La leyes de la frontera, Javier Cercas
Javier Cercas está en boca de todos por la macabra coincidencia en la cual su último libro El loco de Dios en el fin del mundo, en el cual narra un viaje junto al Papa Francisco a Mongolia, donde hablan de lo divino y lo humano, enfrentado su ateísmo con la fe del Santo Padre, (lectura que ya tengo apuntada en la larga lista de libros pendientes), ha venido a publicarse antes de la triste noticia de la muerte de Francisco, haciendo que el libro, que ya era un éxito, lo sea aún más.
Pero como digo, está reseña no es para hablar de ese libro, si no de otra de sus novelas más celebradas del Académico de la Lengua. En ella Cercas retrata un fenómeno que estuvo en boga a finales de los 70 y 80, cuando en la España posfranquista un generación de jóvenes se dieron de bruces con una libertad que cabalgaba a lomos de un caballo desbocado y a ritmo de rumba. Con muchísimo gusto os presento: Las leyes de la frontera de Javier Cercas.
El verano de 1978 se está convirtiendo en un auténtico infierno para Ignacio Cañas un adolescente de diecisiete años. Cañas vive junto a su familia en Gerona, siendo considerado un charnego, pues son de fuera de Cataluña. Cañas vive los días de vacaciones acosado por los que fueran el grupo de sus amigos capitaneados por Batista un niño pijo que solo disfruta con hacerle daño.
Como no le dice nada a sus padres, pues el padre de Batista es el jefe de su padre, intenta no salir mucho por el barrio escondiéndose en una sala de recreativas donde encuentra trabajo para el anciano dueño. Allí llegan un día dos personajes que le cambiarán la vida para siempre. Conocerá al Zarco, un joven barcelonés con aire atrayente de delincuente y a Tere una bella joven con la que experimentará el despertar sexual.
Los dos le introducirán en un mundo desconocido para Cañas, quien a partir de ese momento será el Gafitas, donde podrá vivir momentos y emociones que jamás pensó que viviría. El Zarco es el líder de una pequeña banda de jóvenes delincuentes que fueron el germen de lo que luego sería la oleada de robos por los llamados quinquis. Formada por el Gordo, el Tío, el Guille, el Colilla, el Drácula y el Chino con los cuales hacen pequeños palos como dar tirones a los bolsos de las turistas o robar en chalets vacíos. Cañas entrará de lleno en una espiral de desenfreno de drogas, alcohol y sexo, sumado a la adrenalina que le producen los robos.
Con esta nueva vida de delincuente Cañas también vivirá un amor tirante y apasionado con Tere, la cual dará señales de querer tener algo con Cañas pero a su vez mantiene una aparente relación con el Zarco. Este "triángulo amoroso" provocará zozobras en el joven al no poder disfrutar de todo el amor que siente hacia Tere. Un día el Zarco le dice a Cañas que él no es como ellos, que viene de un mundo cómodo donde tiene posibilidades de poder salir adelante, a diferencia de ellos que tienen que buscarse la vida con robos, por lo que debería dejar la banda y enmendarse antes de que sea tarde. Cañas no le hará caso y seguirá con ellos hasta que lo que en principio eran pequeños robos irán evolucionando a atracos a bancos con armas que desencadenarán una tragedia que les marcará para siempre.
La novela está divida en dos partes, formada por los largos monólogos que Cañas tiene con un escritor que quiere escribir un libro sobre el Zarco, él cual alcanzó un estatus de héroe popular y leyenda de moderno Robin Hood. Cañas accedé a hablar con el escritor para construir un relato fidedigno y veraz sobre la figura del Zarco, el cual se llama Antonio Gamallo, alejándolo de toda esa aura mítica que los medios levantaron ante su figura. Ahora convertido en un abogado de prestigio, Cañas narra desde las extrañas como fue la experiencia de ser parte de la banda del Zarco y relatando como era en realidad, sin artificios ni mentiras. El escritor también hablará con el inspector Cuenca, el policía encargado de poner fin a las fechorías del Zarco y su banda y con el director de la cárcel donde se engrandeció la figura del Zarco.
