El hijo del sueño, Valerio Massimo Manfredi

Hay seres humanos que no aceptan ser solo uno más entre los apéndices del gran libro de la historia. Estos personajes singulares soñaron con realizar hazañas tan extraordinarias que sean recordadas de padres a hijos, por los siglos de los siglos. Uno de estos hombres ilustres fue sin duda Alejandro de Macedonia. Este hombre tocado por los dioses emprendió una de las más grandes campañas militares de la historia, logrando crear uno de los imperios más imponentes que se recuerdan, muchos siglos antes que Julio César, Carlos I, Carlomagno y Napoleón. Tal fue su grandeza que pasó a la historia gracias al sobrenombre que lo definió a la perfección: Magno, o sea Grande.
Alejandro Magno ha servido de inspiración a muchos desde que su nombre hacía temblar la tierra. Y uno de los que mejor lo han retratado es sin duda uno de los mejores autores contemporáneos de novela histórica, un escritor que mezcla rigor histórico con una narración en apariencia simple pero que esconde una acción trepidante que engancha desde el primer capítulo. Hace años compré uno de sus libros atraído por una portada impresionante, pero empezé a leerlo y no sé sí, como decía Borges ese libro no estaba escrito para mí, me resultó bastante aburrido así que lo acabé dejando. Ahora a los años he podido disfrutar de este primer libro de la trilogía sobre Alejandro Magno y ha sido una lectura refrescante y maravillosa con la que le he hecho justicia al autor. Con muchísimo gusto os presento: Aléxandros I. El hijo del sueño de Valerio Massimo Manfredi. ¡¡AVISO DE SPOILERS!!
En la ciudad macedonia de Pella, en el palacio real la reina Olimpia da a luz a su hijo. Un hermoso niño que nace bajo el presagio de un sueño donde una serpiente posee a la reina. Consultando que presagiaba ese sueño le dicen que este niño tiene una doble naturaleza, divina al descender de Zeus señor del Olimpo y humana, pues por su sangre corre la del legendario héroe Aquiles.
Filipo II, su padre y rey de Macedonia se encuentra en una campaña militar cuando recibe la feliz noticia de que ha nacido su hijo y heredero. Desde su mismo nacimiento, Alejandro será preparado por su padre para que se convierta en un futuro gobernante sabio y guerrero. Por ello en su infancia lo pondrá bajo la tutela de Leonidas su tutor quien le dará sus primera lecciones. En esos años de infancia, rodeada de juegos infantiles, entrenamiento militar y enseñanzas elementales será donde encuentre una de sus grandes alegrías. Entorno al joven príncipe se unirán un pequeño grupo de niños con el que forjará una amistad imperecedera y que le acompañarán en todas sus aventuras. Ptolomeo, Pérdicas, Leonato, Crátero, Lisímaco, Seleuco y su inseparable Hefestión formarán en el futuro los principales generales del futuro conquistador.
Alejandro va creciendo y volviéndose más fuerte y más hermoso, con una mirada penetrante y viva, como una llama que jamás se extinguirá, y una melena rubia que resplandece con los rayos del divino Helios. Su padre ve que algo le falta para alcanzar la grandeza a la que está destinado por eso lo pondrá en manos de una de las mentes más prodigiosas y preparadas del mundo antiguo.
Con trece años mandará al joven y sus amigos a Mieza donde serán instruidos nada menos que por Aristóteles, el gran discípulo de Platón y hombre más sabio del momento. Filipo quiere crear un confederación panhelénica uniendo todas las ciudades estado griegas bajo el emblema argéada y luchar contra el Imperio Persa que amenaza a los griegos. Para eso quiere que su heredero sea educado como un griego y asimile toda la filosofía y la grandeza de la cuna de la civilización europea y la poesía de Homero. Alejandro crecerá en cuerpo y mente convirtiéndose en un apuesto joven esbelto, lleno de una ambición inagotable y sueños de conquista.
