Soldados de Salamina, Javier Cercas

Después de la lectura de la brillante Las leyes de la frontera tenía más ganas de la obra de Javier Cercas, quién sigue bien alto en el podio de autor más vendido con su libro sobre su viaje a Mongolia junto al papa Francisco, de feliz memoría. Nadie duda de que Cercas es uno de nuestros autores imprescindibles, gracias a una trayectoria brillante donde mezcla novelas donde difumina con maestría la delgada línea entre realidad y ficción, con ejemplos impresionantes como Anatomía de un instante donde narra el intento de golpe de estado del 1981 y El impostor, la increíble historia de un gran mentiroso, con otras novelas de pura ficción como una trilogía policíaca a la que ya tengo ganas de hincar el diente.
Pero todo tiene un comienzo, un principio, una explosión que detona un nuevo universo. Y ese acontecimiento vino al mundo a principios del nuevo siglo XXI, colocando a Javier Cercas en el panorama literario como una de las voces más personales y con futuro brillante. Y no se equivocaban. Pues fue con su tercera novela donde ya comenzó a encontrar su estilo único en el que realidad y ficción armonizan en una novela imprescindible de nuestro joven y convulso siglo XXI. Con muchísimo gusto os presento: Soldados de Salamina de Javier Cercas.
Sinopsis: un escritor fracasado que siente una profunda depresión ante el vacío de un trabajo anodino como periodista y el vértigo producido por la indiferencia de sus anteriores novelas, ve un atisbo de luz cuando en una entrevista al escritor Rafael Sánchez Ferlosio (imprescindible autor de El Jarama) este le habla del fusilamiento fallido de su padre Rafael Sánchez Mazas.
A partir de esa mención la figura de uno de los fundadores de Falange, cercano colaborador y amigo de José Antonio Primo de Rivera y creador del grito de rigor fascista ¡Arriba España! será una obsesión para el narrador, el cual quedará fascinado con su no fusilamiento. Sánchez Mazas estaba preso en Cataluña cuando ante el inminente avance franquista lo poco que quedaba del ejército republicano decidió fusilar a los presos que escoltaban, entre ellos Sánchez Mazas. Milagrosamente las balas solo le rozaron el pantalón tras lo cual salió corriendo. Escondido en el bosque fue encontrado por un soldado republicano que lo encañonó, pero en vez de delatarlo o matarlo en el instante lo dejó con vida.
Tras su milagrosa salvación del fusilamiento Sánchez Mazas aguardó la llegada de los franquistas oculto como pudo en el bosque, sobreviviendo a duras penas. Una de esas veces encontró una pequeña casa donde sus habitantes le dieron comida y cobijo. Un día tuvo un traspiés y cayó al suelo rompiéndose las gafas, quedando prácticamente ciego por su profunda miopía. Tanteando entre los árboles logró encontrar a unos huidos republicanos escondidos que lo ayudaron. Entre el líder falangista y ellos surgió una buena amistad, recibiendo el nombre "Los amigos del bosque" por parte de Sánchez Mazas. Así, tras la entrada en Barcelona del ejército faccioso Sánchez Mazas llegó sano y salvo, sobreviviendo a la muerte.
La historia, contada por el narrador protagonista, el propio Cercas deformado por la necesidad de la ficción, se centrará en las renovadas ganas del autor por volver a escribir, aunque remarca que el libro no será una novela si no una "historia verdadera", empapándose de la vida y obra del ideólogo falangista. Para eso contará con ayuda de personas reales como el escritor Andrés Trapiello gran conocedor de la obra de Sánchez Mazas, pues, aunque durante la dictadura gozará de un relativo éxito como escritor afín al régimen, ahora era prácticamente desconocido, si acaso nombrado por la fama de su hijo, Sánchez Ferlosio. Como bien dice el autor de Al morir don Quijote: "Ellos ganaron la guerra, pero perdieron la historia de la literatura". Pues Sánchez Mazas a sido relegado al olvido impuesto por su participación en el conflicto fratricida y en la posterior dictadura que partió España en dos y cuyo escozor de sus cicatrices sigue doliendo, años después. Trapiello ha reeditado algunas obras suyas, pues hay que saber diferenciar entre autor y su obra.
