La niebla, Stephen King


¿Qué tienen en común un grupo de gente encerrados en un supermercado en envuelto en una niebla ominosa y llena de Dios sabe qué cosas peligrosas dentro, un monete de juguete con capacidades homicidas y una mujer que conoce un atajo muy particular? Pues que han salido de la brillante e inagotable mente del maestro Stephen King. Quien demuestra que es un genio tanto de la novela como del cuento corto. Y no se si he dicho que es uno de mis escritores favoritos, seguramente sí. Tras las magistrales antologías de Las cuatro estaciones y Todo es eventual, hacia tiempo que no me dejaba embriagar por la extraordinaria calidad del Rey del terror con algunos de sus mejores relatos cortos. En esta ocasión vengo a hablar de tres magistrales historias de terror y muerte destacando la de más larga extensión como uno de sus mejores trabajos. Con muchísimo gusto os presento: La niebla de Stephen King.

Pero antes un contexto al respecto de la edición en castellano. En 1985 King publicó su segunda recopilación de relatos cortos varios años después de su primer (y yo creo que el mejor) libro de relatos El umbral de la noche. King recopiló veintidós trabajos, bajo el nombre de Skeleton Crew que recogía diecinueve relatos, una novela corta y dos poemas. ¿Qué pasa?, pues que en castellano se decidió dividir el contenido en varios libros, dada la cantidad de cuentos y seguramente para no sacar un tochaco de proporciones titánicas, y también para sacar más dinero que narices. En España se encuentran divididos en La niebla, La expedición, Historias fantásticas y Dos historias para no dormir. Todo un batiburrillo de relatos desperdigados en varios libros. Pero bueno, es lo que hay.

El libro titulado La niebla recoge tres obras, una novela corta que es la que le da título y El mono y El atajo de la señora Todd. Ahora pasaré a reseñar brevemente las tres historias.

La niebla.

"Sonó otro grito agudo. Si antes no podía hablarse de pánico —de verdadero pánico—, ahora la situación iba degenerando hacia él. La gente salía en oleadas por ambas puertas. Se oyó ruido de vidrios rotos, y por el suelo se extendió un espumeante charco de coca-cola.

—Cristo, ¿qué pasa aquí? —exclamó Norton.

Eso fue cuando empezó a oscurecer... pero no lo digo bien. Lo que pensé en aquel momento no fue que estuviera oscureciendo, sino que se que se habían apagado las luces del súper. Un rápido reflejo me hizo elevar la vista hacia los fluorescentes, y no fui el único en eso. Y al principio, hasta que recordé el corte de fluido, tuve la impresión de que a eso se debía el cambio de luz. Pero entonces caí en la cuenta de que los tubos habían estado apagados todo el tiempo, sin que por eso notásemos oscuridad en el local. Y luego comprendí, aún antes de que empezarán a gritar y a señalar lo que se hallaba junto al ventanal. 

Llegaba la niebla".


David Drayton va junto a su hijo Bill a un supermercado tras pasar una tormenta eléctrica que ha derribado varios árboles. Allí se encontrará con numerosos vecinos y turistas que buscan víveres tras la tormenta. De pronto una niebla espesa y ominosa invadirá el exterior del supermercado. Cuando varias personas intenten salir encontraran algo monstruoso y peligroso que se esconde tras la misteriosa niebla. Los que queden dentro tendrán que vérselas con la amenaza oculta que acecha fuera y la perdida de la humanidad que les irá consumiendo.

King obtuvo la inspiración para esta terrorífica y magistral novela corta mientras compraba en un súper junto a su hijo. Y escribió una de sus mejores historias. Influenciado por el maestro del horror cósmico H. P. Lovecraft inunda la siniestra niebla con criaturas de pura pesadilla que han conseguido ponerme los pelos de punta. Pero como siempre hay un trasfondo más perturbador que se esconde tras la niebla. Cuando a los seres humanos les arrebatas todo aquello que le sostiene, como el confort de la vida moderna, con sus lujos como la electricidad, se cae la fachada tras la que nos escondemos y comienzan a surgir los más bajos instintos que ocultamos, demostrando que solo somos animales con pantalones. 

