Crimenes imaginarios, Patricia Highsmith

"Lilybanks se preguntó qué estaría haciendo Alica en aquel momento y si se sentiría feliz o desgraciada. La señora Lilybanks estaba segura de que Alicia no tardaría en ponerle unas letras, dondequiera que estuviese. Quizás Sydney ya sabía dónde se encontraba pero no quería decirlo porque Alicia deseaba estar copletamente sola, sin comunicarse siquiera con sus amigos. En todo casola señora Lilybanks se dijo que lo mejor era no volver a mencionar a Alicia ante Sydney, no hablar no hablar de ella a menos que que él lo hiciera, ya que resultaba obvio que la situación le azoraba un poco. Pero ¿por qué se habría sonreído instantes después de mostrarse azorado? Bueno, era escritor y problamente por su cerebro pasaban fugazmente toda clase de cosas, cosas imaginarias. Y tangentes". Crímenes imaginarios.



Esta es una de las reseñas más especiales que tengo el gusto de escribir. Pues cuando se trata de hablar de mis escritores favoritos, es un absoluto deleite. Ya he hablado de algunos de ellos como, el íntimo y lírico de Mishima, el profundo y nostálgico de Marsé, pasando por el genial alucinado de Philip K. Dick y el tremendo y valeroso don Arturo Pérez-Reverte. Pronto llegarán más reseñas de los demás y también una disertación extensa de los 12.

Pues hoy le toca el honor a la dama del suspense, la dueña de lo macabro y la gran señora del crimen. Una autora que engloba lo mórbido, la siniestro y el thriller en una mente prodigiosamente oscura. Sin más preámbulos, damas y caballeros: Crímenes imaginarios de Patricia Higsmith. ¡Aviso de posibles spoilers!

Antes de hablar de la novela, me gustaría hablar un poco de mi amor e idolatría por la obra de Highsmith. Mi relación por sus obras empezó de forma magistral, con la primera novela de su personaje más célebre, el amoral y camaleónico Tom Ripley, El talento de Mr. Ripley, fue amor a primera lectura. El manejo del suspense me hizo estar en completa tensión, valga la redundancia. Y Tom Ripley es tan encantador y atrayente, que no pude dejar la novela hasta terminarla. Recuerdo que al finalizarla me salió aplaudir. Brillante. Y a raíz de aquella primera lectura, devoré con pasión todos y cada uno de sus libros que cayeron en mis manos. La lectura de los 12 siempre es una apuesta segura para mí, nunca (de momento), me han defraudado.  Todos los libros que he leído de Highsmith, me han dejado vibrando, y esta no se ha quedado atrás, pues ha sido un verdadero viaje de sensaciones.

Crímenes imaginarios tiene una premisa sencilla: Sydney y Alicia son un matrimonio joven que viven en la solitaria campiña inglesa. Los dos tienen que lidiar con sus personalidades tan distintas y las problemas económicos de sus trabajos, ella es pintora y el escritor. Las tiranteces van en aumento hasta que Alicia decide marcharse de mutuo acuerdo con su marido, sin decirle a donde. Con el paso del tiempo, los amigos y familiares empiezan a preocuparse por la falta de noticias de ella, sospechan que le haya pasado algo. Sydney, incentivado por su imaginación escritora, fabula con que él le ha hecho algo malo y se comporta como tal. Pero todo, como es habitual, se empieza a complicar. Y hasta aquí. 

La novela es un viaje al terror más profundo. Todo el relato se envuelve en una atmósfera malsana y podrida, de un estado constante de paranoia. La autora maneja de manera brillante el juego psicológico, pues es una verdadera maestra. Por momentos no sabes si lo que esta pensando el protagonista es veraz o fruto de su hiperactiva imaginación. ¿Sidney a matado a su mujer de verdad? Simplemente prodigioso. Como es propio en la obra de Higshmith, la historia va en un crescendo agobiante, que sube y sube, estirando la tensión hasta cotas asfixiantes, dejándote casi sin aliento, para alcanzar un clímax sorprendente. 

La mayoría de las historias de la autora, siempre se dan en la más anodina cotidianidad. No son historias de personajes o ambientes que puedan resultar inverosímiles, si no que son seres normales y corrientes, con vidas monótonas y sencillas que, de pronto, cómo una tormenta en el desierto, se ven truncadas por la tragedia. Lo inquietante llamando a la puerta. La vecina del quinto, el oficinista de calle abajo o la joven bonita que te cruzas en el autobús pueden ser perfectamente perturbados por la adversidad. Toda la "normalidad" se hace añicos de manera abrupta y eso lo hace escalofriante, porque nos puede pasar a cualquiera. 

Los personajes nacidos de la inquietante mente de la autora, se mueven por un fino hilo entre lo moral y lo inmoral. No son blancos o negros, si no que se mueven en una escala de grises. Ni el supuesto bueno es tan bueno, ni el supuesto malo es tan malo. Todos son tan poliédricos que se mueven con soltura entre las luces y las sombras. Hasta el alma más pura puede caer en la más profunda perversidad. La psicología de los personajes está deliciosamente bien perfilada. Seremos testigos de sus miedos, sus ansiedades, sus penas y sus alegrías. Las relaciones están el filo de la navaja, y en cualquier momento se pueden romper y dar paso a las más abyectas traiciones. Los personajes de Higshmith se mueven por ambiciones egoístas y no dudarán en hacer lo que sea para alcanzarlas. Y lo más divertido es lo cruel que es Highsmith con los hijos de su mente. Cómo una inmisericorde diosa del destino, maneja con maldad sus destinos, disfrutando perversamente con lo que ha planeado para ellos 

Otra de las tramas secundarias, es el intento de Sydney de vender un guión televisivo, con la ayuda de su amigo Alex Polk-Faraday. Pues a pesar de un pequeño éxito como novelista, las necesidades económicas apremian y debe encontrar como paliarlas. Por eso mientras perfila su novela Los estrategas da forma a un guión sobre un personaje tipo El Santo, un antihéroe escurridizo y gran manejo del disfraz, llamado El Látigo. Patricia Highsmith, a través de su protagonista, nos da una pincelada de la esencia de la mente creativa. La mente de Sydney es inquieta, no para de trabajar, se le ocurren mil y una ideas, cosa que en ocasiones le jugará malas pasadas. Es efesvercente y lucida, macabra y sombría, genial y siniestra, quién sabe si Patricia Highsmith se estaba proyectando en su personaje. ¿A cuántas personas que se le cruzaron mató, en su perversa mente la autora?

En mi caso la novela me ha dejado completamente extenuado. He sufrido como hacia tiempo que no lo hacía. Patricia Highsmith me ha lanzado a un torbellino sin freno, que por momento me ha dejado sin aliento. Una opresión en el pecho y una angustia me invadían mientras avanzaba en la lectura. He sufrido por los protagonistas, y he caminado a su lado, soportando los vaivenes de la historia. La telaraña esta tan bien diseñada, tan bien trazada, que es imposible soltarse, escapar de lady araña Highsmith. Por momentos me ha recordado a la maravillosa película de David Fincher Perdida, por la similitud de las tramas y el intenso thriller, pero aclaro son completamente distintas.

Crímenes imaginarios de Patricia Highsmith es, sin lugar a dudas, una de las mejores lecturas del año. La gran señora del crimen nunca defrauda, sus historias perversas son tan fascinantes y atrayentes que son imposibles de soltar. Si queréis una historia trepidante, unos personajes amorales, unas tramas enmarañadas y sin fisuras, de seguro no os defraudará. Que maravilla, que deleite. Perversamente deliciosa. 


Patricia Highsmith (1921-1995)

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