo monótono de una flauta manejada por dedos demoníacos". 


En respuesta a tan magnífico relato, Lovecraft escribió uno de sus mejores y el último de sus relatos antes de fallecer a los 46 años. Robert Blake, un escritor y pintor experto en temática oculta, comienza una investigación que acabará desencadenando en una obsesión, por una misteriosa y siniestra iglesia, de la cual contempla la ominosa imagen del chapitel desde su ventana.

Alrededor de esta iglesia se han establecido cultos y rituales malignos y ocultos a lo largo de los siglos, los cuales parecen adorar a una extraña criatura monstruosa que solo se aparece en la más negra oscuridad. Al ingresar en sus siniestras estancias encontrará los más peligrosos y prohibidos grimorios del condenado corpus lovecraftiano y un objeto: el Trapezoedro Resplandeciente que desatará el horror y la locura. 

La ominosa presencia de la iglesia maldita en la lejanía.

Esta segunda parte ha sido un verdadero viaje a los confines del horror cósmico. Aquí se puede comprobar como la admiración y la influencia que ejerció un autor sobre un grupo de admirados lectores, les inspiró a escribir y desarrollar su cosmogonía y a su vez alentando al autor a seguir escribiendo y forjándose entre ellos una amistad ligada al amor por contar historias de horror, dan en el resultado una de las historias más ilustres de la literatura. 

Lovecraft fomentó la imaginación de sus discípulos con su imaginación desbordante, alentándolos, ayúdalos e integrando en sus propios relatos grimorios malditos y dioses peligrosos, y todo ellos se dedicaron en cuerpo y alma en la creación literaria, siendo parte de la historia del terror.

Aquí termina la segunda parte centrada en los principales relatos del corpus de los Mitos, que espero que no se os haga un poco largo y en la tercera veremos los relatos que vinieron tras la partida del Profeta hacia la profundidad de los rincones oscuros del universo.


Howard Philips Lovecraft (1890-1937)

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