Libros de caballerías castellanos. Una antología. VV.AA.
—Dígote que aquel que hallaste en la mar que será flor de los caballeros de su tiempo: éste fará estremecer los fuertes: este comenzará todas las cosas y acabará a su honra en que los otros fallecieron; éste fará tales cosas que ninguno cuidará que pudiesen ser comenzadas ni acabadas por cuerpo de hombre; éste hará los soberbios de buen talante; éste habrá crueza de corazón contra aquellos que se lo merecieren; y aún más te digo, que éste será el caballero del mundo que más lealmente manterná amor y amará en tal lugar cual conviene a la su alta proeza. "Amadís de Gaula".
"Se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio", nos dice el inmortal manco en su grandioso libro. La génesis del Quijote se sostiene en que Cervantes lo compuso como burla y parodia del género de caballerías el cual consideraba un género menor de la literatura de su tiempo, más empeñado en el simple entrenamiento que en el arte literario. Por eso don Alonso Quijano, cegado por sus lecturas toma la decisión de volverse caballero andante, tomar las armas salirse a los caminos para desfacer entuertos y salvar a los menesterosos emulando a sus héroes.
Todo este preámbulo viene a dar contexto al libro a reseñar, pues la editorial Penguin clásicos está rescatando y editando las grandes obras de la literatura en castellano y universal, y en una edición magnífico nos traen una antología que recoge varios fragmentos de los libros de caballerías que tanto gozaron de éxito en la Europa de los siglos XV y XVI. Grandes damas y nobles caballeros, acompáñenme por este recorrido por las aventuras caballerescas, llenas de grandes fazañas y bizarros héroes. Os presento: Libros de caballerías castellanos. Una antología.
Los libros de caballerías eran herederas los ciclos artúricos que recogían las historias de la corte del rey Arturo y sus Caballeros de la Mesa Redonda en Gran Bretaña y las historias cantadas por los trovadores franceses. Con la publicación en 1508 del Amadís de Gaula considerado el mejor de los libros de caballerías, compuesto por Garci Rodríguez de Montalvo, significó una explosión del género, siendo apreciado tanto por la nobleza de la corte, como por el pueblo llano.
Estas "historias fingidas", como las denominaban, hacían las delicias con sus historias fantásticas de nigromantes, gigantes, bellas damas, valerosos guerreros, hechiceras, caballos fabulosos, enanos, unicornios y tantas criaturas imaginarias posibles. Los autores llenaban sus historias con escenas de grandes batallas, entre enormes ejércitos o entre caballeros cuerpo a cuerpo, luchas entre monstruos terroríficos, donde los caballeros hacían valer su gran valor y su amor infinito por sus damas, matando jayanes o basiliscos.
Los fragmentos están divinos en varias secciones, agrupadas en las temáticas de los capítulos. Algunos nos cuentan escenas de la corte y los distintos divertimentos de los castillos. Otros cuentan historias de amor, con sus flirteos y escarceos entre las bellas damas y los apuestos caballeros. En materia amorosa la novela que mejor los describe es Tirante el Blanco de Joanat Martorell, con el caballero Tirante el Blanco embriagado por los encantos de la dama Blancaflor gracias a las artimañas de la doncella Placerdemivida.
Una cosa que más me llamado la atención es la absoluta libertad en materia de erotismo que destilaban las novelas. Los amantes tienen escenas tórridas, aunque bien es cierto que no muy explícitas. Otro detalle muy interesante es que no solo habían caballeros varones. También se nos habla de varias doncellas aguerridas que toman las armas como la infanta Florinda yendo a salvar su amado Platir o la esforzada Rubimante la cual vence en singular batalla a varias guerreras.
Libros de caballerías castellanos es una magnífica antología. Una obra que retorna a nuestros tiempos las obras que maravillaron a las gentes del Siglo de Oro. Autores rescatados como Feliciano de Silva, Garci Rodríguez de Montalvo, Francisco Vázquez o Joanet Martorell son un lujo, pues forman parte de la historia de nuestra literatura. Por estas páginas también cabalga el Caballero de la Triste Figura, pues gracias a las andanzas de don Quijote y Sancho los libros de caballerías no cayeron en el olvido, a pesar de la quema que hicieron el ama, la sobrina, el cura y el barbero. Un libro extraordinario que también nos permite leer en aquel vetusto y noble castellano que tan bien escribía Cervantes.
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