El verdadero terror no está en la siniestra niebla que todo lo envuelve y oculta la visión o las espeluznantes criaturas quel alberga dentro, está en la perdida de la esperanza, el descenso a la locura y la desconfianza, el horror de la bestia humana acorralada. Sin duda una de las mejores historias del maestro de Maine. Frank Darabont, gran adaptador de la obra de King al cine, con obras maestras como Cadena perpetua y La milla verde, dirigió una adaptación en la que cambió el final por uno de los más desgarradores y chocantes de la historia del cine. King dijo que odiaba que no se le hubiera ocurrido a él ese final. 


El mono.

"La llave golpeó el embaldosado al dar con el suelo, con un ruido que pareció estrepitoso en el silencio. El mono se le quedó mirando con sus turbios ojos ambarinos, ojos de muñeco llenos de júbilo, los platillos a punto de unirse, como si se dispusieran a atacar una marcha para algunos charanga infernal. En la parte inferior tenía marcado: MADE IN HONG KONG. 

 —No puedes estar aquí —susurró. Te tiré al pozo cuando tenía nueve años.

El mono le obsequio su sonrisa".


Hal Shelburn vuelve junto a su mujer y sus dos hijos a su casa de la infancia. Todo se tuerce cuando Petey su hijo pequeño encontrará un mono de juguete que despertarán en su padre viejos recuerdos de horror antaño olvidados, relacionados con ese siniestro juguete y una serie de muerte de varios conocidos de Hal entre ellos su propia madre, cuando el bicho hacía sonar sus platillos. La paranoia se desatará mientras Hal intentará por todos los medios deshacerse del horripilante mono, el cual parece tener poderes sobrenaturales, para que no vuelva a sonar el inquietante chas-chas-chas de sus platillos.

King escribe una típica historia de muñeco maligno con su toque maestro volviendo la historia una pesadilla de recuerdos que atormentan y la paranoia de un mal en apariencia imbatible.


El atajo de la señora Todd.

"De lo que sucedió después, no sabría contarte gran cosa, salvo que al cabo de de un momento ya no pude quitarle los ojos de encima. Tenía en la cara una expresión a un tiempo de fiereza y de libertad, que me llenó de miedo el corazón. Era hermosa Dave, y me sentí enamorado de ella; a cualquiera le hubiera ocurrido, a cualquier hombre y quizá también a cualquier mujer; pero al mismo tiempo me asustaba, porque pensé que podía matarme si, apartando la vista del camino, la fijaba en mí y decidía corresponder mi amor. Iba vestida con vaqueros y una vieja camisa blanca que llevaba arremangada (se me ocurrió que, al parecer yo, tal vez se dispusiera a pintar algo en la terraza de atrás); pero después de un rato de marcha pareció que llevaba una de esas túnicas, todas blancas y llenas de pliegues, que se ven en las estampas de los libros antiguos —se quedó pensativo, con la mirada perdida en el lago, a lo lejos, y el semblante serio—. Como esa cazadora que, según dicen, cruzaba el cielo montada en la luna...

 —¿Diana?

 —Esa. Su coche era la luna. Así veía yo a Ophelia".


David relata una conversación con Homer Buckland. El viejo guarda comenta la gran impresión que le produjo la primera mujer de su jefe, Ophelia Todo. Esta mujer de belleza arrebatadora y personalidad arrolladora tiene un gran amor por los coches y la velocidad. Homer le contará a su amigo como Ophelia descubrirá una manera muy particular de coger atajos. 

Está puede ser una de las típicas historias de King, donde mezcla lo real y lo irreal en un relato de grandes pasiones, anhelos de juventud, velocidad endiablada y saltos temporales. Aquí no hay horror si no una fantasía preciosa, poética y melancólica. Muestra de la gran inventiva de King más allá del terror. 

La niebla es una pequeña muestra de la obra de King, pues en estos tres relatos se encuentran las obsesiones y tropos que abundan en sus mejores historias. Seres humanos enfrentados a un peligro incompresible e inquietante, la paranoia, la esperanza como último clavo al que agarrarse, la fragilidad del espacio tiempo. Una buena forma de adaptarse en la extensa obra del maestro de Maine es leer sus cuentos, no por ellos es digno heredero de los grandes maestros del cuento de terror. ¡Larga vida al Rey!


Stephen King (1947-)

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Mala letra, Sara Mesa

Danza macabra, Stephen King

Paperbacks from hell, Grady Hendrix