Las tiranteces entre padre e hijo van creciendo conforme la decadencia de Filipo va en aumento. La campañas griegas no van como desearía, Atenas es el principal obstáculo para su unión panhelénica, con Demóstenes, el brillante orador quién intenta sublevar a la ciudades bajo el yugo macedonio. A eso hay que sumar que la relación entre Olimpia su mujer va de mal en peor. Atraído por una hermosa joven llamada Euridice se casará con ella y esto hará peligrar la sucesión de Alejandro, según su madre.
Filipo, tuerto y cojo, borracho por la desesperación, tendrá una violenta pelea con su hijo, él cual se marchará al exilio junto sus compañeros. El rey desesperado, intentará poner en marcha su gran empresa, marchar sobre Asia y atacar al rey persa. Pero para ello necesitará a su hijo. Gracias a su secretario Eumenes, gran amigo de Alejandro, los dos temperamentales argéadas se reconciliaran. Pero la dicha será efímera. Filipo será asesinado causando un gran dolor en su hijo.
Alejandro se verá de pronto como nuevo rey de Macedonia y lo primero que hará será pacificar las ciudades griegas. Tras su éxito retomará el sueño de su padre, que también es el suyo, lo cual le llevará junto a sus compañeros y fieles amigos a emprender la mayor empresa militar de su tiempo. Su gran objetivo: conquistar Asia.
El hijo del sueño es el principio de una historia apasionante. Manfredi planta la semilla del que será una trilogía impresionante. Este primer libro es un simple aperitivo de lo que está por venir.
Aquí vemos el nacimiento de un conquistador al que vemos crecer, formarse, pasar de ser un niño inquieto, a un joven valeroso, hasta convertirse en un rey de gran presencia él cual tendrá que realizar actos que no le gustarán. Alejandro sabe que el destino le aguarda grandes cosas y por ello su ardiente pasión le llevará a emprender la marcha sobre Asia. Pero Alejandro no solo es ansia de conquista, es un hombre de rápida respuesta, gran amigo de sus leales amigos, bromista. A parte de ellos y familia, su corazón también estará ocupado por Leptina una misteriosa chica que rescatará de la esclavitud y será su amor incondicional. También seran su grandes amores su leal perro y Bucéfalo un imponente caballo negro que lo acompañará en todas sus campañas.
Otros grandes personajes son Filipo, el rey contradictorio. Un hombre violento, alcohólico, ambicioso, orgulloso, pero gran padre, brillante militar y valeroso guerrero. Olimpia, la madre de Alejandro, es un misterio. Una mujer llena de misticismo que oculta un gran dolor. Un dolor producido por el desprecio de su esposo, pero contrarresta con un amor inabarcable sobre su hijo. Cleopatra la joven hermana de Alejandro es pura delicia, bella y amorosa. Alejandro, hermano de Olimpia y tío de Alejandro, rey de Epiro parece más su gemelo. Entre los dos se forja una estrecha amistad que los llevará a estar unidos en sus sueños de conquista. Aristóteles será el gran faro al cual mira Alejandro, sus sabios consejos ayudarán al joven rey en sus acciones. También es destacar los generales Antípatro, Parmenio y Clito el Negro.
Los amigos son parte fundamental de las futuras victorias de Alejandro. Este grupo compacto y leal serán los consejeros, colaboradores, confesores, críticos y generales del joven rey. En ellos se apoyará y los consultará para realizar sus propios movimientos. Sin ellos no sería Alejandro, por eso están unidos por una inquebrantable lealtad. Resaltan sobre ellos Hefestión, su más cercano amigo; Ptolomeo, el más racional de todos; Eumenes su secretario, siempre pensando en la economía y Calístenes, sobrino de Aristóteles, el cual será el cronista de sus hazanas.
Este primer libro de la trilogía sobre Alejandro Magno es un libro que engancha desde el principio. Su lenguaje entre moderno y bien documentado, una prosa trepidante que te pide que sigas leyendo y una historia que es solo el principio de una gran aventura de conquista, lucha e historia, la convierte en una lectura trepidante y maravillosa.
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