Los sables, Yukio Mishima
Leer a Yukio Mishima es como asomarse a un estanque de agua clara. Puedes sentir tanto con solo contemplar sus aguas mansas, la suave frescura de la brisa, los rayos del sol reflejados en la superficie. Su escritura está tan llena de poesía, de belleza. Es uno de mis autores predilectos por el manejo del lenguaje, sus historias evocadoras y sus personajes atormentados. El libro a reseñar es una pequeña muestra de la maestría de Mishima en forma de siete relatos. Siete pequeñas piezas donde se guardan las esencias del gran escritor japonés. Esto es: Los sables y otros relatos de Yukio Mishima.
Los dos primeros cuentos que abren está antología son, cómo muchas de las obras de Mishima, de corte autobiográfico. En ellos nos habla de sus sensaciones durante su juventud, como la belleza del cuerpo masculino despierta pulsiones que deben ser silenciadas y las primeras obsesiones con la muerte. Tabaco cuenta las memorias de un hombre que evoca sus recuerdos de su estancia en la escuela. Cómo la primera inhalación del humo de un cigarrillo puede evocar el erotismo latente ante los brazos desnudos de un compañero de clase. El martirio lleva más allá esa pulsión sexual al mezclarla con un acto de tortura brutal. Obsesionado con la imagen del sufriente pero estilizado San Sebastián, Mishima une y sublima un acto de horror con un sugerente erotismo. Una de las mejores características de los dos, sobre todo el primero, es como recrea con maestría el ambiente estudiantil que vivió el autor.
Arreboles sobre el mar es un cuento extraño dentro de la producción de Mishima. Un narrador extranjero que le cuenta su experiencia vital a un niño sordomudo. Éste ya anciano convertido en guardián de un templo budista, cuenta como se enroló en una expedición cuanto menos extraña, siguiendo a un niño pastor iluminado en una cruzada de infantes.
Los sables es el primer cuento largo. Un cuento ágil, un canto de amor al Kendo, el esgrima japonés. Siguiendo a Jiro Kokubo, un personaje mishimiano, con su seriedad y su majestuosa pureza. Una exaltación a la masculinidad prieta y musculosa, al olor del ejercicio en los gimnasios, a la épica rivalidad. Mishima nos abre las puertas a su mente y vemos con claridad su fuerte ideología donde el honor está por encima de todo y el espíritu guerrero alcanza cotas épicas.
Los dos siguientes cuentos son una muestra de la comicidad de Mishima, no muy conocida. Pan de pasas es una especie de cuento/testimonio donde Mishima recrea con lujo de detalles una corriente cultural que afectó a los jóvenes japoneses en los 60. Chavales que hablaban una jerga especial (muy bien adaptada al español), que escuchaban música americana, una especie de beatniks nipones. Las fuentes dentro de la lluvia es una divertida alegoría donde a través de las dudas de un hombre que es incapaz de resolver como dejar a su novia, las aguas se convierten en pequeñas alusiones a la represión y al deseo.
Por último, y el más largo del libro, Peregrinos de Kumano. El profesor Fujimiya, un hombre delgado, solitario y maniático, invita a su criada, Tsuneko, una madura y entrañable mujer, que admira secretamente al profesor. Los dos emprenderán un viaje en peregrinación y en el viaje la mujer conocerá los secretos que se oculta tras la estrafalario persona del profesor. Un relato muy humano.
Los sables y otros relatos es una obra menor dentro de la producción del gran autor japonés, pero no por ello es menos magistral. Es Mishima en pequeño, en miniatura, con toda la belleza, lo evocador, el erotismo, el amor, la muerte y el paisaje tan característicos de la obra de Yukio Mishima. Una buena forma de adentrarse en su obra, un delicioso aperitivo antes de devorar un majestuoso plato de alguna de sus novelas largas. Espléndido. Soberbio. Mishima.
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