La primera parte sigue las pesquisas del narrador para intentar encontrar información del fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas, y lo obtendrá gracias al contacto de las personas que ayudaron al líder falangista en su periplo forestal. En la segunda se nos narra como se dio la detención de Sánchez Mazas y su traslado junto a un nutrido grupo de prisioneros y el posterior fusilamiento fallido. Una de las escenas más bellas y recordadas es la que durante el cautiverio un soldado republicano improvisa un baile abrazado con su fusil mientras canta el pasodoble Suspiros de España.
Y la tercera, ya con el libro finiquitado el autor se percata de que está cojo, le falta un final, porque no ha podido encontrar al hombre que dejó con vida a Sánchez Mazas. Y para ello tendrá la ayuda del genial escritor Roberto Bolaño, a quien conocerá en una entrevista. El novelista chileno le contará que conoció a un jubilado llamado Miralles cuando trabajaba como segurata en un camping catalán. Miralles de origen catalán vive en Francia donde se afincó tras la Segunda Guerra Mundial en la que luchó junto a otros españoles en el ejército francés. El narrador tendrá la esperanza de haber encontrado al hombre que salvó a Sánchez Mazas e irá a Francia para entrevistarse con él.
Soldados de Salamina es la simiente de la obra de Cercas, en ella ya se ve la brillantez de la mezcla entre lo real y lo literario. A Cercas lo que le interesa no son esos grandes personajes que engrandecen las páginas de la historia, cuya grandes gestas asombran y maravillan a partes iguales. Le interesan los que están al margen, los que destacan por salirse del plan establecido, personajes como un embustero inigualable, un presidente del gobierno en su peor momento, o un papa con ideas de cambio son los favoritos a la hora de elaborar sus libros. En este caso el personaje es un hombre que estuvo a punto de morir, un hombre que miro a la muerte a los ojos, pero quien le apuntaba decidió, en un acto de misericordia y humanidad, lo dejó con vida. Y también lo es el hombre que decidió dejarle vivo. La gran pregunta de por qué aquel soldado no delató o mató a Sánchez Mazas es el motor del libro. Parece que, en aquella cruenta y salvaje guerra que desgarraba España y movía a hombres a matarse, aquel soldado tuvo un momento de lucidez al salvar al líder falangista en un acto de heroísmo brutal, demostrando que aún en los episodios más oscuros de la historia hay momentos para la luz.
Pero esto no es otra novela sobre la guerra civil, esto va más allá. Este libro surge cuando los que hicieron la guerra ya empezaban a morir y su memoria empezaba a ser reivindicada por los nietos de la guerra, con resultados más o menos acertados. Como bien expresa el título, para aquellos la guerra civil podría ser un episodio tan remoto como la batalla de Salamina, cuando las tropas aqueas al mando del general ateniense Temístocles frente a las ingentes tropas del emperador persa Jerjes el Grande. La memoria es algo subjetivo, dos personas que vivan un mismo acontecimiento no lo recordarán de igual forma, por eso la memoria es tan importante. Todo el relato del no fusilamiento de Sánchez Mazas se basa en las distintas memorias de lo que lo cuentan, tanto los que lo vivieron (Sanchez Mazas y el hombre que lo salvó), como a los que se les contó (Los amigos del bosque y las personas que le dieron cobijo), como tambien los que narran lo que a ellos le narraron (Sánchez Ferlosio y Trapiello), en un juego de muñecas rusas de la memoria el narrador intentará hilar el relato en base al recuerdo de aquel suceso extraordinario.
Otro de los elementos clave de la novela es la pervivencia de aquellos que pasaron por nuestra vida gracias a nuestros recuerdos. Cercas tiene una conversación con un personaje que le recrimina que solo hable de Sánchez Mazas y que solo se recuerde ese suceso, mientras los que lucharon y murieron quedarán relegados al olvido una vez mueran los que los conocieron. A personas como Sánchez Mazas, principal responsable del conflicto se le dedican libros e incluso calles, pero a ellos ni un mísero reconocimiento, nada. Por eso Cercas reivindica a los héroes anónimos cuyo recuerdo logra vencer a la nada mientras su recuerdo siga vivo.
Una novela brillante que puso a Javier Cercas en el panorama literario y le ayudó a convertirse en uno de los imprescindibles de nuestras letras, un clásico moderno, un novelista con mayúsculas. Siempre es un guste leerle.
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