Las leyes de la frontera vuelve a demostrar porque Javier Cercas es uno de los mejores autores de la actualidad. Otro autor de menos bagaje literario hubiera escrito un relato narrado por un narrador omnisciente o en primera persona, pero no, Cercas decide darle visos de verosimilitud al incluir la figura del escritor interesado en la figura del Zarco (el propio Cercas) y las conversaciones que mantiene con los principales protagonistas que vivieron aquellos momentos. El testimonio de Cañas, vivido en primera persona, lo vuelve real, con toda su crudeza y sus sombras, volviendo la historia de un marginado obligado a caer en la delincuencia por su condición social, en un relato real de un ladrón que se saltó a la torera todos los convencionalismos de la sociedad, asaltando y robando con el único fin de satisfacer su ambición de dinero fácil.
El cine quinqui con directores como José Antonio de la Loma, Carlos Saura y Eloy de la Iglesia, con películas como Perros callejeros; Deprisa, deprisa o Navajeros, cimentaron la leyenda de modernos forajidos en la figura del quinqui, jóvenes marginados cuya única forma de subsistir es robar para mantener a los suyos, romantizando a delincuentes como Juan José Moreno Cuenca El Vaquilla o José Joaquín Sánchez Frutos El Jaro. Pero lo que intenta Cañas es demostrar que no, que el Zarco no es ningún héroe del pueblo, ningún símbolo de libertad frente a la opresión, ningún benefactor de los desfavorecidos. No, el Zarco es un delincuente, un drogadicto, que busca dinero y emociones fáciles a través de los tirones y los atracos. Como bien demuestra Iñaki Domínguez en su libro sobre La Panda del Moco no siempre el ambiente social donde uno nace le mueve a la marginalidad y a cometer delitos.
Cañas o el Gafitas vive un verdadero viaje de aprendizaje. Huyendo del bullying que sufre, encuentra en el Zarco y su banda un escape donde puede ser alguien. El Zarco su banda le dan una identidad, ya no es un chico asustado y amenazado, con una relación arisca con su familia, ahora es el Gafitas, un delincuente capaz de dar tirones, robar coches, drogarse, emborracharse, follar, vivir al margen de la ley. Donde más se nota esa evolución es en la frontera que cruza, tanto física como emocional. Donde él vive y donde se reúnen la basca del Zarco están separadas por una frontera en donde lo marginal se mantiene alejado de la sociedad. Cañas traspasará esa frontera cambiándole la vida para siempre.
El Zarco no alcanza el estatus de figura legendaria por casualidad. Cercas nos describe a un joven que desprende decisión, arrojo y valentía. Con una personalidad arrolladora y simpática podemos llegar a entender porque Cañas se une a su banda. Pero tras esa fachada de quinqui se esconde un ser inseguro y destruido cuya única forma de seguir adelante es alimentar al monstruo de su propia leyenda. Pero quien tiene la verdadera culpa de que Cañas se quede con ellos es sin duda Tere. La chica de la basca del Zarco desprende libertad y sensualidad a partir iguales. Cañas experimenta un amor apasionado, sazonado con un deseo sexual hacia Tere, que queda opacado por la ambigua relación entre el Zarco y Tere.
En definitiva, esta novela es brillante. Javier Cercas radiografía un momento de nuestra época con las peripecias de un pequeño grupo en las postrimerías de la dictadura, donde la libertad comenzaba a calar en el acervo de los españoles; una historia donde la juventud vive el día día al son de la adrenalina, la pasión y la inconsciencia del desprecio a la muerte; una historia de amistad y amor capaz de saltar las fronteras más pronunciadas, en fin, un librazo. Cuan agradecidos debemos estar de disfrutar de escritores tan únicos y como don Javier Cercas.
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